Solitarios: Walt Whitman

  1. ¿Qué hace un libro, qué un libro de poesía, qué un libro construido durante toda una existencia, qué Hojas de Hierba, qué nos dice a nosotros esta obra, qué nos debe decir, qué debemos aprender-aprehender en el siglo que nos ha tocado vivir-existir?
  2. Walt Whitman, West Hills, Nueva York, 1819, + Camden, Nueva Jersey, 1892.

                        ¿Qué nos está diciendo un autor que esencialmente ha escrito un libro, Hojas de Hierba, repito esencialmente? ¿Al final todos los creadores-inspiradores-reveladores-profetas-intelectuales-pensadores-filósofos, sean seculares o sean no seculares, sean con doctrinas laicas o sean religiosas o sean combinadas de ambas, son “escribidores-pensadores-reveladores-inspiradores de un libro”, sea un artículo científico, sea una tendencia artística, sea un invento, sea una forma económica nueva, sea un nuevo negocio…?

                        Como siempre abarcar en unas cientos de palabras, algo de una biografía, algo de una producción cultural es imposible, pero intentaremos señalar algunos puntos:

                        - Nadie, después nadie, persona o autor, que haya venido después de los grandes autores del XIX, ha dejado de ser influido, sea la novelística rusa, inglesa, francesa, sea la poesía norteamericana, Whitman, Dickinson.

                        Utilizo esta frase para que seamos conscientes, que la literatura o lo que hemos denominado con este nombre, es más que la literatura. Los que consideramos grandes autores, que crean grandes obras maestras, éstas nos influyen directa o indirectamente, pero no solo a los humanos que después las leen-piensan-razonan-meditan, sino a todos los demás, porque dejan algo,   importan en las épocas presentes y posteriores. Unos, lectores-contempladores, perciben un aspecto de la existencia, otros, captan otros. Y así se van combinando, sus influencias. Es lo mismo con los productos mercantiles, aunque no los utilices directamente, influyen en ti y en tu época. De alguna manera, light, la cultura es una especie de servicio, aunque no sea mercantil o material, pero es intelectual y mental y cultural. Whitman nos está influyendo ahora, ahora tanto como hace ciento y pico de años…

                        - Whitman, en su Hojas de Hierba, intenta, según su ideología e idiosincrasia, tender la mano al hombre y mujer común, al pueblo, al ciudadano. Diríamos que es elevar a arte y arte literario los principios de la democracia norteamericana, o dicho de otra manera, el sistema sociopolítico que empezando con Lutero en la época moderna, pasó por la revolución parlamentaria inglesa, terminó en la revolución independencia americana, después en la revolución francesa… En definitiva, el ciudadano común, que diríamos es la era en la que estamos, tiene un lugar o un papel en el mundo, en su propio mundo, en el Mundo Político con mayúsculas, sea con sus opiniones, sus votos, su libertad económica, en este caso, su libertad de pensamiento. De hecho esta obra, sea con razones objetivas o motivos irracionales, al autor le trajo enormes problemas de condena. Si hubiese vivido un siglo antes, en cualquier país europeo, habría tenido graves problemas con su propia libertad…

                        - Whitman planteó el concepto de libro, un único título, que nunca se termina, que siempre está creciendo, que siempre se está revisando, y que solo se le da fin, con la muerte del autor. Concepto que alguna vez ha sido utilizado, pero pocas veces. Pero que al final, tiene un gran valor cognoscitivo, al final, cada autor, solo escribe un libro, una sola obra, puede que tenga muchos títulos, puede que desarrolle muchos aspectos diferentes y diversos en distintos títulos, pero en el fondo, todos los autores solo escriben un único libro, aunque la industria exija diferentes, en estilo, en temáticas, en géneros. Al final, un artista solo hace en su vida una sola escultura o un solo cuadro que va cambiando y evolucionando con el tiempo…

                        - En cierto momento, se puede deducir e inducir de los datos que conocemos de Whitman, que después de intentar durante unos años, presentarse a premios y de escribir para agradar, y para tener éxito, se planteó, que ya escribiría según su gusto, su interés, su concepción, y que publicaría lo escrito, en la medida de lo posible, gustase o disgustase. Llega un momento, al menos a algunos autores, que se tienen que plantear si “materializan su visión, tenga éxito o no lo tenga, tenga aceptación o no lo tenga, olvidándose de vanguardias y de conservadurismos estéticos o conceptuales”. Cuándo llega ese momento, que no es un minuto, sino puede durar meses o incluso lustros. Cuándo atraviesa ese rubicón, es cuándo puede surgir una obra maestra. Aunque no siempre, porque existen otros elementos.

                        A mi entender, de suceder este hecho, que parece que es verdad, o diríamos, no sería una convicción y concepción momentánea, sino una que se fuese formando a lo largo de años, creo que es el principio, no solo de su obra, sino de un gran observador-pensador-meditador-escritor.

