Cosas del diablo

Es cosa sabida que en la Naturaleza nada desaparece, todo se transforma. Si un microbio, una paloma, un grillo, una rosa, un árbol, una piedra se hicieran polvo, otros vendrán y ocuparían su lugar. Lo mismo sucede con el hombre y sus ideas.

 Comunismo, liberalismo, socialismo, radicalismo, pogromo, planes quinquenales, teocracia, vasallaje y monarquía en todos sus estamentos, son elementos políticos o sociales que han estado siempre, de una forma u otra, unidos al destino del hombre. Nada es de hoy ni de ayer, sino de siempre. No estamos inventando un concepto de historia, ni mucho menos recreándonos en sus avatares; simplemente vemos sus consecuencias.

 Nos lamentamos de que el mundo de hoy está camino del caos, y eso no es cierto. El planeta Tierra va a su aire, como siempre; lo que sucede es que como el ser humano vive en conjunto tan poco tiempo, de ochenta a noventa años máximo, no nos damos cuenta de nada. El tiempo del Universo, del Cosmos, es otro.

 Que si están desapareciendo los árboles tropicales, que si la capa de ozono se reduce, que si la contaminación está mermando a los seres vivos, que si cada cierto tiempo desaparece una raza animal, que si la radioactividad es cosa del diablo que..., bueno. Todo tonterías e ignorancia. En ese aspecto seguimos en los tiempos del medioevo. Puro terror.

 Para nuestra tranquilidad, no existe un antes o un después, un arriba o un abajo, sino una  perpetua  creación sin fin, y eso sucede una, cien mil e infinitos millones de veces. Sabemos que la Tierra desaparecerá dentro de 5.000 millones de años, pero ¿ no es ese tiempo  toda una eternidad?

 



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