El euro por receta, una canallada asesina

El pago de un euro por receta que acaba de imponer el gobierno de Madrid es una canallada. Inmoral y asesina. Es una canallada porque, en tiempos en los que una mayoría de españoles se ha visto obligada a malvivir con 600 u 800 euros al mes, obligarlos a elegir entre un litro de leche, un kilo de garbanzos, dos barras de pan, un kilo de patatas, o dos tomates, o un litro de aceite perronero y una receta, es obligarlos a dejar de ir al médico hasta que los dolores sean horribles, o llegue la  ceguera diabética, o el infarto por hipertensión, o el lunar purulento se convierta en cancerígeno. Por eso es inmoral, por eso es asesino. Y propio de gentes con dos características: mucho dinero, por lo que lo del euro por receta les importa un pijo, y mucho odio a las clases populares, por lo que lo de que no vayan al médico les importa una higa, si es que, en secreto, alguno de ellos no disfruta al ver aumentada la diferencia que los separa de "esos". Figúrensen ustedes el efecto 'disuasorio' que va a tener el euro cabrón sobre los miembros del gobierno de Madrid. Vean sus sueldos e ingresos patrimoniales y fortunas en general y verán como lo del euro, menos, eso sí, de lo que gasta un señorito en que un pobre le limpie sus zapatos de 500 euros, les da la risa.

 

Y, otra cosa. Ya tardan los colegios de médicos de España en salir al paso de estas leyendas urbanas de la Caverna, según las cuales los doctores son unos irresponsables que expenden recetas como auténticos maníacos a cualquiera que entre por su puerta aunque esté más sano que una manzana asturiana. Parece ser que entra un mecánico a arreglar el radiador y el médico va y le da un fajo de recetas.Tiene cojones. Cuando una gran mayoría de especialistas y generalistas son reacios a recetar porque sí, además de tener en cuenta la interacción de los medicamentos y medir cuidadosamente tanto la posología como la duración del tratamiento a fin de evitar habituaciones, resistencias bacterianas, etc.

 

No puedo evitar ponerles una nota de humor, aunque sea acre, con zuna, porque hoy, a fin de cuentas, es domingo. En una emisora televisiva por la que desfilan como tertulianos habitualmente altos cargos del partido del Gobierno, y no les digo más, en su informativo de mediodía, hablando sobre el euro por receta, sale un sagaz reportero y sentencia "así se acabará el acumular medicamentes". Mientras, el pájaro abre un cajón de una mesa de despacho, cargado de medicamentos hasta la línea de flotación, y dice sin ponerse colorado "vean un ejemplo típico de un cajón en la mesa de oficina de un empleado cualquiera en España". Manda güevos!! Llevo más de 30 años trabajando en redacciones, grandes y pequeñas empresas y administraciones. Y en los cajones de la gente nunca ví más medicamentos que dos o tres aspirinas, almax --antes bicarbonato-- y una pomada pa les almorranes, el que las tuviese. ¡Qué cara la del reportero! Más o menos como la del que dice que lo del euro es "por un efecto disuasorio! Pinocho, cabrón.



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