Bueño, la Asturias pura

Como los meteorólogos habían anunciado esta mañana llovió a gusto lo que no impidió a los vecinos de Bueño y de Ribera de Arriba recibir como se merecen a los Príncipes de Asturias quienes acudieron a la bonita localidad para entregar a la Asociación Cultural de Vecinos el premio Pueblo Ejemplar 2012.

Sin lluvia naturalmente que el acto hubiera lucido más, en especial a través de las cámaras de la TPA, pero el agua caída del cielo creo que ha presentado a los Príncipes de Asturias y a todos sus acompañantes un paisaje más acorde con lo que es la Asturias verde y pura. Como bien dijo el alcalde Ramón García en su intervención “Altezas, esto no es lluvia, son las lágrimas que producen nuestro lloro de alegría por tenerles entre nosotros”. Anda que no es listo el alcalde Ramón García, el alcalde más veterano de Asturias. En su primer año de regidor del ayuntamiento de Ribera de Arriba, allá por 1991, ya recibió en visita oficial en el concejo a Felipe de Borbón. Entonces el Príncipe de Asturias acudió a Ribera de Arriba para inaugurar las instalaciones de la Fundación Laboral de la Construcción que hoy, paradógicamente, está parada y con su plantilla regulada por un ERE, afectada lógicamente por la crisis del sector de la construcción.

Bajo paraguas Felipe de Borbón y su esposa Letizia Ortíz recorrieron el pueblo, se guarecieron bajo los hórreos y en más de una ocasión se saltaron el protocolo para hacerse fotos con niños que ponían ojos como platos al ser saludados por los herederos de la Corona. Tanto el alcalde como el presidente de la Asociación Cultural de Vecinos de Bueño Belarmino Fernández sacaron pecho acompañando a Sus Altezas sin gabardinas que les protegieran. Todo lo contrario del delegado del Gobierno Gabino de Lorenzo, muy elegante con gabán claro y sombrero tiroles. El presidente del Principado Javier Fernández, lo mismo pero sin sombrero, que tiene buena pelambrera, siempre acompañado por sus consejeros Guillermo Martínez -pieza angular del gobierno autonómico- y Ana González, titular de Cultura y Deportes.

El Príncipe de Asturias felicitó a Bueño, admiró sus hórreos, contempló una pequeña representación teatral en asturiano y recibió unos detalles del pueblo para las Infantas. Al igual que el día anterior en el Teatro Campoamor pronunció unas palabras con calado político e institucional de  las que entresaco dos frases: “Asturias puede mirar con confianza el futuro” y “la vida es más que un conjunto de valores comerciales“. Los Príncipes de Asturias descubrieron una placa en el remozado lavadero del pueblo ahora adornado por una escultura en hierro -pesa más de cinco toneladas- del escultor gijonés Juan Zarastegui que representa unos pegoyos y que, por tanto, es un homenaje a los hórreos -47 hay en estos momentos en Bueño; que tres se han perdido en los últimos años-. Vieron también los ilustres visitantes como unas vecinas hacían encaje de bolillos, una tradición que en su día Maria Luisa Martínez, hermana de Serafín Abilio Martínez, presidente de la patronal asturiana de la construcción, les enseñó hace años y visitaron de manera privada el centro de interpretación del hórreo, recién abierto al público aunque aún no inaugurado oficialmente lo que hará dentro de unas fechas el presidente del Principado.

No debo olvidar también las palabras de Felipe de Borbón acordándose de los emigrantes a los que envió un mensaje solidario así como al personal que a lo largo del verano en España ha expuesto su vida, y en algunos casos la ha perdido, combatiendo esa desgracia -frase textual- que son los incendios. Aprovecho el artículo para felicitar por el éxito del acto al alcalde Ramón García, al presidente de la Asociación Cultural Belarmino Fernández, a sus colaboradores como Víctor González Tresguerres, su antecesor en el cargo, César Fernández Pello, “el sastre”, responsable del certamen de pintura, e Ignacio Muñiz, impulsor del festival de jazz y del cine al aire libre, entre otros. Desde luego han pasado a la historia de Bueño con todo merecimiento.

Los Príncipes de Asturias han regresado a Madrid. Desde 1981 el Teatro Campoamor es testigo de cómo el heredero de la Corona se ha ido haciendo mayor. Y además ha terminado casándose con una ovetense. Su única asignatura pendiente con Asturias en mi opinión es que aún no ha bajado a un pozo minero, lo que sí hicieron sus padres. Pues deberá darse prisa a hacerlo que las minas van cerrando por mucho que el dirigente sindical José Angel Fernández Villa se oponga a ello.



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