Por una vida digna de las generaciones a un paso de la nuestra

Los grandes poderes económicos “han sido capaces de desactivar la rebeldía”, en lúcida expresión de María Novo. Todos amilanados. Nos han secuestrado el tiempo. Tenemos que reaccionar. 
 
Las multitudinarias manifestaciones presenciales de las mujeres en Estados Unidos constituyen un rayo de esperanza. Deberían ir seguidas de grandes clamores en el ciberespacio. Millones de hombres y mujeres intercediendo por el futuro de sus hijos, de las generaciones venideras. 
 
Y así, quizás, las comunidades científica, académica, artística, intelectual, en suma, hoy tan aposentadas en sus torres de marfil, se decidirían a encabezar la gran movilización que es inaplazable.



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