Greenpeace denuncia que la central de Almaraz incumple los requisitos exigidos por el CSN

Greenpeace denuncia que la central de Almaraz incumple los requisitos exigidos por el CSN
Greenpeace ha enviado una comunicación al Ministerio de Industria, Energía y Turismo en la que denuncia que Centrales Nucleares Almaraz-Trillo A.I.E, cuyos propietarios son Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa e Hidroeléctrica del Cantábrico, no ha cumplido todavía los requisitos exigidos por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), relativos a las pruebas de resistencia.

 

 

Proyección sobre la central nuclear de Almaraz

La organización ecologista, además, exige información transparente y detallada ante la parada no programada que mantiene el reactor desconectado y que, al menos, durará hasta mediados de febrero.

Tras la parada programada para la recarga del reactor Almaraz I el pasado 11 de noviembre, que duró 18 días más de lo inicialmente previsto, no se ha conectado a la red de manera estable por diversos problemas aparecidos el 7, el 13, y el 22 de enero, los titulares han comunicado que van a revisar la excitatriz del alternador (generador eléctrico), y el 15 de febrero es la estimación que hacen para la sustitución de este elemento.

"Almaraz tiene problemas para ponerse en marcha tras salir de una revisión, en la que no ha realizado las mejoras sobre seguridad exigidas tras el accidente de Fukushima", ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace. "Sus notas informativas solo ocupan unos renglones para comunicar sus problemas y páginas enteras para explicar sus rutinas."

El 5 de enero de 2012 se produjo un incidente cuando los monitores de radiación de la ventilación de la sala de control se quedaron sin electricidad; posteriormente, el 12 de julio, notificaron que los tanques de diseño sísmico son inoperativos.

Greenpeace recuerda que la Ley 15/2012, de 27 de diciembre, de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética, en su preámbulo apartado II dice: "...La generación de energía eléctrica mediante la utilización de energía nuclear supone la asunción por parte de la sociedad de una serie de cargas y servidumbres, debido a las peculiaridades inherentes a este tipo de energía, cuyo impacto económico es difícil de evaluar". Ante este reconocimiento legal, Greenpeace considera que la sociedad debe ser informada con transparencia e inmediatez sobre los incidentes, los problemas y el estado de cumplimiento de los requisitos de seguridad exigidos por las instituciones.

"Nuestro sistema eléctrico esta pagando las consecuencias de la inestabilidad de las nucleares, ya sea por problemas económicos, políticos o de seguridad", ha añadido Montón.

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