Racionalización de la industria cultural pública y privada

Hay que plantearse y preguntarse si la industria cultural, tanto pública, como privada, necesita plantearse como ser más eficiente, más racional, más sistemática y más justa.

                        Hay que plantearse si hay que crear un debate nacional, regional, provincial, comarcal, local qué medidas se pueden tomar para que dicha industria sea más competitiva a todos los niveles. Para subsanar defectos y amplificar los aciertos. No olvidemos la importancia de la cultura para el turismo, para el PIB, etc.

  1. No debemos obviar y olvidar que aunque la cultura, en gran parte es gestionada por la empresa privada, en casi todos los sectores, no se puede minusvalorar la influencia de la industria pública a y en todos los niveles. Pero en ciudades pequeñas, la única o casi la única posibilidad que existe es la gestión pública en dicha materialización por lo cual:

                        - Pienso que sería necesario plantear un estudio, programas de investigación, congresos, ideas, sugerencias, un debate nacional y comarcal y regional y provincial sobre la gestión de dicha industria a través de los medios de comunicación y según otros instrumentos. Como necesidad. Cierto es, que muchos autores, en diversas especialidades, el único diríamos tramo que tienen para exponer-enseñar su trabajo al resto de ciudadanos, es la infraestructura cultural de la administración pública, porque nunca llegan o muy poco a la gestión privada.

                        O dicho de otro modo, en todos los niveles culturales, artes, literatura, diseño, pensamiento, etc., para muchas personas que creen tener una vocación hacia esas actividades, sin ser profesionales, solo pueden tener acceso a la posibilidad de ser profesionales si han pasado antes por la infraestructura cultural pública.

                        - Si una persona solicita una exposición en una sala de administración pública. Se debería pensar, llevar un directorio con las personas que a lo largo de las décadas han ido solicitando una exposición.

                        Existir un comité en dicha sala pública, que selecciona a las personas, y no ser una aceptación o negación por solo una persona.

                        Quedar en un archivo, las personas que han solicitado, a quienes se les ha aceptado, y a quienes se les ha negado, además conservar el material que los autores o personas interesadas acompañaban a la solicitud.

                        Igual que los autores al solicitar una exposición en una sala pública, tienen el deber de entregar un dossier con un curriculum. Cada sala pública o privada debería ofrecer a la ciudadanía, las exposiciones, títulos y autores, que durante los últimos cincuenta o treinta o diez años han realizado.

                        - Las bibliotecas que tienen la obligación, deber y derecho de recibir y archivar un ejemplar de la producción cultural libresca y de otros materiales afines, de su territorio, que por ley tienen derecho de recibir, guardar y conservar.

                        Si reciben un material con los depósitos legales reglamentarios, aunque el material sea muy rústico y pobre, es decir, un libro sea en reprografía y no sea realizado por una editorial, sea por un autor, y no sea por un sistema más elegante y sofisticado. El libro en sí, lo importante y esencial, es lo que esté escrito, y no si las letras son de oro o de simple tinta. Porque no sabemos el valor que tendrá en el futuro. Además, que es un reflejo cultural productivo de esa región o comarca o provincia o localidad.

                        De igual manera los órganos que recogen dicho material, que recogen los ejemplares que según la administración deben ser entregados, como prueba de esa producción, deben ser enviados a las administraciones o bibliotecas correspondientes, sean nacionales o provinciales…

                        La historia ha mostrado y demostrado, que el valor de una producción cultural, no puede ser el mismo ahora, que dentro de cien años, ahora, obras que son muy valoradas, con el tiempo, pueden ir reduciendo su valor conceptual y estético, y en algunos casos, quizás no muchos, pero puede suceder también al revés.

