El actual aislamiento internacional de Paraguay es culpa de los golpistas

El  22 de junio los conspiradores liderados por el vicepresidente Federico Franco provocaron un golpe de estado parlamentario contra el Presidente de la República, electo democráticamente por el pueblo paraguayo y en consecuencia una ruptura del proceso democrático. Igualmente, atentaron contra el proyecto de integración soberana y solidaria de nuestra América.

Lo hicieron en beneficio de una burocracia política y de un reducido grupo de poderosos sectores económicos que concentran para si los beneficios del desarrollo sobre la base de la pobreza y marginación de gran parte de nuestro pueblo.

 

No obstante la  presencia de cancilleres en el Paraguay en representación de la Unasur,  preocupados por serios indicios de una crisis política en curso que pudo evitarse para no producir un quiebre institucional  con serias implicancias políticas internas y externas, los miembros del Congreso optaron por el aislamiento del Paraguay como la mejor forma de proteger el monopolio del poder político y económico.

Esa misma dirigencia política que no escuchó  el  mensaje de los cancilleres que fue transmitido en sucesivas entrevistas al más alto nivel a  representantes de los partidos políticos, a miembros del Senado y personalmente  al vicepresidente  Federico Franco,  es la que optó por el golpe y es la única responsable del aislamiento del Paraguay de la comunidad internacional, hecho sin precedente en los inicios  del siglo XXI.

Se ha advertido en su momento a los partidarios del golpe las consecuencias que traerían en el campo internacional la ruptura institucional que llevaron a tambor batiente. Por el interés nacional, se les ha señalado que con su postura estaban dañando con graves perjuicios a nuestro país, al pueblo paraguayo, en beneficio de una minoría, tanto en el frente interno democrático como ante la comunidad internacional. Sin embargo, a espaldas del Paraguay, optaron por perjudicar gravemente los intereses generales de la nación.

 

Estos perjuicios y consecuencias negativas ya se están sintiendo en estos momentos tanto en el campo económico y comercial en desmedro del genuino interés de los empresas y de los trabajadores. Con esta tendencia todo hace pensar que lamentablemente la crisis seguirá  agravándose.

Últimamente puede observarse con pena que exponentes del Gobierno agudizan el aislamiento del Paraguay con sus agresiones verbales a Presidentes del Mercosur  y a la comunidad internacional,  con sus actuaciones contrarias al espíritu integracionista que venía desarrollando la política exterior del gobierno del Presidente Lugo en el ejercicio de la Presidencia Pro-tempore del Unasur y en su activa participación en la agenda internacional. Los discursos contra países amigos y sus dirigentes lo único que harán es profundizar el aislamiento, como lo hacía en su momento la dictadura de Alfredo Stroessner y sus representaciones diplomáticas.

 

Es bueno puntualizar  que esta situación no se revertirá hasta que desaparezca la causa que lo motivó. Es decir, hasta que se logre la restauración democrática, pues el 22 de junio se atropelló la Constitución Nacional y la soberanía popular. Cualquier otra salida es y será ilegítima y no tendrá aceptación en el concierto nacional e   internacional.

Finalmente, insto a los actuales detentadores del poder a poner en primer lugar el interés del pueblo para la solución de estos problemas.  Yo pondré todo mi empeño y sacrificio para colaborar  en la restauración de la democracia y quedo  abierto a buscar la solución que traiga la paz y la concordia entre paraguayos y paraguayas.

 

*Presidente electo del Paraguay



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