90 años de Teo

Este mediodía nos reunimos en El Balneario de Salinas medio centenar de personas que a lo largo de nuestras vidas estuvimos vinculados a la del profesor Teodoro López-Cuesta, por familia, por amistad o por trabajo, siendo en mi caso los dos últimos postulados. Fue una comida sorpresa que le preparó su hijo Teodoro, notario en Tarrasa, en la que no faltó hasta la interpretación de la canción preferida del que fue rector magnífico de la Universidad de Oviedo, “Xilguerín parleru”, magníficamente cantada a capela por el tenor sierense Jesús Noval Moro, sobrino del gran compositor Falo Moro quien en sus últimos años vivió gracias a los dividendos que le abonaba la Sociedad General de Autores por los derechos de los himnos del Real Oviedo y del Sporting de Gijón que él había compuesto años atrás. Ese buen melómano que es Carlos Abeledo, uno de los asistentes a la reunión, me comenta que ahora se cumplirán los 100 años del nacimiento de Falo Moro por lo que resultaría apropiado grabar un disco con sus canciones. Como siempre, claro, el problema estriba en conseguir financiación. Pues habrá que hablar con el de la pajarita, quiero decir, con el consejero de Cultura Emilio Marcos Vallaure, aunque va a estar difícil que suelte grava por lo del tijeretazo.

Hoy Teodoro López-Cuesta y su esposa Luisina se emocionaron con la fiesta sorpresa. Allí no solo estaban su hijo y nuera, sino también las 2 nietas, y buenos amigos y colaboradores como María Teresa Alvarez, Carmen Carbajo, Ramón Sobrino, Juan Velarde, por quien no parece pasar los años, Santiago Silva, Manolo Galé, Mariano Abad, Jaime Alberti, Antuña Zapico, y José Luis Alvarez Barriada, entre otros, quien comenzó como gerente de la universidad asturiana con Teodoro López-Cuesta como rector y luego se jubiló cuando Julio Rodríguez tras haber estado también en las etapas de Alberto Marcos Vallaure, Santiago Gascón y Juan López Arranz. Faltó Rafael Anes a quien una inoportuna gripe le ha tumbado unos días en la cama.

Teodoro López-Cuesta, cuya vida siempre ha estado ligada al Oviedín del alma, no solo primero como bancario en el Ibérico y luego profesor en Derecho, sino también como participe y colaborador de numerosas iniciativas culturales y deportivas, incluida la secretaría general del Real Oviedo, fue un excelente gestor de la universidad de Oviedo, cuya máxima responsabilidad cogió en los tiempos de la transición política y cuando se desgajó de nosotros la parte universitaria de León. Quizás fuera su experiencia bancaria o su don de gentes, el caso es que durante los 9 años que duró su mandato, y estuve en su equipo como jefe de prensa, logró sentar las bases de una universidad asturiana moderna y competitiva, impulsando el campus de Gijón, pese a que la ciudad de Jovellanos le había nombrado ciudadano no grato por no haber llevado la facultad de Filosofía y Letras de Oviedo a Gijón como consecuencia de la rebelión del profesorado de la misma encabezada por Gustavo Bueno, pero dada su fuerte y cautivadora personalidad pronto aquel rifirrafe quedó olvidado. El caso es que el rector López-Cuesta iba a Madrid, al Ministerio de Educación y Ciencia, de quien dependía entonces nuestra principal institución docente, y todas las puertas se le abrían sin problema algunop. Siempre sospeché que se debía a un detalle que le caracterizaba como era llevar a la secretaria correspondiente, incluida la del ministro, bombones del Peñalva.

Sí, hoy nos emocionamos en este íntimo homenaje a Teo en su 90 aniversario, tarta con vela incluida. Y ahí lo tienen a él, junto con otro incombustible, Juan Velarde, continuando adelante con la Escuela Asturiana de Estudios Hipánicos que celebra sus cursos durante los veranos en la residencia de La Granda, hoy de Arcelor Mittal, y en la que se dan cita importantes especialistas del saber humano. Creo que son ya más de 30 años de funcionamiento, toda una magnífica obra del insigne profesor ovetense.

Felicidades, maestro.



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