Hezbollah pone a Líbano entre Irán y Siria

Sayyed Hassan Nasrallah, advirtió a EE.UU que una guerra contra sus aliados, Irán y Siria, se expandiría por toda la región y agregó que Irán respondería con dureza a tales medidas. Haciéndose eco de las palabras del líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, que cualquier ataque de EE.UU. contra la República Islámica se responderá con el "puño de hierro", Nasrallah señaló que EE.UU. debe entender que una guerra contra Irán y Siria no va a permanecer solo en territorio iraní o sirio.

En los últimos días, una guerra de palabras ha desatado entre Israel, Irán y EE.UU., luego que Israel y varias potencias occidentales pidieron más sanciones contra la República Islámica de Irán después que un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) indicó que Irán está trabajando en el diseño de una bomba atómica bajo la cobertura de un programa de energía pacífica. Israel, que hizo un lanzamiento de prueba de un misil de largo alcance a principios de este mes, ha dicho que el controvertido programa nuclear de Irán representa una amenaza para su existencia y que todas las opciones estaban abiertas para hacerle frente a Irán.

Nasrallah también se refirió a los problemas nacionales, incluidas las posibles sanciones contra Líbano si el país deja de pagar su cuota de u$s 32 millones al Tribunal Especial para Líbano (TEL). Señaló la reciente decisión de EE.UU. de recortar la financiación de la UNESCO, después de que el organismo internacional aceptó la oferta del presidente Mahmoud Abbas para la membrecía palestina, argumentando que EE.UU. no fue amenazado por nadie con sanciones al no cumplir con una de sus obligaciones internacionales.

El discurso de Nasrallah se produjo en medio de una renovada presión sobre Irán por parte de la comunidad internacional sobre su programa nuclear y contra Siria, por su brutal represión en contra de los movimientos sociales que ya llevan ocho meses de manifestaciones. Nasrallah también se ve presionado por EE.UU. a quien de utilizar una doble moral cuando se trata del juzgamiento de Hezbollah –mediante el TEL- mientras que las violaciones de la soberanía libanesa por parte de Israel no son juzgadas.

Ello ha llevado a Nasrallah no solo a manifestarse en contra del TEL, sino que también ha debido cerrar sus filas sobre el gobierno del premier Mikati y asegurarse que ambos aliados, Siria e Irán, gozarán del apoyo de Líbano ante las instancias internacionales.

Hezbollah tiene miedo de las consecuencias de las sustituciones de las autoridades del país, ello tendría repercusiones que el partido no puede permitirse en el actual contexto regional; si bien Hezbollah detenta un poder absoluto importante, éste tiene una fuerte carga moral y por ello el partido se debate entre sostener la legalidad e impedir que el Estado avance con el TEL al mismo tiempo que debe sostener su legitimidad con la asistencia social y servicios ahora con un presupuesto reducido por Irán debido a la situación en Siria.

Hezbollah es el único poder en el Líbano. Los diferentes levantamientos árabes han puesto de manifiesto la fragilidad de todos los poderes y las armas que éstos controlaban; Walid Yumblatt, señaló que no habría prestado atención a la amenaza de los "Camisas Negras” en la Revolución de Túnez hasta que llevaron adelante las manifestaciones que terminaron con el régimen local.

Después de los acontecimientos en Túnez y Egipto, parece inútil poner las armas en las calles de Beirut para que jueguen un papel tan eficiente en la realización de la vida política, sin embargo, el factor sectario en Líbano representa un componente adicional en comparación con la ecuación de los levantamientos árabes y es aquí donde Hezbollah puede apoyarse para sostener la cuota de poder chiita y cristiana, frente al avance sunita

 

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