La guerra está servida

A estas horas de la tarde estoy como tantos otros asturianos perplejo por lo ocurrido en el parlamento asturiano y es que el Principado, como nos temíamos, no contará con nuevos presupuestos en el 2012 si no con la prórroga de los del año pasado que colocan a nuestra comunidad autónoma al borde del abismo. Sin que la opinión pública asturiana se explique muy bien lo que está pasando -todo son frases huecas y grandilocuentes- el presupuesto presentado en la Junta General del Principado por el gobierno de Francisco Alvarez-Cascos ha sido rechazado con los votos de PP y PSOE -se siente, se siente, el pacto contra natura está presente- mientras una vez más la meliflua Izquierda Unida se abstuvo, o sea, que no se moja pese a que nos jugábamos el futuro inmediato en dicha votación.

Los asturianos nos hemos convertido en unos conejillos de indias viéndonos inmersos en una guerra de dirigentes políticos que están ahí con nuestros votos pero que hacen caso omiso a los intereses de esta tierra. Tras la derrota de su proyecto de presupuestos para el presente año Francisco Alvarez-Cascos se verá abocado al final a disolver el parlamento y convocar elecciones anticipadas que PSOE y PP no van a caer en la trampa de presentar una moción de censura. Tras el descalabro en el parlamento asturiano el jefe del Ejecutivo regional convocó a los dóciles medios de comunicación leyéndoles una nota sin permitir preguntas mientras un circunspecto Pelayo Roces le cubría la espaldas. Como el corredor de fondo que pretende ser Alvarez-Cascos se quejó de su soledad e incomprensión por parte de las fuerzas políticas con las que no ha sido capaz de reunirse ni una sola vez, en concreto con el PP, para discutir el proyecto de presupuestos.

Pese al revés el presidente del Principado con tono apagado expresó su deseo de, pese a todo, seguir hacia adelante por el bien de Asturias. En fin, cuando aún no se ha cumplido un año de esta legislatura autonómica los asturianos comenzamos a estar hartos de unos y de otros y me consta que ha comenzado a crearse un movimiento para celebrar pronto una gran manifestación en Oviedo a la que se quiere llevar más de 100.000 asturianos -sí, han leído bien- en protesta contra nuestros dirigentes, en el poder y en la oposición, y al margen de siglas. La ciudadanía, con esos casi 100.000 parados a cuestas, empieza a rezar para que desaparezcan desde Francisco Alvarez-Cascos hasta Jesús Iglesias pasando por Isabel Pérez Espinosa y Javier Fernández por citar. los del 15 M ya no cuentan, entretenidos como están algunos en la antigua sede de la consejería de Educación con permiso de la delegación de Gobierno, por supuesto.

A estas alturas no se, la verdad, si Asturias se asemeja más al Titanic -el de Laviana cumple ahora 100 años- hundiéndose mientras la orquesta tomaba cava mientras tocaba al violín el Danubio Azul en cubierta o al crucero italiano que naufragó hace unos días frente a una de islas más turísticas del Mediterráneo. Ese movimiento pro manifestación total quiere dejar también a un lado a sindicatos y patronal, tan aferrados sus dirigentes al sillón como lo están nuestros dirigentes políticos. En este caso la cubierta del Titanic es el hotel Regente de Oviedo donde el viernes a mediodía Francisco Alvarez-Cascos presentará su último libro en el que recoge sus discursos más recientes aunque estos no pasarán a la historia como pasaron los de su admirado Gaspar Melchor de Jovellanos



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