Por distintas razones, hoy estoy con el Chelsea en la final de la Liga de Campeones, si bien triste porque no sea una final española, como debía haber sido a tenor del fútbol practicado en Europa y en la Liga nacional por Real Madrid y Barcelona. Pero la pifiaron en semifinales y en una competición tan exigente no hay redención posible.

            En el Chelsea juegan Torres y Juan Mata. Sobre todo, por este, deseo un triunfo del equipo inglés. Por su condición asturburgalesa.

            Leía hace un rato en “De tal palo…”, en la contraportada de LNE un artículo sobre ambos Juan Mata, padre e hijo, y no he podido evitar los recuerdos de mis años en Burgos, cuando el padre jugaba en el equipo de la capital.

            ¡Qué gran jugador! Era capaz de coger el balón en su área y regateando a todos los contrarios que le salían al paso, plantarse delante del portero contrario y marcar. Era de esos jugadores que marcaban la diferencia por su facilidad para el regate y la improvisación. En el Burgos, algo así como lo fue Juanito. El día que no jugaba Juan Mata, los partidos de El Plantío se hacían tediosos.

            Pero sobre todo, me ha venido al recuerdo mi pueblo, Briviesca, al leer que Juan hijo pasaba sus vacaciones en Ocón, pueblo del Valle de los Ajos del que proviene la familia, en la carretera de Briviesca a Villafranca Montes de Oca. Y me he acordado de Paco, su primo, apasionado del fútbol y buen cancerbero local. Y de Fernando, otro primo, que a buen seguro, hoy estará con la camiseta azul del Chelsea en su bar de la plaza de la capital de La Bureba y que cada vez que me ve me pregunta si veo a su pariente por Oviedo. Hoy he visto a los dos en la contraportada de la LNE.