Después de su presentación en Londres, Nueva York y Beijing la Bienal de Diseño de
Gwangju (Corea del Sur) llega a nuestra ciudad de la mano del Disseny Hub Barcelona.
Los arquitectos Juan Herreros, Florian Beigel, Alejandro Zaera–Polo y Sung-Yong
Joh protagonizan una jornada dedicada a la relación entre el diseño y el urbanismo.
Presentan Gwangju Urban Folly, uno de los proyectos centrales de la Bienal que
codirigen Seung H–Sang y el artista chino Ai WeiWei, actualmente retenido en su país.
El DHUB comienza una etapa de colaboración con la Bienal de Diseño de Gwangju,
certamen de diseño y arte reconocido como el más importante del continente asiático,
que celebrará su cuarta edición del 2 de septiembre al 23 de octubre. Con este motivo,
se organizará una jornada de reflexión y análisis en torno a las nuevas funcionalidades del
entramado urbano de las ciudades de Gwangju y Barcelona.
El primer bloque de la jornada corresponde a un think tank centrado en el proyecto y
exposición Urban Folly, del que es cocomisario Ramon Prat, comisario general del DHUB.
El proyecto Gwangju Urban Folly incluye diez intervenciones en el espacio público ideadas
y proyectadas por diez figuras destacadas del panorama internacional de la arquitectura,
como Juan Herreros, Florian Beigel, Nader Tehrani, Alejandro Zaera–Polo, Peter
Eisenmann, Jung S. H. / Kim S. J., Sungryong Joh, Dominique Perrault, Francisco Sanin
y Yoshiharu Tsukamoto. Después se abordará el caso barcelonés, con la mesa redonda
titulada Barcelona: Change or die y la participación de Josep Bohigas (arquitecto), Oriol
Clos (arquitecto en jefe del Ayuntamiento de Barcelona) y Kim Young–Joon (cocomisario de
la Bienal de Diseño de Gwangju), entre otros.
¿Qué es Urban Folly?
Contrariamente al antiguo papel del diseño limitado a la creación de
objetos individuales aislados, Urban Folly parte del principio que el
diseño es un proceso continuo para crear un entorno constantemente
informado por las condiciones urbanas. Al comienzo del siglo xx el
diseño pasó a ser un instrumento para facilitar la producción masiva,
o viceversa, por lo que fue considerado una disciplina orientada a los
objetos individuales basada en la tecnología o en la economía, nunca
como parte integral del sistema.
En cambio, el hecho de reflexionar sobre la idea que el diseño es un
instrumento capaz de establecer fuertes vínculos entre el entorno y
los ciudadanos ha generado un nuevo paradigma. En ese sentido, se
subrayan las relaciones y se define el lugar, reforzando la correlación
entre el público y todo aquello que le rodea, su entorno espacial.
Proyecto Urban Folly Gwangju
Partiendo de la consideración que la arquitectura forma parte de una
estructura urbana estrechamente interrelacionada, el tema se examinará
presentando diez follies públicas a pequeña escala, situadas en Gwangju,
como un instrumento para vincular al público con la ciudad.
Yendo más allá de las restricciones espaciotemporales, en este proyecto
las follies urbanas se extenderán por toda la ciudad, a fin de estimular las
comunicaciones e interferir en la vida cotidiana. Las diez follies se situarán
en lugares cuidadosamente seleccionados, formando en conjunto una
trama urbana que contribuirá a revitalizar el centro histórico de Gwangju.
Diseñadas por diez arquitectos de talla internacional, estas
intervenciones pretenden tener un papel interactivo en el centro
histórico de la ciudad de Gwangju. En lugar de ser objetos meramente
diseñados como elementos decorativos, asumirán determinados
programas públicos con la intención de promover el interés y pasar
a formar parte de la vida cotidiana del ciudadano. Como si fueran
catalizadores de procesos químicos latentes, esas intervenciones
comportarán la regeneración del centro histórico y la consiguiente
revitalización de toda la ciudad. Sin embargo, aunque se han de integrar
en el tejido urbano existente, en general la pretensión es desempeñar
una función esencial en la ciudad y proporcionar un espacio público
para la intervención ciudadana. Como medio práctico para construir
estas intervenciones y facilitar el proceso administrativo que se derivará,
las follies son un híbrido de espacios públicos en desuso y servicios
indispensables. Al incorporar programas y espacios públicos, tendrán
un papel esencial de cara al público y al mismo tiempo reforzarán el
proceso de exposición.
En definitiva, la Bienal de Diseño de Gwangju, en la que se distribuirán
por la ciudad diez follies, será una oportunidad para recuperar la noción
de espacio urbano, fomentar la participación activa de los ciudadanos
con su entorno y contribuir a regenerar el centro histórico.