                        - Plantearse si la industria cultural pública, sean bibliotecas, departamentos universitarios, museos, institutos, etc., deben en sus páginas Web, y ahora, que conservar dicho material, es prácticamente con un coste casi cero. Plantearse conservar y organizar directorios, en los cuales, existiesen por nombres, curriculum, y quizás, fragmentos de la producción, de la obra de todas las personas, profesionales o no, de mayor calidad o menos, que se dedican a una actividad en un determinado territorio…

                        Es decir, una biblioteca de una localidad, tener una página Web dónde puedan estar dichos datos y algo de la obra, en su página Web, dónde estén todos los escritores, artistas, compositores de música de su localidad. Un museo de una determinada actividad, pues lo mismo, pero diríamos a nivel regional o nacional, como crean conveniente, etc.

                        Es absolutamente necesario en la metodología científica, para estudiar un fenómeno saber lo que existe de esa realidad, si alguien estudia botánica, estudiar las especies y en qué cantidad existe en un monte. En cultura creo que lo primero que hay que saber, sin mirar la calidad, es cuántos poetas y qué producción tienen en un territorio equis, lo mismo cuántos autores plásticos, cuántos pensadores o ensayistas o filósofos, cuántos matemáticos, cuántos articulistas y personas dedicadas a la prensa, cuántos diseñadores, etc.

                        Si existen esos archivos, lo más extensos posibles, sean online o virtuales, ya con esa información, la industria cultural pública o privada, pueden ir a beber. Es decir, si una revista equis, una editorial, un departamento universitario, investigadores, etc., desean realizar una antología de poesía de tal territorio, sea una localidad, una provincia, una región, pueden ir directamente a buscar en esos archivos, y de ahí después seleccionarían a las personas y a las obras. Por eso, la imperante necesidad de esos archivos-directorios-centros de documentación culturales, por territorios, por especialidades, etc. Cosa que como hemos indicado pueden hacerlo, desde personas privadas a museos públicos o privados, bibliotecas, etc. Sería una manera eficiente y racional de completar sus colecciones materiales. Un museo tiene mil obras en depósito, mil obras materiales, pero en una Web podría en fotografía disponer de docenas de miles de obras de autores de un territorio equis…

                        - Si un autor, de alta o baja calidad dona una obra de arte a un museo, y es aceptada dicha obra, lo menos que se puede pedir, es que dicho museo conserve dicha obra. Y no que al cabo de diez años o treinta esté perdida. Nadie sepa dónde está.

                        Puede que alguien piense que esto es una exageración, pero esto sucede. No sé en cuánta cantidad pero sucede.

                        - Si alguien solicita una exposición, pongamos el caso en una sala, lo general es pensar que si veinte o treinta años le expusieron y le hicieron dos o tres exposiciones, cuándo era joven, ahora ya mayor, después de cuarenta años de trabajo y de experiencia, por la misma razón, o más razones, lo lógico es que le permitan hacer una exposición.

                        Puede pensarse que esto no sucede, pero esto sucede…

                        - Si alguien ha realizado una construcción cultural, que es una de las tres más extensas en número de palabras, uno de los tres libros más extensos del mundo, diríamos de literatura y cultura y filosofía, independientemente de su calidad y de su valor.

                        Lo lógico es pensar que dicha obra, tenga una cierta aceptación y lugar en la cultura de su territorio, región o provincia o localidad. Pero puede suceder que esa obra, esa producción cultural no exista. Esto puede parecer que es un caso imaginario, pero esto sucede…

                        Que dicha obra tenga una mínima referencia de media página en alguna de las cientos de revistas culturales de su sociedad en estos cuarenta años, que tenga una mínima publicación de al menos cincuenta páginas en alguna editorial institucional de su sociedad. Incluso admitiendo que sea una obra nefasta, o pésima…

                        - Si se realiza un directorio o archivo en publicación en papel o electrónica, y se incluyen unos cientos de autores, sean de literatura o sean de arte, sea una organización territorial, provincial o regional o local. Creo y creemos que lo lógico es incluir a todas las personas que se han dedicado a ello, con un mínimo de competitividad y cualidad. Lo mejor es todas y, todas son todas.

