Cae una red de tráfico de hachis compuesta por marroquíes que intentaba implantarse en Villaviciosa

Cae una red de tráfico de hachis compuesta por marroquíes que intentaba implantarse en Villaviciosa
  • Los CUATRO detenidos realizaban presuntamente la venta de la droga en el interior de un bar que regentaban .

 

Oviedo, a 16 de Septiembre de 2011

 

Funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, de la Comisaría de Avilés, procedieron en la mañana del pasado martes día 13, a la detención de tres hombres de nacionalidad marroquí, de 33, 24 y de 25 años, junto con una española de 29 años, por su presunta participación en el tráfico de drogas que se estaba llevando a cabo en el bar que regentaban en la calle Santa Apolonia,  donde se distribuía HACHIS entre jóvenes de Avilés y concejos limítrofes.

 

Las investigaciones llevadas a cabo se iniciaron meses atrás cuando los Agentes detectaron que en la ciudad se estaba produciendo la apertura de bares regentados por personas magrebíes, en los que la única clientela que acudía eran personas conocidas por la Policía por su consumidores habituales de esta sustancia.

 

Los primeros resultados de las investigaciones se obtuvieron el pasado día 31 de mayo del presente año, cuando los funcionarios procedieron a la detención de una persona natural de Marruecos, que regentaba un bar, como responsable de la venta de estupefacientes. Tras el posterior registro del local sito en la calle El Quirinal, se intervinieron cierta cantidad de HACHIS y dinero.

 

 

En el mes de julio los investigadores detectaron otro establecimiento en el barrio de El Pozón, en el que presuntamente se está llevando a cabo la misma actividad y que también estaba regentado por magrebíes. Estas tres personas se habían trasladado hacia dos meses desde Vizcaya a Avilés presuntamente con la intención de seguir ampliando sus negocios de distribución y venta.

 

Al frente del negocio se encontraba la mujer de uno de ellos, también detenida, natural de Barakaldo (Vizcaya), y con domicilio en el barrio de Versalles, que se encargaba de servir las consumiciones y de la apertura y cierre del local.

 

Mientras, los otros tres socios se encargan de la venta del HACHIS en el bar, estando perfectamente organizados por turnos, de forma que siempre uno de ellos se encargaba de la venta de la droga.

 

Para no levantar sospechas, la forma de actuar era siempre la misma. Los compradores del HACHIS que acudía al local tenían que realizar una consumición, mientras, el responsable de la distribución de la droga, que en ese momento se encontraba en el establecimiento, cortaba y preparaba la sustancia en la cocina, antes de entregársela al comprador.

 

Se da la circunstancia, que en alguna ocasión estos compradores abandonaban el local portando en una mano el HACHIS  y en la otra las bebidas aún sin consumir.

 

Los tres hombres adoptaban varias medidas de seguridad, como por ejemplo, estar siempre en permanente contacto telefónico y ante cualquier eventualidad, destruir las pruebas que les relacionasen a unos con otros.

 

Otra de las medidas era manejar cantidades pequeñas de HACHIS en el bar para evitar ser sorprendidos por la Policía con cantidades importantes que les pudiera comprometer como traficantes. Así, cuando se les acababa la droga en el bar, otro de los componentes de la banda la reponía, utilizando el transporte público para llevarla, bajándose en paradas distintas y alejadas del Bar. Después, llegaba caminando tranquilamente descartando la presencia de la Policía.   

 

 

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