Tras el derrumbe ocurrido en la tarde de ayer lunes 21 de noviembre en la parte posterior de un edificio de viviendas situado en la Calle Nemesio Sobrino, técnicos municipales desplazados al lugar de los hechos consideraron, tras una primera inspección ocular, y a falta de un mayor análisis, que a priori el inmueble se encuentra en estado de ruina técnica. 

A mediodía de hoy el Ayuntamiento de Llanes, a través de la Concejalía de Urbanismo, gestionada por Marian García de la Llana (FORO), ya había elaborado un informe técnico sobre el estado actual del edificio, que fue notificado en mano al propietario del inmueble, y en el que se enumeran varias actuaciones que deben realizarse.

Antecedentes

En la tarde del día 21 de noviembre de 2016, la parte trasera del edificio de viviendas situado en la Calle Nemesio Sobrino nº 11, en el centro de Llanes, ha sufrido un colapso parcial, derrumbándose gran parte del inmueble hacia el patio interior vallado sin que hayan existido daños personales.

Solicitado informe y revisión del estado actual del inmueble, se cursa visita de inspección al mismo a primera hora de la mañana, para valorar su inestabilidad así como sus condicionantes técnicos. Dadas sus condiciones actuales, el inmueble únicamente se visita desde el exterior.

Informe de estado actual

Se trata de un edificio de principios del Siglo XX, construido con estructura de muros de carga y forjados de vigas y pontones de madera. El inmueble posee Planta Baja (portal de acceso y bajos comerciales), 2 plantas de viviendas y bajo cubierta. El inmueble se encuentra deshabitado, y por lo que se ha podido saber no se accede al mismo desde hace aproximadamente tres años.

Debido al paso del tiempo, la ausencia de cuidados e intervenciones sobre el edificio, la inexistencia de uso al encontrarse deshabitado y la acción de los agentes atmosféricos, principalmente las filtraciones de agua, han provocado que la parte trasera del edificio haya sufrido un colapso importante, con derrumbe de forjados y cubierta hacia el patio situado al sur.

Como consecuencia de este derrumbe, numerosas partes del edificio se encuentran en equilibrio inestable, apreciándose forjados sin apoyo, muros colgados, vigas sin apeos, etc., por lo que debe prohibirse el acceso.

De igual modo, los elementos inestables amenazan ruina inmediata, por lo que debe requerirse a la propiedad para que, a la mayor brevedad proceda a la demolición de estos elementos, apeando el resto para evitar nuevos desprendimientos. De igual modo, una vez demolidas las partes peligrosas y que amenazan derrumbe, deberá valorarse por los servicios técnicos municipales y los técnicos que la propiedad designe, la conveniencia de proceder a la demolición completa de la edificación, incluida la fachada principal, o por el contrario, mantener los elementos que se deseen y no amenacen ruina inminente, debidamente afianzados y arriostrados para evitar nuevos colapsos parciales y/o totales.

En relación a la fachada principal, no parece en su estado actual que presente patologías de importancia ni amenace ruina inminente, si bien la demolición de los elementos traseros que llegan hasta ella y que la afianzaban han sufrido daños y ahora van a ser demolidos, por lo que puede sufrir problemas de arriostramiento en su cerramiento y de continuidad en los forjadillos volados de los corredores. Por esta razón, no se considera suficiente, al os efectos de conseguir una mayor seguridad y evitar daños personales, la colocación de cintas de la Policía Local, debiendo procederse a la colocación de un andamio de protección que, permitiendo su paso inferior y ocupando la acera, evite la caída de cascotes a la calzada. Dicho andamiaje debe alcanzar al menos la mitad de la planta primera, y el andamio deberá tener protección perimetral mediante vallado de altura suficiente y red o malla suficientemente tensa y rígida, que eviten caídas de materiales a la vía pública.

Se recomienda que las labores de demolición se realicen desde el exterior, mediante vehículo tipo grúa móvil con cesta o jaula, sin que se acceda al inmueble. En cualquier caso deberán respetarse las medidas de seguridad que los técnicos intervinientes designen. Como mínimo, los operarios deberán atarse a la propia cesta ante la posibilidad de precipitación al vacío.

A falta de un mayor análisis, ya que el edificio solo ha podido verse desde el exterior, se puede afirmar que tras el colapso acaecido, a priori el inmueble se encuentra en estado de ruina técnica.

En el momento de la visita no se apreció amenaza de colapso o afección estructural importante en los edificios colindantes, que sin embargo, dado su estado, deberán ser objeto de seguimiento durante las labores de demolición y desescombro.