¿Quién controla en el plan 'secreto' de prospección petrolífera marina del Gobierno?

¿Quién controla en el plan secreto de prospección petrolífera marina del Gobierno

WWF ha presentado alegaciones contra varios proyectos de exploración petrolífera planteados en nuestros mares en los últimos años. La organización ha pedido ante los tribunales que pare la búsqueda de este recurso en las aguas españolas, hasta que se regule la actividad, por sus impactos sobre la salud de los ecosistemas marinos. WWF denuncia que más de 60.000 km2 de mares españoles están sembrados de proyectos de esta índole y afirma que existe, de facto, un plan de prospecciones.
Mapa búsqueda petróleo:

WWF pone de manifiesto que existe un plan no reconocido por el Gobierno de prospecciones petrolíferas en aguas españolas. La búsqueda de hidrocarburos prima los intereses privados de las empresas promotoras sobre el interés general de la sociedad española, al no existir la obligación de que esta actividad se evalúe en su conjunto, sino sólo cada uno de los proyectos o, en ocasiones, parte de esos proyectos de forma aislada.

La organización pide que se reconozca la existencia de este plan de exploración y que, como tal, se someta a una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE). Esto supone que se analicen los impactos de los proyectos en su totalidad, sin fragmentarlos para minimizar la evaluación de los daños que producirán en nuestros mares y costas.

Los proyectos recorren la mayor parte de nuestro litoral, desde Girona a Málaga, Cádiz, Huelva, País Vasco, Asturias y Canarias. Además, se encuentran en distintas fases de desarrollo (proyectos de exploración solicitados y vigentes, concesiones de explotación y de almacenamiento) y abarcan una superficie de más de 60.000 km2, lo que supone más de un 5,4% de las aguas marinas españolas (1.113.924 km2).

La organización ha presentado ya alegaciones a la concesión de permisos en varias de estas zonas, concretamente en el Golfo de León, Tarragona, Mar de Alborán, Canarias y próximamente lo hará también en las que se pretenden efectuar en el Golfo de Valencia.

De hecho, en diciembre del pasado año WWF España recurrió ante el Tribunal Supremo el Real Decreto que otorgaba los permisos para buscar hidrocarburos en las aguas profundas Canarias (perforaciones a más de 1.000 metros), a pesar de la rotunda oposición social y de los Cabildos.

La organización denuncia que estas exploraciones canarias podrían causar graves impactos sobre Lanzarote y Fuerteventura, dos islas declaradas Reservas de la Biosfera por la UNESCO.

En el Golfo de León se ha presentado otro macroproyecto de exploración sísmica, que abarca desde el Cap de Creus al Norte de Menorca, situado sobre el corredor migratorio de cetáceos del Mediterráneo. WWF también presentó alegaciones ante el MAGRAMA por los perjuicios que puede causar sobre los hábitats y especies presentes en esa zona. Los informes del CSIC avalan la postura de WWF, ya que reflejan que se trata de una zona crucial para la biodiversidad del Mediterráneo.

De hecho, la comunidad científica ha alertado de la importancia de estos espacios para la supervivencia de diversas poblaciones de cetáceos, así como para otras especies amenazadas y de interés comunitario, como tortugas y aves marinas, entre otras. También ha denunciado la incompatibilidad de estos proyectos petroleros con la conservación de la frágil riqueza marina española, ya que afectan a zonas que están siendo investigadas con fondos europeos para ser incluidas dentro de la Red Natura 2000.

WWF recuerda que los impactos de estas prospecciones causarán daños no solo a especies en peligro, sino que afectarán a sectores clave, como el turismo y la pesca, generando un perjuicio para toda la población que depende de ellos. Los escasos beneficios que pueden justificar las prospecciones no compensan los elevados riesgos ambientales y socioeconómicos de un accidente.

José Luis García Varas, Responsable del Programa Marino de WWF, subraya: “Mientras no se realice una planificación espacial de estas actividades, conforme a la Directiva Marco de las Estrategias Marinas, estas actividades seguirán siendo una fuente constante de conflictos y un riesgo para la sostenibilidad de los recursos y los sectores marinos a corto, medio y largo plazo”. Y concluye: “Desde WWF nos oponemos a estos proyectos como se están planteando y pedimos a todos los Ministerios implicados en el desarrollo de estas actividades que se pongan de acuerdo con el MAGRAMA para garantizar que la búsqueda de petróleo no pone en riesgo la salud de los mares españoles”.


Impactos de las prospecciones petrolíferas:


· Cetáceos: Las prospecciones sísmicas pueden causar daños auditivos, varamientos, cambios en el comportamiento, desorientación y modificación de la conducta de la fauna marina (fenómenos de dispersión, separación de crías, alteración de la capacidad de defensa y de obtención de alimento, etc.), lo que conlleva la degradación de hábitats o la exclusión de especies de éstos, y en algunos casos hasta la muerte. Además, se ubican sobre corredores migratorios, lo que afecta a distintas poblaciones de cetáceos y a otras especies, como las tortugas.

· Peces: la contaminación acústica provoca una reducción en las capturas de diversas especies de peces, algunos de ellas de interés comercial, así como alteraciones en la cadena trófica. También pueden afectar negativamente a la supervivencia de los huevos y larvas de pulpos y sepias.

· Pesca: interferencias con los barcos de pesca que faenan en la zona (p.ej. enredos del cable con los hidrófonos y los artes de pesca). Alteración en la distribución de las poblaciones de especies comerciales, ocasionado por la dispersión de bancos de peces, producido por efecto del sonido de los disparos (cañones de aire comprimido).

· Turismo: No hay que olvidar las repercusiones que estos proyectos podrían acarrear a otros sectores económicos como el turismo, una de las principales fuentes de ingresos en nuestro país. Un accidente frente a las costas españolas podría ocasionar una marea negra que afecte a estos sectores clave. En el caso de Canarias, sería especialmente grave porque también dañaría el abastecimiento de agua potable.

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