El presidente del Principado considera conjurada la intervención de la Hacienda Asturiana por Madrid

El presidente del Principado considera conjurada la intervención de la Hacienda Asturiana por Madrid

Oviedo.-En su respuesta en la Cámara asturiana a la pregunta de Francisco Álvarez-Cascos,¿Por qué su gobierno no facilita con diligencia la información completa del contenido del Plan de Ajuste y del Plan Económico Financiero 2012-2014 que han presentado al ministerio de Hacienda?, el presidente del Principado, Javier Fernández dio por conjurada la posible intervención de la Hacienda autonómica por parte del Gobierno central y, entre otros aspectos, se refirió al presupuesto presentado por el anterior Ejecutivo de FORO señalando que su comparación con el que actualmente se negocia con Montoro "no es posible". 

 

Primera respuesta del presidente:

 

Sr.  Diputado, le reitero lo que he comentado anteriormente a otros intervinientes: este Gobierno, a través de la consejera Dolores Carcedo, que va a pedir la comparecencia aquí de manera inmediata, les explicará con el mayor nivel de detalle lo que es el contenido de ese plan que hemos remitido al Gobierno de España; en este caso, al Ministerio de Hacienda y que, por supuesto, tiene que aprobar el Ministerio de Hacienda. En ello estamos. Durante todo este tiempo, ha habido un amplio intercambio de información; no sé si existió cuando usted remitió el suyo.

 

Segunda respuesta del presidente:

 

Sr. Diputado, verá: hay alguna diferencia entre su plan y el que nosotros estamos elaborando en cooperación con el Ministerio de Hacienda. Alguna sensible. Más allá de lo que usted transmite sobre lo que va a ser la recaudación real o no, nosotros tomamos decisiones por el lado de los ingresos, de los ingresos impositivos, que usted no tomaba. Y tomamos decisiones por el lado del gasto que usted no tomaba, recuérdelo, usted no las tomaba.

 

Y aquel plan, yo creo de verdad que usted no debería defenderlo porque mire, una causa cuando es mala y se defiende, se hace peor, no se hace mejor. Aquel plan era un mal plan y si usted lo defiende, yo creo que lo va a hacer sensiblemente peor.

 

Hace poco más de un mes, el Ministerio de Hacienda amenazó con tomar la decisión de intervenir, es decir, que si no hacíamos un plan nosotros nos lo iban a hacer otros. Y, por tanto, nosotros hemos planteado hacerlo para que las medidas se tomaran desde Asturias y no nos las tuviera que tomar otra administración y lo hemos hecho desde el diálogo.

 

No sé lo que usted había dialogado con el Ministerio de Hacienda. No lo sé, pero tengo la sensación de que muy poco. Desconozco por qué, por qué no hicieron lo mismo. Ahora, yo creo que el riesgo de intervención parece conjurado.

 

No conviene tampoco tener la memoria tan frágil como usted parece tenerla aquí señoría. Usted construye un mundo de creación propia, pero la realidad es la realidad y aquel plan fue rechazado porque no era un plan y ustedes lo decían en algunos momentos. Mire, en primer lugar se ha recuperado la estabilidad política, que eso es muy importante porque se ha recuperado el diálogo, inexistente se lo digo, y porque hemos presentado un plan económico-financiero que no había, y esto ha llevado trabajo y tiempo y una interacción entre el Ministerio y este Gobierno. Las que adelanté, eran las líneas maestras.

 

No se podía, no solo no convenía, si no que no se podía, en medio de ese diálogo con el Ministerio, transmitir cuáles eran las medidas que estábamos proponiendo, porque podían ser rebatidas y lo eran, de hecho, en algunas ocasiones.

Usted no está muy acostumbrado, Sr. Cascos, perdóneme usted, a dialogar. Perdone que se lo diga, pero carece en ese sentido de la autoridad moral para exigir a este Gobierno la diligencia informativa de la que careció el suyo, no solamente en este asunto si no en muchísimos otros.

 

Y, por cierto, para cuestionar los detalles del plan, recuerde que usted reducía la inversión a 147 millones y además ponía en riesgo ingresos por otros 200 millones. Usted ha hablado aquí de inversión, pero es que su gobierno recurría a dos falacias:

 

Por un lado, se excusaba en que se encontraba en funciones para no aplicar las medidas de contención del gasto. ¿Qué plan podía hacer si partía de una excusa para inaplicar medidas?

 

Y por otro lado, afirmaba que la Junta General le había maniatado para acudir al endeudamiento. No, usted primero convocó elecciones y disolvió esta Cámara y luego pidió el endeudamiento. Se lo dije el otro día en la investidura: le hubiéramos aprobado ese endeudamiento si usted lo hubiera pedido antes y después hubiera disuelto. Lo hubiéramos hecho, téngalo por seguro. Y además, es una irresponsabilidad. ¿Por qué no lo planteó y luego disolvió? ¿Por qué disolvió y sin Cámara quiso aprobar una ley? Cosa absurda y usted lo sabe.

 

Se limitó usted a despachar el trámite de la forma más rápida y, permítame, más irresponsable posible. Esta decisión, sumada a algunas otras, seguramente fue la que llevó al ministro Montoro a realizar aquella amenaza de intervención con la que, lo he dicho y lo repito ahora, no estoy de acuerdo porque nunca me pareció tolerable.

 

Así que, conviene no comparar lo que no es comparable. Usted puede presumir de que no tocaba la educación ni la sanidad; lo hará, seguramente, conociéndolo. Claro, usted no tocaba nada. Por no tocar, no tocaba ni los papeles, por eso mandó aquello que llamaba plan. Entre excusas y falacias y falta de diligencia, lo suyo no era plan y esto sí lo es.  Conviene no comparar porque la comparación entre los dos planes es en este caso, por fuerza Sr. Cascos, odiosa.

 

 

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