Arzak, el mundo entero pintado de cuatro colores. Exposición en Ordizia (Guipúzcoa)

Arzak, el mundo entero pintado de cuatro colores. Exposición en Ordizia (Guipúzcoa)

Muestra expuesta en el Centro D´Elikatuz durante el mes de mayo de 2019.

 

Ordizia, ubicada en el corazón del Goierri guipuzcoano, fue fundada en el año 1256 por el rey castellano Alfonso X “el Sabio”, quien en una Carta Puebla expedida en Sevilla en el año 1268 también le otorgó el título de “villa” y le concedió el fuero de Vitoria. En 1512 un incendio destruyó la villa, y la reina Juana “la loca” de Castilla le concede “la real facultad para que pudiera celebrar mercado franco semanal todos los miércoles del año”. El mercado de Ordizia, apoyado en el peso de la historia y de la tradición no sólo se ha convertido en referente para los productos agrícolas, queso y cordero entre otros, sino que es el que marca los precios de dichos productos en Euskal Herria. Basándose en su historia y tradición, el Ayuntamiento ha reconvertido uno de los múltiples casas palacios, el de Barretxe,  con los que cuenta la villa en el “Centro de interpretación del Goierri y de la alimentación y de la gastronomía, D´Elizatud”. En el Centro, esporádicamente, se realizan exposiciones de diverso índole. En dicha línea durante los meses de mayo y junio de 2019, acoge la exposición “Arzak, el mundo entero pintado en 4 colores” toda una visión por la gastronomía vasca a través de la figura del reputado cocinero vasco Juan Mari Arzak a a través de los cinco sentidos, plantear una reflexión en torno a la cocina de vanguardia desde su vertiente más artística.

 

 

 

Está basada en los textos sobre óleos de Hasier Etxeberria (1957-2017) escritor, presentador y gastrónomo y documentalista, y en otros de la familia Arzak, siendo la comisaria de la exposición la licenciada en turismo, hostelería y máster universitario en protocolo y marketing turístico, María Luisa López Telleria.

 

 

                                

 

La sala multiusos, los descansos de las escaleras y la primera planta, son los espacios del Centro dónde se exhiben los contenidos expositivos, como muebles, discos, juguetes, óleos, fotografías, objetos, obas de arte, testimonios, documentos o audiovisuales.

 

 

                                

 

 

La propuesta expositiva es un recorrido a través de los cinco sentidos más uno:

** La vista. El mundo entero pintado de cuatro colores

** El gusto. El gusto por nuestra tierra

** El oído. Los sonidos de la cocina en directo

** El olfato. Los aromas de la tradición

** El tacto. Las texturas del vino, y

** Un sexto sentido: el sentido del humor.

 

                                  

 

Ya que estos seis sentidos y los colores de las cuatro salsas: la roja o vizcaina, la verde del perejil, la blanca o pil-pil y la negra de la tinta de los chipirones, son según Arzak lo único que diferencia a la cocina vasca del resto del mundo, ya que casi todo lo demás se puede encontrar con pequeñas diferencias y matices en otros lugares del mundo. Ellas definen la cocina vasca, marcando las líneas fundamentales sobre las que discurre la exposición. Salsas cuya filosofía y recetas figuran sobre óleos, junto a una muestra de los platos más representativos del pionero de la nueva cocina vasca desde la década de los años setenta hasta el año 2015.

 

 

 

 

Carátulas de los discos de vinilo de música pop y rock de los años ochenta, juguetes de hojalata relacionados con su cocina o muebles y otros elementos particulares relacionados con sus aficiones o que forman o formaron parte de la decoración del restaurante, componen el material expuesto en la sala multiusos.

 

 

                                   

 

                                   

 

 

Fotografías con comensales famosos, su descripción y las anécdotas protagonizadas, se muestran en los descansillos de las escaleras.

 

 

Ya en la primera planta, en un lateral es posible la visualización del documental producido por EITB de Hasier Etxeberria, “El mundo es una casa” en 2006 sobre su culinaria.

 

 

 

En la zona central se muestran diferentes cartas –tanto de vinos, como de menús o platos- del restaurante, algunas diseñadas por artistas como Chillida, Andrés Nages y Laura Esteve, colegas cómplices que le realizaron obras para acompañar, resaltar,  o difundir sus creaciones.

 

 

                                                  

 

Una hilera de huevos fritos, representa su plato favorito: huevos fritos con pimientos del piquillo. Mientras que su parte más entrañable, el tacto del corazón, está presente a través de fotografías e información de sus actividades con la ONG Zaporeak, con la que colabora estrechamente.  

 

 

                                                                

 

 

 

MÁS INFORMACIÓN:   www.dendecaguelu.com

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