Presos, fariseos, huidos, desertores y corrupciòn

No es el título de una película de gánsteres; son los ingredientes de la matraca que los ciudadanos catalanes, sean independentistas o constitucionalistas, deben soportar día tras día. El régimen no distingue gustos, emociones, opciones ni sentimientos; el rancho es igual para todos. El «procés» se degrada jornada tras jornada.

Los Jordis se bajaron los pantalones hasta extremos inimaginables. Como dijo algún comentarista, solo les faltó jurar bandera con el tricornio puesto. Oriol Junqueras tampoco se quedó atrás. Todo para salir de prisión. Fariseísmo puro. El juez, con buen criterio, no les creyó. Los huidos pretenden subvertir de nuevo el ordenamiento jurídico, en especial Puigdemont, que aspira a convertirse en Presidente holográfico. Ocho letrados del parlamento catalán han firmado un informe categórico, minucioso, definitivo, que excluye cualquier posibilidad de investir a un Presidente que no comparezca personalmente en la sesión correspondiente.

Entre los letrados que rubrican el informe se encuentra Joan Ridao i Martín, lo que añade a la opinión jurídica un plus de consistencia, dado que Ridao fue Secretario General de Esquerra Republicana de Cataluña y Diputado nacional y portavoz de esta formación. Conozco personalmente a Joan (ambos formamos parte de la Asociación Española de Letrados de Parlamentos) y también su imponente currículo, lo que no me impide afirmar, con cariño pero con rotundidad, que aunque legalmente es posible pasar de la política a la función pública y a la inversa, éticamente resulta cuestionable.

La neutralidad y la objetividad que deben presidir -singularmente- las actuaciones de los letrados de un parlamento no son trajes de quita y pon. La verdad es que no hacen falta grandes esfuerzos interpretativos para llegar a la conclusión de los letrados. Basta operar con los principios que informan nuestro ordenamiento, en especial el de sometimiento a la legalidad, de distinta intensidad para la Administración y para los particulares. Aquella solo puede hacer aquello que tiene expresamente permitido, a diferencia de los particulares, que pueden hacer todo aquello que no está prohibido. Por eso no basta que el Reglamento no prohíba la investidura telemática; para estar permitida, debe preverla expresamente.

La lista de apóstatas se amplía cada día: Irene Rigau, Francesc Homs, Ramona Barrufet, Anna Simó, Lluís Corominas, Meritxell Borrás, Miguel Buch, Artur Mas, Carles Mundó, Neus Lloveras y los que seguirán. Sebastián de Covarrubias define a los desertores como «los que están echando bravatas y se precian de valientes hablando con arrogancia y jactancia siendo unos lebrones y gallinas». Franco se refería a ellos como «parásitos insensibles a la guerra». Negrín, el Presidente republicano, los calificaba de «cobardes y apátridas». Fueron perseguidos y castigados con crueldad por ambos bandos. En Cataluña, después de llevar a todo un pueblo a la ruina y al descrédito, son héroes.

Qué decir de la corrupción de Convergencia -actual PDeCAT-, certificada con toda crudeza por los tribunales, que acreditan que el partido hegemónico en Cataluña se financió con dinero negro procedente de mordidas a las empresas adjudicatarias de obra pública cobradas a través del Palau, que, por alcance, también fue saqueado. A pesar de ello, los Comunes (Podemos) facilitaron que los independentistas coparan la mayoría de los puestos en la Mesa del Parlamento. Tienen pánico y aversión a lo español. Les pasará factura en las próximas elecciones, una dura factura. No creo que exista territorio en el mundo civilizado que pueda soportar tantos desmanes. Cataluña, sí. No es un problema de estudio por politólogos o sociólogos, sino por psiquiatras. Hasta que impere el sentido común, paciencia; para ver el arco iris, primero hay que soportar la lluvia.



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