Clotas, crónica de una amistad

Fue amigo y contertulio de mi padre, y tuve el honor de ser acogido en el círculo de los amigos de Juan Ramón Pérez Las Clotas, el gran periodista gijonés que nos acaba de dejar. Siguiendo su brillante trayectoria profesional, apenas exhibida dada su proverbial modestia, aprendí lo que es un ser humano de una pieza y un periodista culto, riguroso e innovador. Su sentido del humor era magnífico, como lo era su capacidad para resistir los golpes que siempre amenazan a una persona independiente y en paz con su conciencia.

 

Nunca le agradeceré lo suficiente el estímulo que para mí significó el haber aceptado prologar un libro mío, “Rasgos y riesgos del desencanto astur”, publicado en 1987. Yo era una persona inquieta con vocación política, y Juan Ramón ya era un maestro consolidado en el oficio del periodismo. Mantuvimos muchas conversaciones, y siempre guardaré el recuerdo de su gran curiosidad intelectual, de su lealtad a los amigos, y de su cosmovisión inteligente desde su atalaya asturiana. Nada de lo humano le fue ajeno a este hombre de espíritu renacentista, forjado por los vientos de una España convulsa, y que nos ha dejado el ejemplo de su generosidad y de su valentía. Gracias por todo y para siempre, querido Juan Ramón.

 

*Presidente del Principado

 

 



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