El duelo en el Tartiere, con olor a Primera

El duelo en el Tartiere, con olor a Primera

Si el Real Oviedo vence al Valladolid, empatará a puntos con el Alavés. Los vitorianos mañana tienen un difícil desplazamiento al Sadar

Se acabó la racha. El Mallorca tumbó al Real Oviedo en Son Moix, después de 12 partidos invicto, pero los azules siguen terceros, por cuarta jornada consecutiva, y con un colchón de 4 puntos sobre el séptimo clasificado. Borrón y cuenta nueva para un equipo que sigue acariciando el ascenso. El Oviedo recibe hoy a un Valladolid en horas bajas ya que, desde que comenzó al año, solo ha sumado 14 puntos de 30 posibles. Los pucelanos (13º en la tabla), ya cayeron derrotados en la ida ante los azules (2-3 en Zorrilla), y llegan a Asturias necesitados de puntos (tienen 38). El Real Oviedo ya no puede permitirse ningún tropiezo en el Carlos Tartiere, donde ha ganado 8 partidos, empatado 4, y perdido uno. El equipo carbayón ha sumado 8 puntos de los últimos 15 (dos victorias, dos empates y una derrota), mientras el Valladolid ha logrado 6 (una victoria, una derrota y tres empates). A pesar de la abultada distancia en la clasificación (10 puestos separan a ambos equipos), las trayectorias recientes de ambos equipos, en el último mes y medio, no han sido tan distintas.

Los jugadores de Sergio Egea siguen teniendo a tiro el ascenso directo, y solo les separan 3 puntos del Alavés, segundo, aunque los vascos tienen mejor goal average (2-0 en Mendizorroza y 1-1 en el Carlos Tartiere). Por delante, el Leganés está a 6 puntos. Los madrileños aún tienen que visitar a los carbayones. Por detrás, la clasificación está cada vez más apretada. La última victoria del Córdoba situó a los andaluces en cuarta posición, con 46 puntos (los mismos que el Oviedo), mientras el Nástic y el Osasuna siguen opositando a las primeras plazas. Mañana, los navarros reciben en el Sadar al Alavés (12:00 horas), y el resultado del partido condicionará la posición de los carbayones.

Mientras el Real Oviedo es uno de los equipos más sólidos en su campo (28 puntos), el Valladolid es un visitante irregular, con 6 empates, 4 derrotas y otras tantas victorias. Además, llega tras caer por la mínima en su campo ante el Huesca, en un partido muy flojo del equipo entrenado por Miguel Ángel Portugal (sustituto de Gaizka Garitano desde octubre), que apenas generó peligro a lo largo de todo el partido. Vencer al Real Oviedo es una de las pocas oportunidades que les quedan a los blanquivioletas para engancharse a los puestos de arriba, e intentar el ascenso que el año pasado se les escapó en la promoción contra Las Palmas. La lesión de su delantero Manu del Moral en el último partido (sufrió una fractura en el pie), resta opciones a su entrenador, aunque sigue contando con Rodrigo Ríos (4 goles), Roger Martín (3), y con Juan Villar, el ‘pichichi’ pucelano, un extremo que ya lleva 9 goles. Por su parte, Sergio Egea volverá a contar con Miguel Linares tras tres meses de baja, y es muy probable que tenga minutos en la segunda parte. Dani Bautista verá el partido desde la grada, tras su polémica expulsión ante el Mallorca. Su sustituto será, probablemente, Carlos Peña, indiscutible en la banda izquierda hasta hace 3 partidos, cuando se cayó de la lista. El lateral zurdo reaparecerá ante el Valladolid, el equipo donde jugó cinco temporadas. El técnico argentino desvelará en la mañana de hoy si sigue apostando por un 4-2-3-1, con Michel como enganche entre el centro del campo y Toché, o por un sistema de mayor contención (4-4-2). El Real Oviedo sigue contando con los buenos números de Toché (aunque no marca desde hace dos partidos), y con el recuperado Koné, que ante el Elche firmó dos goles muy importantes para el equipo y también para su contador particular, ya que no marcaba desde el 6 de diciembre. Borja Valle, que ya tuvo minutos en Son Moix, y Linares se reincorporan al equipo en esta recta final en la que está en juego el ascenso.

Al Valladolid no le faltará apoyo en las gradas del Carlos Tartiere. Si en la primera vuelta, más de 2.000 aficionados oviedistas viajaron a Pucela, hoy una cantidad similar de blanquivioletas nos han devuelto la visita. Las aficiones, hermanadas desde hace años, pondrán color a un duelo de equipos históricos, y con olor a Primera División. (De: AsturiasDiario.es)

 

3-8, un partido de escándalo

 

 

 

En las últimas jornadas de Liga algunos equipos no se juegan nada, y otros luchan por evitar el descenso. Así llegaron el Real Oviedo y el Valladolid a la jornada 41, la penúltima de la temporada 95-96. Los pucelanos necesitaban ganar para salvarse, y los azules ya lo tenían todo hecho, después de vencer al Sevilla (acabaron en la posición 14, en una Liga de 22 equipos). Aquel partido en el antiguo Carlos Tartiere fue una locura y terminó con un resultado de escándalo, 3-8. Once goles, seis penaltis (todos marcados), dos expulsados, ocho tarjetas amarillas, el público local animando al rival, y el árbitro Japón Sevilla como protagonista indiscutible. La goleada no enfrentó a las aficiones. Al contrario. Desde entonces, Oviedo y Pucela están hermanados.

En el minuto 5, Japón Sevilla señaló el primer penalti a favor del Oviedo (1-0). El empate llegó poco después también de penalti (1-1), y en el 38, otro más, por mano de un defensa pucelano (2-1). Con ese resultado, el Valladolid descendía a Segunda, pero aún quedaban 45 minutos de locura. Penalti y expulsión de César (2-2); gol del ‘Mami’ Quevedo (2-3); penalti de Onopko (2-4); gol de Peternac (2-5); penalti y expulsión de Pedro Alberto (2-6); gol de Carlos en el 89 (3-6); gol de ‘Quevedo en el 90 (3-7); y nuevo gol del delantero gaditano en el 91 (3-8). El Real Oviedo acabó con nueve jugadores, y la grada animando y gritando ‘Pucela, Pucela’, con sorna y también con cierta simpatía hacia un equipo como el Valladolid, que evitó el descenso directo tras una de las mayores goleadas sufridas por el Oviedo, aunque posiblemente, también la menos dolorosa. Además, la victoria del Valladolid metía en apuros al Sporting, que acabó salvándose en la última jornada. Aquella tarde, César, Dubovsky, Onopko, Carlos, Christiansen o Mora (que recogió 8 balones del fondo de su red) no fueron los protagonistas. Ni tampoco el ‘Mami’ Quevedo, que marcó su primer triplete en Primera, ni Peternac, que hizo 5 goles. El protagonista fue Japón Sevilla y sus linieres que pitaron el récord de penaltis en un partido de Primera. Algunos fueron discutibles, y la mayoría, ni siquiera existieron. Al menos, de aquella extraña derrota, quedó una larga amistad, que dos décadas después, aún perdura. Desde entonces, cada vez que estos dos equipos históricos del fútbol español se ven las caras, vuelve al recuerdo aquel escandaloso 3-8 en el viejo Carlos Tartiere. (AsturiasDiario.es)

 

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