Puñalada a la sidra

No es de general conocimiento que el sector sidrero es uno de los pocos que mantienen su pujanza, económica y aún inversora, en Asturias, si bien con la característica de que su consumo está condicionado por el mantenimiento de unos márgenes de beneficio comercial escasísimos, algo fácil de ver si se piensa en todo el proceso necesario para llegar a poner una botella de sidra al alcance del público y el precio contenido de ésta año tras año. La producción de sidra y manzana de sidra, por ende, sólo es rentable en base a lo elevado de su consumo.

Pues bien, me temo que los iluminados de siempre, impulsados por cuatro salva valores espirituales, faltosos, en definitiva pero muy dañosos, están a punto de meterle una puñalada trapera al sector para acabar de joder lo poco que funciona bien en Asturias.

Me refiero, sagaz lector, al cambio en la Ley para que los menores de 16 y 17 años, espléndidos paisanos de 1'80 de alto la mayoría de ellos y que si le dan a usted una hostia dirá que de 'menores' tienen ya poco, no puedan tomar alcohol con lo que no podrán tomar una botella de sidra. Así de claro, si el trasgu de la sensatez no lo remedia, que me temo que no.

De puertas afuera, me temo que nuestros repúblicos no han explicado la singularidad que en Asturias supone el consumo masivo de la bebida autóctona, la sidra, y la obviedad de que prohibir a mocetones y moces fech@s y derech@s tomar unos culinos es conducirlos al contrabando o directamente a la moña de coñá barato, hartos de que les quieran impedir todo en esta vida. Ni trabajo, ni sexo, ni sidra. ¡Pa quemar la tómbola, vamos!

Así las cosas, para ser "como en Madrid", podemos caer en la estupidez de cargarnos el consumo de unos 20 MILLONES  de litros de sidra. Pero eso sí, tendremos la satisfacción de, una vez más, mandar a la m nuestra cultura, costumbres...y economía.

En fin. Ojalá me equivoque, pero me temo que no y que la tan traída reforma legal nos va a traer quebraderos de cabeza y amarguras sin cuento.

A los hechos me repito. Aclaren el conceto porque aquí puede haber hondonadas.

 

Feliz día. Me voy a andar unos kilómetros antes de tomar una sidra de requiem.



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