                        Este es el drama de todo autor, sea el género que sea, sea la ciencia que sea, sea el arte que sea, sea la actividad que sea, si está realizando una obra durante años, y no es aceptada, llega un momento que se plantea, “o sigo haciendo lo que construyo, adaptándome en mayor o menor medida a los gustos imperantes, aunque cambie algo, o ya, dejo de pensar eso, y realizo o construyo el edificio cultural o mental, mejor o peor, de significantes y significados, que yo crea mejor, guste o disguste, después lo publico, o hago público, lo mejor que pueda, y después, dicha obra será destruida posiblemente por el tiempo, olvidada, ninguneada, o quizás, por una suerte de fortuna, abre un nuevo horizonte, y es aceptado ese nuevo paradigma”. Esta es la cuestión.

                        Cierto es que muchos autores, da lo mismo el arte o la ciencia o la actividad empresarial o vocacional, que haga, nunca se plantean este tema o cuestión, hay autores, que no dan ese paso subsiguiente. Pero este dilema es esencial. Pueden dar el salto y no salir esa obra maestra, o salir y no ser reconocida y perderse, o al final, ser reconocida.

                        - Vivimos un tiempo que ahora un autor, escribe y publica un libro, como se editan millones en el mundo, puede no llegar a las manos adecuadas. Sea bueno o menos bueno, duermen en los anaqueles. Cuando Whitman, en esa época, todo nuevo libro, era un acontecimiento, y por tanto, podría llegar a la gran crítica de su época. Eso es lo que sucedió con la primera edición de Hojas de Hierba, que llegó al gran crítico y escritor del momento y de su cultura y de su época, a Emerson.

                        Este es el tema de hoy, que se plantea de muchos modos, ¿un Cervantes se perdería hoy? ¿Un Quijote ya escrito, ya publicado incluso o sin editar porque no encontrase editor, se perdería? ¿Un Cervantes o un Quijote, con autoediciones, con presencia en las redes sociales o en internet se perderían hoy?

                        Diríamos que este debate es hoy presente, en las formas que antes indico y en otras, se perdería hoy, un Cervantes, se destruiría hoy un Quijote… hay dos bandos, quienes indican que hoy un Cervantes-Quijote no sería olvidado, y los que dicen, que en un mundo globalizado, con millones de libros nuevos cada año sí. Yo solo puedo decir-preguntar, que hoy cómo sería un Cervantes, cómo sería hoy, un nuevo Quijote, es decir, una obra genial o maestra, evidentemente sería algo innovador, en conceptos y en formas, o no tanto, pero con qué parámetros o redes intelectuales seríamos capaces de verlo y de sentirlo y de analizarlo. Porque quizás las connotaciones cognoscitivas serían tan innovadoras, que no tendríamos antenas para captar la originalidad, la profundidad, la esencialidad…

                        - ¿La Guerra Civil? ¿Qué hace un autor ante una guerra civil, qué hace antes, cuándo ya se va viendo que se va preñando y engendrando, qué se hace cuándo ya surge, qué después…? Que yo conozca, hasta los documentos griegos y referencias que nos han quedado del mundo antiguo, incluyendo los tiempos bíblicos, no hay autor, no hay ser humano, en ninguna parte del mundo, al menos hasta ahora, que no haya vivido y existido en una guerra, en ella, o después de ella, o antes de una de ellas. Diríamos que la guerra está y es, es uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, la llevamos dentro de nosotros… ¿Qué puede hacer un autor, qué puede hacer un ser humano que no es autor de ningún arte o ciencia, qué pudo hacer Whitman…? ¿Qué hará usted, porque la literatura y el arte, solo tiene sentido si de ellos, usted y su vecino y yo, aprendemos ideas y pautas y modelos de conducta…? ¿Cómo podríamos hacer desaparecer la guerra, como epidemia social, de la faz de la tierra, igual que hemos sido capaces que desaparezca la viruela, la varicela, etc.?

  1. Al final, debemos ser serios y sencillos, y admitir la realidad, todos somos hijo de un libro, todos llevamos una ideología, sea del color que sea, y esa ideología se resume en un libro o en un texto o en unos principios. Lo demás, diríamos sirve para adornar dichas ideas esenciales o fundamentales. Algunos dirían que toda persona es hija de un acontecimiento-vivencia-experiencia o incluso de un ambiente-endoculturación, o de una herida-trauma, o de todo junto o conjunto. Pero toda persona, directa o indirectamente, guste o disguste, tiene “que todo eso, pasarlo a libro, pasarlo a ideas, transformarlo en ideología”. A eso denomino toda “persona es hijo de un libro, o es padre de un libro, o ambas cosas a la vez, escriba o no escriba, sea autor o no sea autor material, sea artista o no lo sea…”. Es quizás, nuestra condición, que somos naturaleza y cultura, necesidad y libertad. Y cada época, posiblemente también, igual que cada cultura es un “libro o es hija de un libro”… ¡¿Ahora reflexione usted cual es su “libro o su cuadro que es la base de su ideología”?!

            http://filosliterarte.blogspot.com.es



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