¿Un gobierno de corto recorrido?

Enfrentados a un cansancio general de la opinión pública los responsables de los partidos políticos que tendrán representación a partir del próximo día 27 en la Junta General del Principado -PSOE, Foro, PP, IU y UPyD- continúan reuniéndose a dos bandas con el partido de Rosa Díez en medio y sin que, insisto, los asturianos nos enteremos mucho de lo que se está cociendo en la trastienda política. UPyD pide a la izquierda -PSOE e IU- el documento de su acuerdo para estudiar el posible apoyo a la investidura de Javier Fernández a la presidencia del Principado, pero sin dar la impresión de que Ignacio Prendes y los suyos se preocupen por los temas concretos de Asturias. UPyD quiere, entre otras cosas, menos ayuntamientos, una comisión investigadora del parlamento sobre el caso Renedo -un tanto relantizado judicialmente en los últimos tiempos-  y la eliminación de las tres circunscripciones electorales con que cuenta Asturias lo que, sin duda, de conseguirlo favorecerá sus intereses pero no los de las alas asturianas puesto que si nuestra comunidad para próximas elecciones se constituye en una solo circunscripción, occidente y oriente corren el peligro de no tener diputados propios dado el desequilibrio de su hábitat, con 800.000 habitantes en el ocho central asturiano y apenas 300.000 entre las dos alas.

Tal como están desarrollando las cosas me da el pálpito, Ignacio Prendes no lo quiera, que no hay que descartar que a la hora de la verdad UPyD decida abstenerse -por un lado o por otro su decisión le llevará a un profundo desgaste- y por tanto nos veamos obligados a tener que repetir las elecciones autonómicas. Escucho esta mañana a Javier Fernández por la radio criticar el acuerdo habido entre Foro y PP para unir sus 22 votos. Lo que me deja pasmado es que ese acuerdo que pudo haber sido plasmado hace meses, evitándonos así un nuevo gasto electoral y la ya crónica ingobernabilidad de Asturias, se haya hecho ahora público por Francisco Alvarez-Cascos y Mercedes Fernández sin mayores explicaciones y sin desvelar aún quien será el candidato a presidir esta sufrida autonomía. ¿A que viene tanto oscurantismo, señores?. ¿Se siente insegura la derecha?. Me decía hace unas fechas un experto en estos líos que salga el gobierno que salga del nuevo parlamento regional será, con toda seguridad, un gobierno de corto recorrido, tal como parece estar todo cogido con pinzas. El panorama más dramático no puede ser: Una legislatura de solo tres años, prórroga de los presupuestos, decisiones en manos de un solo diputado, el de UPyD, escasos euros en el cajón y un gobierno en Madrid que por lo de tener que meter la tijera para recortar a fondo no tendrá piedad con esta tierra, fondo de saco geográficamente hablando, y con un importante retraso respecto a otras autonomías en infraestructuras, creación de empleo -A punto de alcanzar a finales de mes los 100.000 parados-, captación de nuevas industrias, etc.

Por si ello fuera poco a los 300.000 jubilados que hay en Asturias les llega la noticia de que tendrán que abonar el 10 por de los medicamentos que consuman a través de la Seguridad Social mientras los trabajadores en activo verán su aportación obligatoria subir del 40 al 50 por ciento. Lo que está claro como el agua del Aramo es que los recortes recaen en mayor medida en la población doliente, de a pie, que observa anestesiada como empieza desmoronarse el Estado del bienestar, algo sobre lo que ni unos ni otros informaron en sus campañas electorales. Pero ese ajuste de cinturón al que se ha empezado a someter al ciudadano de a pié tengo la impresión de que no se aplica en la misma medida a la clase dominante, especialmente a los políticos con retribuciones públicas. Todos quedaríamos más tranquilos y convencidos si Mariano Rajoy tuviera el coraje de acometer un recorte generalizado del 10 por ciento a diputados, senadores -inútiles por otro lado-, alcaldes, concejales y militares sin graduación, que diría mi abuelo. O eliminamos platos y que la sopa con migas alcance para todos o habrá que romper la baraja de los privilegios por muy democráticos que sean. No lo olviden sus señorías.



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