                        Ciertamente, en territorios muy pequeños, localidades, etc., se suele decir, si existen cuatro panaderías, y ningún panadero quiere venderte pan, puede que algún ciudadano no pueda comer pan. Habría que plantearse mirando la propia conciencia, cada persona, si a veces, ha sido en la gestión cultural, se ha sido no demasiado justo con algunas personas, y literalmente, se le han cerrado puertas, y cerrar puertas a una edad determinada, es cerrar puertas para toda la vida, o diríamos condicionar la carrera y la vocación profesional, artística o literaria o académica o científica o religiosa, para toda la vida de algunas personas.

                        Sin inquinas y sin rencores, esta pregunta creo que la industria cultural se la debería realizar, sea pública o sea privada. Y cada uno frente al espejo de su conciencia, respondérsela, pero no solo ahora, sino también a la hora de la muerte o hacérsela ahora, teniendo en cuenta que se responderá, ya sin engaños en esas horas antes del Tránsito o tránsito. Porque igual que alguien que trabaja en una ventanilla de la administración, debe atender de la forma más correcta a todo el mundo, amigo o no amigo, creemos que la industria cultural y la administración pública de la cultura también.

  1. Para terminar, no es la intención de este artículo y del escribiente de este artículo, que nadie se rasgue las vestiduras, que nadie se ofenda, pero la industria cultural, es hoy, esencial para el PIB de una comarca-región-localidad-provincia-nación-continente.

                        Y no cabe duda, que hoy por hoy, en general, la industria cultural empiezan los autores, en casi todas las especialidades, artes, saberes, por exponer sus trabajos en la infraestructura de la industria cultural pública.

                        Por lo cual, parece que sería conveniente, que toda la industria cultural, privada y pública, fuese más eficiente y racional, pero especialmente, la pública. Porque igual que todo ciudadano tiene derecho a ser atendido, por ser ciudadano en urgencias del hospital, lo mismo, un ciudadano tiene derecho de ser atendido correctamente en la industria cultural pública.

                        Quizás este artículo se escriba porque el autor, ya siente-presiente que la vela se puede ir apagando, aunque no sepa si dentro de unos meses o diez o treinta años. Quizás recuerde, lo que cuentan que hace unas décadas, un autor, en la Poblachuela llamó a los medios de comunicación y quemó cientos y cientos de dibujos y pinturas realizadas por él mismo.

                        Si escribo esto, no es para pasarle la minuta y hacer la crítica a nadie, sea persona física o institucional, sino para que la administración pública sea consciente de la situación de la industria cultural, y si lo cree conveniente abra un debate sobre estos temas… No necesito más inquinas-rencores-maledicencias-odios-cóleras-censuras contra mi persona y mi trabajo. Es más no necesito adversarios, menos enemigos. Porque si escribo y pinto y pienso, sea bueno o sea malo, es intentando el bien-verdad-bondad-utilidad para los demás. Y los demás son todos. Si escribo ideas para evitar accidentes de tráfico, si son buenas y verdaderas, sirven para todas las personas, sean de un color o sean de otro, me hayan tratado bien a mí o medio regular… Esta es la pena, si se censura tanto a una persona y su trabajo, si se le mete en un ostracismo cultural, al final, lo bueno que haya podido producir se pierde, se perderá, se habrá perdido…

                        Es triste que alguien que empezó a escribir a los doce o trece años, escribir y pensar, y a pintar a los diecisiete, al menos, después de llevar casi cincuenta años, dándole al pincel y a la pluma, su trabajo no exista, en la realidad sociocultural, no tenga ningún eco, ni en su ciudad de nacimiento y residencia, ni en su provincia, ni en su comarca, ni en su región, ni en su nación-país-sociedad-Estado. Es triste, incluso admitiendo sea el peor pintor-artista, el peor escritor-literario, el peor pensador-filósofo del mundo, de todos los tiempos y épocas y culturas. No se puede pagar un precio tan alto de ostracismo cultural, por cometer simplemente el delito de ser un modesto librepensador. Que por otra parte es lo que debería ser toda persona que se dedica a la cultura y creación e investigación cultural. Paz y pan y bien para todos y todas.

                        http://youtube.com/jmm caminero     © jmm caminero



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