Así fue el homenaje de México al Papa Juan Pablo II, con motivo de su beatificación

Así fue el homenaje de México al Papa Juan Pablo II, con motivo de su beatificación

Con un homenaje, el primero que se ofrece en el mundo a Su Santidad Juan Pablo II, los mexicanos conmemoraron su entrada a la Casa del Padre y celebraron su próxima beatificación, en un evento convocado por la sociedad civil, encabezada por Juan Carlos Carredano y Angélica Cetto, la Iglesia Católica y Televisa.

De acuerdo con los organizadores, más de 70 mil personas asistieron al Estadio Azteca, lugar emblemático (junto con la Basílica de Guadalupe), donde el “Papa viajero” se reunió con una multitud de mexicanos que oraron con él y lo escucharon, pero también hicieron olas, gritaron porras y le cantaron.

 

El homenaje inició a las cinco de la tarde con la presentación de Martín Valverde, cantante de música religiosa, posteriormente se ofreció un rosario viviente para pedir por la paz en México, que es azotado por la violencia debida al crimen organizado. Se envió así un mensaje de esperanza y unidad para trabajar por la construcción de la paz en el país.

 

Mensajes de los líderes religiosos

El Nuncio Apostólico en México, Christophe Pierre, transmitió el saludo de Su Santidad Benedicto XVI, quien se refirió al Papa Juan Pablo II como un pontífice que hizo de su existencia una ofrenda total de amor a Dios, a la Iglesia y a los hombres. Y recordó las palabras que, doce años atrás, había pronunciado el “Papa peregrino”, en el mismo Estadio Azteca, sobre la necesidad de que los jóvenes, así como todos los fieles católicos se empeñen para que el mundo y la sociedad estén orientados a Dios; que a través de la alegría y la fidelidad de su vida cristiana puedan manifestar que sólo en Cristo encuentra el corazón humano la paz y la plena felicidad. Asimismo, Su Santidad Benedicto XVI imploró para todos la protección de la Virgen de Guadalupe, e impartió la bendición apostólica.    

 

Monseñor Christophe Pierre comenzó su propio mensaje con las palabras del Papa Juan Pablo II en su última visita a México: “¡Me voy, pero no me voy. Me voy, pero no me ausento; pues aunque me voy, de corazón me quedo! ¡México lindo, que Dios te bendiga!”, aludiendo a ellas como una misteriosa realidad porque, desde la comunión de los santos, el Papa se hacía presente.

El nuncio recordó la invitación que el pontífice dirigió al mundo seis días después de su elección: “¡No tengan miedo! ¡Abran, más aún, abran de par en par las puertas a Cristo!”. Palabras, dijo, del gran hombre que supo defender la dignidad humana, que reclamó los derechos del pobre, el respeto para los hermanos indígenas, la justicia social, la práctica de la solidaridad, la búsqueda del bien común y de la paz.

 

Luego, Monseñor Christophe Pierre enfatizó: “Del gran hombre que no cesó de animar a todos a luchar por desterrar de su amado México, la corrupción, la pobreza, las injusticias, la violencia, la drogadicción y el narcotráfico.” Y agregó que el Papa Juan Pablo II “supo también manifestarnos su paternal 'lamento' por la indiferencia y falta de respeto de muchos por los valores trascendentales de la persona humana, de su dignidad y libertad, de su derecho inviolable a la vida y del don inestimable de la familia. Factores, estos, que progresivamente han hecho que cada vez más se doblegue la verdadera identidad del pueblo mexicano”. 

 

Por su parte, el Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo Primado de México, recordó que fue precisamente un 2 de abril, de hace seis años, cuando el Papa Juan Pablo II partió a la Casa del Padre. En ese momento, las expresiones de la multitud de católicos en todo el mundo eran unánimes proclamándolo ¡Santo súbito! Dijo que en el conjunto de sus mensajes en las cinco visitas apostólicas resaltaba el tema de la fidelidad a Cristo en su Iglesia. Subrayó que el gran problema en México es la separación que se hace, con frecuencia, entre fe y vida, lo que constituye una tragedia por la incoherencia en que se vive.

 

El cardenal comentó que, en la primer visita del “Papa viajero” a México, realizada en 1979, Juan Pablo II experimentó la fuerza de la fe de un pueblo que le manifestó su amor, despertando su conciencia sobre la vocación misionera que marcó su pontificado, pero también le abrió las puertas para regresar a Polonia, su tierra natal, “como signo de esperanza y libertad”.

