Los 'padres sinodales' se aferran al inmovilismo de la Iglesia frente a la sociedad

Los padres sinodales se aferran al inmovilismo de la Iglesia frente a la sociedad
"Escuchar" y "acompañar" fueron las palabras clave de este sínodo. Foto: cha.org.ar

 

Ciudad del Vaticano, 24 oct (Andes).- Los obispos de todo el mundo deberán votar y entregar este sábado al Papa Francisco el informe final de tres semanas de debates sobre la familia, cuyo resultado "va a decepcionar" debido a la falta de avances en temas candentes como divorcio y homosexualidad, reconoció este sábado un influyente cardenal.

Los 270 "padres sinodales", en representación de los obispos de todo el mundo, escucharon en la mañana la lectura del documento final tras la incorporación de las modificaciones exigidas la víspera e iniciarán la votación en la tarde, hacia las 16H30 (14H30 GMT).

El texto contiene 94 párrafos numerados y debe ser adoptado por una mayoría de dos tercios.

"El documento es el fruto de un consenso", adelantó este sábado en una rueda de prensa el cardenal austríaco Christopher Schoenborn. "Hay quien se va a decepcionar", agregó.

El purpurado aseguró que el documento "no contiene referencias" a la homosexualidad "ya que el tema fue abordado sólo en el caso en que un miembro de la familia lo declare y de cómo los cristianos deben encarar esa situación", explicó. 

El espinoso tema de la homosexualidad sigue siendo un tabú para la Iglesia Católica, sobre todo en algunos continentes como África y Asia.

El desacuerdo reina también en torno a otro asunto delicado para los católicos: autorizar dar la comunión a los divorciados que se vuelven a casar.

"El documento encara el asunto en forma transversal: ofrece los criterios para discernir, para comprender cada situación", explicó Schoenborn.

"No es ni un sí ni un no, porque cada situación es diferente", recalcó el purpurado.

Divididos en conservadores y progresistas, los dos sectores se enfrentaron duramente sobre el acceso a la comunión de los divorciados que se vuelven a casar civilmente, lo que ha alejado a muchas familias en todo el mundo de la Iglesia Católica.

Algunos obispos pidieron la readmisión e integración de los divorciados que se vuelven a casar y criticaron el hecho de que la iglesia los trate como si hubieran sido excomulgados.

 

 En manos del Papa 


Una vez votado, el documento final será entregado al papa Francisco quien al parecer decidió hacerlo público inmediatamente.

Los expertos aseguran que el pontífice argentino lo usará como base para una futura exhortación apostólica sobre la familia.

Francisco decidió convocar dos sínodos sucesivos sobre la familia --en octubre de 2014 y octubre de 2015-- para instar a la iglesia a  un "aggiornamento", es decir a actualizarse ante los cambios que vive la familia moderna.

El papa quiere animar a la Iglesia a "evaluar los tiempos y cambiar con ellos, permaneciendo firmes en el Evangelio", explicó el viernes Francisco en una misa.

"La sabiduría cristiana es precisamente conocer estos cambios, conocer los diversos tiempos y conocer los signos de los tiempos", explicó el papa.

Una alusión a los problemas que vive hoy en día la familia católica, como el aumento de la convivencia, de los divorciados, de las uniones gays y familias mixtas, etc.

 Una iglesia que no juzga , que no reprocha

"Escuchar" y "acompañar" fueron las palabras clave de este sínodo, ya que la gran mayoría de los participantes reconoció que la Iglesia debe renovar sus gestos, sus mensajes y sobre todo su actitud.

"Es el comienzo de una nueva iglesia", sostiene el obispo belga Luc Van Looy.

"Se acabó la época en que la iglesia católica juzgaba y reprochaba e inició la era de la acogida, que escucha", aseguró. 

El pedido de un mayor papel de la mujer dentro de la iglesia también suscitó fuertes diferencias entre los obispos.

Paralelamente, buena parte de los padres sinodales reconocieron los sufrimientos que padece la mujer dentro de la familia por la violencia y lamentaron que millones de ellas tengan que criar solas a sus hijos, sobre todo a causa de las olas migratorias. 

Los obispos del mundo lanzarán un pedido "por la liberación" de todos las personas secuestradas en Medio Oriente, Asia y África.

"Nunca más violencia, nunca más terrorismo, nunca más destrucción, nunca más persecuciones", suscribieron.

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