El poder mediático, una de las cuatro esquinas del Gran Poder.

 

La esquina del poder mediático, junto con la del  financiero, la del energético y la del militar, completan las cuatro que forman el edificio del Gran Poder.

 

Para su conquista, el control, o quizá mejor decir la manipulación de la información se convierte en cooperador necesario. Por tal servicio esta actividad recibe la recompensa de formar parte del mismo.

 

La domesticación informativa se convierte en esencial para, aparentando sistemas democráticos, crear un verdadero régimen totalitario, una dictadura omnipresente.

 

Es a veces sutil, otras burda, en ocasiones se manifiesta cargada de ideología, también se puede disfrazar de sondeo de opinión, de estadística, de informe científico, de manifiesto intelectual, las mil y una caras de la manipulación interesada de la información.

 

Medios al servicio del Gran Poder, que a  su vez, lo integran. Medios de comunicación  con gran capacidad y eficacia que arrastran hacia sus intereses a los indefensos ciudadanos, votantes, sociedad civil, y otras castas sociales que son sus clientes cautivos.

 

Es urgente y previo a cualquier regeneración democrática desvelar la verdadera identidad de estos mecanismos al servicio del Gran Poder. Es apremiante desenmascarar la capacidad persuasiva y manipuladora de muchos de los mass-media. Es una tarea ciudadana de absoluta necesidad velar por la independencia y libertad de los medios de consumo masivo. Para ello se precisan altas dosis de pensamiento libre y crítico, siendo, así mismo, muy conveniente distinguir las técnicas de manipulación y protegerse de las mismas.

 

No es posible la siguiente evolución hacia democracias más justas, más participativas y generadoras de más confianza social y, por supuesto, más progreso, sin avanzar hacia una verdadera libertad de expresión, que se concrete en unos medios independientes y, sobre todo, en una ciudadanía crítica y capaz de no dejarse manipular y confundir. Es tiempo de más y mejor democracia, es tiempo de más justicia social, es tiempo de política sobre mercados, es tiempo de ciudadanos comprometidos, responsables y bien informados, es tiempo de progreso colectivo. Esta en juego nuestra dignidad y nuestra prosperidad. 

 



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