Juan Pablo II, proclamado “El Grande”, se distinguió, entre otras cosas, por su esfuerzo a favor de la paz y del ecumenismo. Sahib Arjan Singh, vicepresidente del Consejo Interreligioso de México, en representación de esta institución y en compañía de los líderes religiosos de las Iglesias Luterana, Ortodoxa Griega, Anglicana, Ortodoxa de América, Hinduista, Metodista, Ortodoxa de Antioquía, y la Comunidad Judía, rememoró las palabras del Papa, pronunciadas en Asís, a favor de la paz: “Somos bien conscientes del hecho de que la violencia puede ser decidida por pocos, la paz supone el empeño solidario de todos (…) Pero el compromiso por la paz debe ser obra sobre todo de los creyentes”.

 

Sahib Arjan señaló: “Hoy nos presentamos al mundo a pesar de nuestras diferencias, dando ejemplo de un deseo de tolerancia, respeto y unión. No queremos abandonar este Estadio Azteca sin hacer oír la voz unánime en el corazón de México: no más violencia, no más muertes, no más dolor. ¡Que Dios conceda a nuestro país, a cada hombre y a cada mujer, el maravilloso don de la paz!”

 

El programa

El homenaje se centró en recordar algunos momentos de su pontificado, pero especialmente las cinco visitas que hizo a México, para lo cual se transmitieron una serie de cápsulas que destacaron: su participación en la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, y visita a la Morenita del Tepeyac, a quien consagró su ministerio petrino (1979); impulso a la vida eclesial de las comunidades, convocándolas a la nueva evangelización, y beatificación de los niños indígenas Cristóbal, Antonio y Juan, protomártires de la Nueva España (1990); encuentro con las culturas indígenas de América Latina, con ocasión del Año Internacional del Indígena (1993); promulgación del documento postsinodal Ecclesia in America, el “Encuentro del Santo Padre Juan Pablo II con todas las generaciones del Siglo”, y la proclamación de la Virgen de Guadalupe como Emperatriz de América (1999); canonización de Juan Diego, el primer santo indígena del continente americano, y la beatificación de Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, mártires oaxaqueños (2002).

Otro de los muchos momentos emotivos fue el recorrido del papamóvil, mientras se cantaba el tema especialmente dedicado a Juan Pablo II: “Amigo”.

 

Durante el homenaje se presentó el testimonio de una familia mexicana que, con la intercesión del Papa Juan Pablo II, obtuvo dos milagros vinculados. Ana María Mondragón estaba embarazada cuando le diagnosticaron un tumor en el cerebro, los médicos le sugirieron el aborto porque sus hormonas harían crecer el tumor y su tratamiento afectaría el desarrollo del bebé, pero la madre se negó. Ana María y su esposo Rafael contaron cómo la niña, a quien pusieron el nombre de Karola, pudo nacer sana y ella se curó del tumor, que terminó por desaparecer, a pesar de que los doctores le dijeron que el cinco por ciento, que no había podido ser estirpado, quedaría en su cabeza.

 

En el programa musical participaron Filippa Giordano, Pedro Fernández, Emmanuel y Alexander Acha, Jorge Muñíz, Amanda Miguel, Reyli, la Orquesta de Javier Castro, Río Roma, Prey y Odino Faccia.

¡México siempre Fiel!, fueron las palabras que quedaron tatuadas en los mexicanos, y que resonaron durante todo el homenaje, así como la expresión “Nuestro Papa mexicano”, pues el mismo Juan Pablo II dijo en una de sus visitas al país: “En el pasado me he sentido un Papa carioca, hoy me he sentido mexicano (…) me he dicho ‘tú eres mexicano”.

 

El pueblo de México, que siempre se volcó en detalles de amor para el Papa, le volvió a dar muestras de su cariño gritándole las porras tan conocidas: “Juan Pablo, hermano, ya eres mexicano”, “Juan Pablo II, te quiere todo el mundo”, “Juan Pablo, amigo, el pueblo está contigo”. La comunicadora Valentina Alazraki, comentó que el júbilo de los mexicanos alegraba mucho al Papa. Él expresaba: “México sabe rezar, sabe cantar, pero, más que todo, sabe gritar”.

 

Fuente: Conferencia del Episcopado Mexicano.

Por Lizeth Basilio


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