El argayo de la verguenza

Acudí a la entrega de los premios Dionisio de la Huerta Casagrán en su quinta edición y que desde ahora y para siempre se celebrarán en Moreda, en la sala del antiguo cine Carmen, que para eso su promotor el empresario de Boo afincado en Barcelona Franco Rodríguez es hijo del concejo y barre para casa todo lo que puede. Al alcalde David Moreno la idea le ha parecido de maravillas y por tanto Moreda será escenario fijo de este acontecimiento que se celebra en las ultimas fechas de agosto.

El premio consiste en una estatua realizada por el escultor Luengo de Dionisio de la Huerta, un catalán asturiano universal, inventor del descenso internacional dl río Sella en piragua, a quien el Principado tanto debe en cuanto a su promoción internacional a través la citada prueba deportiva. En esta ocasión los premiados fueron el investigador Carlos López Otín -espero que con los recortes que está llevando a cabo Cajastur su cátedra no corra peligro, que en cuanto puedan nos los llevan para otra universidad-, la sociedad Humanitarios de San Martín presidida por Esperanza del Fueyo y el piraguista Manuel Busto cuyo premio fue recogido por su esposa Bibiana ya que se encuentra en Hispanoamérica promocionando los productos que fabrica su principal sponsor Sierra Gress. Hizo de maestro de ceremonias el que es primer hijo predilecto del concejo de Aller, el psicoesteta Ramiro Fernández y, la verdad, sin llegar a la altura de Luis del Olmo, dejo el pabellón bien alto. La nota la musical corrió a cargo del Coro Santiaguín, en plena forma. Aller es un concejo en crisis, como tantos otros, y eso que aún tiene un pozo minero, el Santiago, en funcionamiento. Me sorprende ver que después de tres años continúa el argayo, y por consiguiente con la carretera chapuceramente desviada, poco antes de llegar a Moreda, junto al río Aller. Un concejal me comenta que al final ni el gobierno de Vicente Alvarez Areces y, por supuesto, el de Francisco Alvarez Cascos, sacaron a licitación las obras para repararlo. Por lo visto esperaban a los fondos mineros y ahora Javier Fernández se encuentra con que ya no existen. Vamos, que como tantas otras cosas en esta Asturias de nuestros amores, unos por otros y la casa sin barrer. De la terminación del corredor de Aller ¿Que quieren que les cuente?. Esto, como lo del argayo, mejor lo explica el ex viceconsejero de Fomento Juan Vega que le da al palique casi tan bien como el diputado Antonio Trevín quien ayer glosó la figura de Carlos López Otín, una persona a quien cada vez admiro más, no solo por su categoría científica si no también por su talante humano.

En estos actos -vale más que ir a funerales- siempre encuentro a buenos amigos como Rufino Roces que esta temporada carga pilas en Gijón. O Manuel Louzao del que me entero que su hijo es el único asturiano que pertenece a la elite internacional del arbitraje de tenis, ahora que la ensaladera llega a Gijón. Chema Valdés, el organizador del descenso internacional en piragua del alto Nalón, no se pierde nunca este acontecimiento. Me cuenta con orgullo de padre que su hijo ya ejerce como traumatólogo en el Hospital General. De simple espectadora, en compañía de sus padres, veo a la gran cantante de ópera Beatriz Díaz. Su padre precisamente fue un campeón de la tonada y ella misma la practicó hasta los quince años pero su poderosa y bella voz la llevaron al final a los escenarios de los principales teatros operísticos del mundo. Saludo también a Celia Fernández, presidenta de la Cruz Roja de Asturias, acompañada del vicepresidente Paco Corte y del presidente local. Cruz Roja dispone ahora de nuevos locales en el centro de Moreda lo que me alegra. Celia Fernández se prepara para recibir a la cúpula mundial de esta ong en octubre ya que acudirá a Oviedo a recoger el premio Príncipe de Asturias. Al acto también asistió, aunque no abrió la boca, el director de Deportes del Principado José Ramón Tuero. Estaría meditando volver a expedientar al presidente de la Federación Asturiana de Bolos Desiderio Díaz López por insumiso.Tuero, ahí donde lo tiene, fue una temporada alcalde de Mansilla de las Mulas. En fin, un acto sencillo y emotivo en el que una vez más la figura de Dionisio de la Huerta sirvió para que nos diéramos cuenta de que los asturianos somos mucho más de lo que creemos. ¡Puxa Asturias!.



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