Retazos de actualidad

La semana fue pródiga en acontecimientos, lo que hace difícil elegir un tema que monopolice el comentario, abocado así al fragmento.

Caso Nóos. A resultas de una lectura detallada, parece una sentencia equilibrada y justa. La condena en costas a Manos Limpias es muy expresiva.

La ruleta de la justicia. La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Valencia de ordenar prisión provisional para parte de los condenados por la trama Gurtel, y permitir eludirla a otros que se encontraban en similares circunstancias, confirma la impresión de que las decisiones de los tribunales se asemejan al juego de la ruleta, eso sí, rusa. Hasta el abogado de la acusación particular consideraba que el tribunal se había pasado. El papel lo aguanta todo.

Pensiones. Es imprescindible aumentar la edad de jubilación. La esperanza de vida ha crecido, las condiciones de trabajo son mejores y el sistema no soporta la situación actual. Se puede empezar estableciendo la voluntariedad. Muchos médicos y muchos funcionarios alargarían su vida laboral si de ellos dependiera.

Estibadores. Están agrupados en sociedades anónimas que gestionan un registro de idem. Esa suerte de aristocracia laboral configura un gremio endogámico en base al cual todo queda en familia. Europa lo considera ilegal. El Gobierno tiene la obligación de acabar con estos privilegios.

Bronquista. El Diputado Pablo Iglesias, en su afán de protagonismo mediático, se coló en una comisión de la que no formaba parte para montar el numerito. Comparecía el Gobernador del Banco de España para hablar de pensiones, y Pablo Iglesias pretendió interrogarlo sobre cuestiones que nada tenían que ver con el orden del día. «Cíñase a la cuestión», le ordenó la Presidenta de la Comisión. Los diputados no son periodistas que pueden preguntar lo que les venga en gana. Respetando el Reglamento se respeta la democracia.

Dos congresos y un homenaje. El Congreso del PP fue un éxito. Ocurrió lo que tenía que ocurrir y no hubo sobresaltos. Sin embargo, una cuestión ensombreció el ambiente almibarado que se libaba. El mantenimiento de Dolores de Cospedal como Secretaria General del partido y, sobre todo, las dudas que planearon sobre la votación, que tiñeron de sospechas el resultado final, empañaron innecesariamente el cónclave popular. Cospedal pasa así a acumular cuatro puestos, dos públicos y dos privados: Ministra de Defensa y Diputada, por un lado y, por el otro, Secretaria General del PP y Presidenta del PP de Castilla La Mancha, o, lo que es lo mismo, dos cargos institucionales y dos cargos orgánicos. Dice bien poco del grado de dedicación que exige un ministerio.

Podemos también celebró su congreso y, aunque fue más movido, también ocurrió lo previsible. Triunfó el mensaje del miedo, el activismo en la calle, la radicalidad y el reforzamiento de lazos con el cadáver putrefacto de IU. Eso, unido a que este partido apoya el secesionismo, lo mantendrá alejado del auténtico centro de poder, el BOE. La mayoría de los ciudadanos no quiere sobresaltos.

El PSOE no quiso estar al margen de la atención mediática y homenajeó, agasajó y rindió vasallaje a Susana Díaz en un acto abanderado por Abel Caballero, Alcalde de Vigo, que actuaba en su condición de Presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias y que reunió a un buen número de alcaldes afines a la que se espera sea la figura emergente en la política nacional.

Paxti López no me gusta. Es un traidor que se apropió del «no es no» de Pedro Sánchez y que demostró su incompetencia como Presidente del Congreso. Pedro Sánchez es un Zapatero en potencia, pero con más peligro. No es de fiar, pactaría con el diablo para ser Presidente del Gobierno.

Como sabiamente afirmaba el célebre escritor francés Jacques Bossuet, «La política es el acto de equilibrio entre los que quieren entrar y los que no quieren salir». Triste realidad.

           



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