Álvarez-Cascos: "Tal y como dimana del espíritu universitario, en la actividad política se puede y se debe conjugar la serenidad y el sosiego con la lealtad, para alcanzar unos objetivos colectivos de bienestar y progreso"
Intervención en el acto de toma de posesión como Rector Magnífico de Vicente Gotor Santamaría.
Excelentísimo Sr. Rector Magnífico dela Universidadde Oviedo.
Excelentísimos e Ilustrísimos miembros del Claustro.
Excelentísimas autoridades.
Señoras señores:
Me siento muy honrado con la invitación para acudir a este acto de toma de posesión de quien acaba de recibir el nuevo encargo para regir la Universidad de Oviedo durante los próximos años. Reitero mi enhorabuena a Vicente Gotor por la confianza que han depositado en su persona y en su equipo los miembros de la comunidad universitaria que lo han reelegido. Sus compañeros de aulas o de despachos o de pasillos, tanto docentes como discentes, o el personal de los distintos servicios han querido que siguiese para un nuevo mandato al frente dela institución. Personalmente, me alegro de ello porque siempre he encontrado en el rector Gotor una persona con altura de miras y, al mismo tiempo, con los pies en el suelo. Como Presidente del Principado, respeto y valoro su constante esfuerzo por conciliar el pragmatismo y la honradez intelectual con la capacidad para liderar entusiasmos razonables y apuestas por el futuro. Ejemplos como el suyo de sencillez, de afabilidad, de tesón y de humanidad nos estimulan a todos los asturianos a superarnos para ser mejores.
Las palabras del Rector que acabamos de escuchar están llenasde sentidocomún y de afán de superación, arcenes seguros para promover y asegurar los grandes proyectos de futuro. Permítanme, al hilo de las mismas, una brevísima reflexión circunstancial, no tanto por las limitaciones que exige mi efímera responsabilidad “en funciones” sino por las obligaciones que a todos nos impone la función de responsabilidad que ejercemos como ciudadanos, inseparable de cualquier cargo público. La encrucijada a la que se enfrenta hoy la Universidad de Oviedo, como parte de la encrucijada que vive el país entero, no es fruto del azar sino que es consecuencia de unos comportamientos del pasado que nunca conviene olvidar, y también de los retos que nos ofrece el futuro a los que no debemos renunciar, para mantenernos firmes en lo que merece alentadora entereza, como el gran proyecto del Campus de Excelencia, y para ser flexibles en lo que exige adaptación a los tiempos cambiantes y a las circunstancias movedizas.
Una trayectoria de siglos como la que acredita la Universidad de Oviedo nos enseña que la vida es un “continuum”, que los pasos andados son inexorables y que la vida es una sucesión de puntos de partida que nada tienen que ver con el “borrón y cuenta nueva” sino con las sucesivas oportunidades que los cielos nos propician para seguir haciendo camino al andar. Los momentos y las etapas de transición no tienen que confundirse con paréntesis forzosos o con paradas enel caminoobligadas por las circunstancias. Prefiero considerar que todos los momentos son de transición y que, a veces, no hay instante más dinámico ni más fecundo que aquel en que la sociedad hace un alto en su singladura colectiva para reflexionar y para rearmarse, antes de reiniciar lo más rápidamente posible un nuevocamino defuturo y de progreso, aunque siempre haya quien proponga la vuelta atrás porque piensa, tan legítima como erróneamente, que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Señor Rector, señoras y señores, por eso pienso que es ahora, precisamente en una encrucijada tan difícil como la actual, cuando la sociedad asturiana necesita que su Universidad, además de cumplir con su función primigenia de “universitas” generadora de saberes y de conocimientos, despliegue al máximo su vocación de “alma mater” para engendrar “sobre eso, y antes que todo eso, personas capaces de concebir un ideal, de gobernar con sustantividad su propia vida y de producirla mediante el armonioso consorcio de todas sus facultades”, como rezaba a finales del siglo XIX en el programa dela Institución Libre de Enseñanza. No es un reto nuevo para la Universidad de Oviedo. A lo largo de su historia, por sus aulas no solamente pasaron notables intelectuales y salieron grandes servidores públicos sino que esta Casa fue sede del gran compromiso con la modernización de nuestras estructuras sociales, económicas y culturales, y fuente de una corriente alentadora de espíritus críticos y de amor a la verdad, demasiadas veces prostituida hoy al servicio de espurios intereses particulares.
Tal como se ejercita en el servicio a la sociedad que dimana del espíritu universitario, cuando no se profesionaliza sino que se fecunda de una pasión por lograr una sociedad mejor, también en la actividad política se puede y se debe conjugar la serenidad con la lucha, y el sosiego con la lealtad, para alcanzar con lo mejor que cada uno pueda aportar, por encima de las dificultades de la encrucijada, unos objetivos colectivos de bienestar y de progreso. Unos objetivos que se resumen en la defensa de los intereses comunes a la sociedad, poniendo siempre por delante la quijotesca aventura de levantar el ánimo de los más débiles y de acabar con los abusos de la prepotencia.
Al desear los mayores éxitos al Rector y a su equipo al frente de los destinos de la Universidad de Oviedo en esta nueva y difícil etapa que tienen por delante, les ofrezco mi colaboración y mi apoyo para abrir nuevos e imprescindibles cauces de diálogo y de comunicación con toda la sociedad asturiana, para promover el marcoestable que requiere el gobierno de la institución, y para ampliar los horizontes de progreso y de bienestar de Asturias que solo podrán alcanzarse con el esfuerzo de todos para favorecer el nuevo rumbo de los asuntos públicos del Principado, porque no es posible ningún cambio de destino si no se varía el camino.
