Fariseos

Fariseos, hipócritas, farsantes,… Lamentablemente, el mundo está lleno de personajes que responden a este perfil. A mí en particular, me dan pena. Creo que vivimos en un mundo libre en el que cada uno, siempre con respeto a los demás, puede expresar su opinión sin temor a represalias; pero los fariseos tienen una única preocupación: fingir lo que no son, utilizar el lenguaje políticamente correcto por más que violente su personalidad. Dicen una cosa y hacen otra. Cortarían un árbol milenario y a continuación se subirían a un escenario para hacer un discurso sobre el conservacionismo: lamentable.

            En esta última semana parece que todos ellos se han unido frente a un potencial enemigo común: Donald Trump.

            Recordemos que Trump fue proclamado Presidente de los Estados Unidos tras haber ganado un proceso electoral maratoniano y frente a todos. A mi juicio, tiene mucho mérito. Recordemos también que en la semana que lleva gobernando se está limitando a cumplir el programa electoral con el que obtuvo la victoria. Ya quisiéramos que nuestros políticos fueran fieles a sus promesas de campaña. Eliminar el IRPF para las familias que ingresen menos de 50.000 euros al año, acabar el muro iniciado por Clinton para controlar la entrada ilegal de personas, acabar con ISIS, devolver el poder al pueblo, redimensionar el medio ambiente, son algunas de las actuaciones comprometidas y en vías de ejecución.

            Aun así, se ha convertido en el enemigo público número uno.

            ¿Qué se le puede reprochar? ¿Un lenguaje soez con las mujeres? Sin duda, pero no difiere mucho del de más de media docena de wasaps que recibimos a diario con temática femenina, muchos de ellos enviados por mujeres. Quisiera saber lo que sentiríamos si hicieran públicas nuestras conversaciones privadas sobre el particular. No seamos hipócritas.

¿Torturas? ¿Nos estamos refiriendo a las que sufren a diario en Europa miles de refugiados que se mueren de frio y enfermedades? Pura hipocresía.

            ¿Se queja de que la prensa es sectaria? Con toda la razón, doy fe y puedo dar nombres. Su pecado es generalizar la crítica. Pero que hay periodistas sin ética, jueces prevaricadores, abogados que no son de fiar y políticos corruptos, es innegable.

            Lo que roza el esperpento es que nos rasguemos las vestiduras porque la página de la Casa Blanca redactada en español haya desaparecido momentáneamente al estar en construcción. Sin embargo, que la protesta la haga Zapatero es de chiste. Fue durante su mandato cuando se permitió que Cataluña hiciera de su capa un sayo y arrumbara el español. En esa comunidad autónoma, las webs de los Mossos d´Escuadra, las citas médicas o los bomberos, todas ellas de servicios básicos, están redactadas en catalán y en inglés: vomitivo. Si yo fuera Trump y me llegara una carta de protesta de una institución española sobre este tema, la tiraría directamente al WC.

            ¿En qué se diferencian las medidas del programa electoral de Donald Trump de las que se pretende aplicar a partir del Brexit? En nada. Pero Trump no era el esperado, y muchos «demócratas» piensan que si no gana su candidato, la democracia no existe.

            ¿Qué diferencia hay entre el muro que Trump pretende finalizar y la valla de Melilla? ¿Cuál es la finalidad de ambas construcciones? Ninguna y la misma, respectivamente.

            Dejemos, por tanto, el fariseísmo a un lado y respetemos las reglas del juego democrático. Tomemos ejemplo de un país grande y fuerte como los EEUU y aprendamos a respetar nuestra bandera (en España, llevar una pulsera con nuestro estandarte te hace acreedor de una paliza) y nuestro himno como lo hacen los americanos, para quienes los procesos secesionistas como los que día tras día vivimos aquí, serían impensables. ¿Cuánto durarían Puigdemont y sus socios en EEUU?

Cuando el fariseísmo es de mala calidad, es hora de decir la verdad.

 



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