Rajoy: Dimisión y elecciones

Delitos de fraude, prevaricación, malversación, cohecho, falsificación…en definitiva, corrupción, es nuestro triste y decepcionante panorama, que últimamente se han convertido en  noticia de  primera página de nuestros periódicos y apertura de telediarios. A criterio de la ciudadanía, tal lacra obedece esencialmente a dos circunstancias: los controles y/o controladores anticorrupción no han funcionado y la ambición de ciertos políticos y algunos empresarios no tiene límites. Conclusión: nuestro país  se ha convertido en una ciénaga de depravados, síntoma característico de una débil democracia, ineficaz gobierno y la necesidad urgente de desvincular definitivamente el poder judicial del poder político.

 

A todo esto, comprobamos como el volumen de lo sustraído por estos desaprensivos crece en progresión geométrica y ya no se conforman con una sola apropiación aislada, sino que una vez contrastado que el sistema ofrece magníficos resultados, se animan a repetir con el agravante de incorporar a familiares e íntimos amigos, tal como se ha demostrado en el caso del vicepresidente del Gobierno y presidente del FMI, Rodrigo Rato (PP), quien en sus buenos tiempos se permitía la licencia de impartir lecciones de docencia, advirtiendo a los ciudadanos sobre la maldad y perjuicios que ocasionaban a España los corruptos. ¿Estará enfermo el Sr. Rato?

 

Para la sociedad, lo  verdaderamente perverso de la situación, tal como ha sucedido en el presunto caso del ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, jamás habría prosperado de no haber contado con la descarada complicidad de su partido, de ciertos empresarios igualmente corruptos, del poder judicial, algún medio de comunicación y toda la pléyade de cómplices necesarios que perciben mordidas y les permiten mejorar sensiblemente su nivel de vida, si bien nunca aparecen en los mencionados medios dado que sus colaboraciones son retribuidas con cantidades sensiblemente menores. 

 

En definitiva, solo cabe admitir  que la gestión del PP madrileño ha resultado un tremendo desastre, con González recientemente ingresado en la trena y Francisco Granados con dos años largos encerrado como preso preventivo, pero si se le pregunta a la Sra. Aguirre, experta cazadora de talentos, como es posible que le ocurrieran a ella tales desaguisados, siendo ambos acusados personas de su total confianza, continuará afirmando que no tiene la menor idea sobre lo que se está publicando. ¡¡Vivir para ver!!

 

En cuanto a la actitud del presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, da la sensación de vivir en un mundo feliz y ajeno a todos los desastres que están sucediendo y desprestigiando a su partido. Lo suyo, como le explicó años atrás su gurú Pedro Arriola, consiste en dilatar los tiempos hasta lograr los 8 años de permanencia en la Moncloa y cargarse la profecía que le amarga la existencia, consistente en pasar a la Historia con el deshonroso título de "Mariano I el Breve". Todos recordamos que Aguirre pretendía dejar a González de candidato a la presidencia de la Comunidad. Algo inviable porque ya en aquellas fechas existían fundadas sospechas sobre los manejos del citado González y Génova, acertadamente, optó por Cifuentes.

 

Pronto tendrá que acudir a declarar a la Audiencia Mariano Rajoy y aunque sus fieles le defienden a ultranza, otros muchos, que guardan un discreto silenció, aplaudirían que su presidente presentase la dimisión y convocase elecciones generales lo antes posible. Sería un acto noble por su parte y hacia su formación, en la que existen grandes políticos, jóvenes, con preparación y formación más que suficiente para ocupar los puestos de todos aquellos que deberían acompañar a don Mariano en su voluntario adiós a la política.. Sabemos que esto será considerado como una utopía, pero en escasas ocasiones hay quien dice que los milagros existen....¡¡Tiempo al tiempo!!



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