Las investigadoras Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, galardonadas con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, han considerado este miércoles la necesidad de abordar a nivel mundial un debate ético relativo a las técnicas sobre la edición del genoma para "aplicar la tecnología de manera repsonsable".
En la rueda de prensa oficial ofrecida en Oviedo y organizada por la Fundación Princesa de Asturias, Doudna se ha referido a las "implicaciones éticas" de la tecnología que han desarrollado.
Charpentier y Doudna han sido galardonadas por su trabajo a lo largo de estos años que han supuesto una revolución biotecnológica, al desarrollar una tecnología que permite reescribir el genoma y corregir genes defectuosos con un nivel de precisión sin precedentes.
No obstante, Charpentier ha advertido de las dificultades que va a haber para lograr un "consenso" para conseguir una regulación que implique a todo el mundo. "El enfoque sobre la ética cambia mucho según el país", ha argumentado. En este sentido, ha apuntado que en Europa hay más restricciones en esta materia que en países como China o Estados Unidos.
"Es fundamental reunirse e intentar llegar a un acuerdo en lo tocante a las directrices que todos debemos seguir a nivel mundial para que todo el mundo pueda encajar en esas normas", ha señalado.
Tanto Doudna como Charpentier han explicado que en esos foros sobre implicaciones éticas han de aportar sus puntos de vista científicos, expertos clínicos, desarrolladores y pacientes en general.
Las primeras reuniones ya se están produciendo. En diciembre se va a celebrar un encuentro sobre este asunto impulsada por China, Reino Unido y Estados Unidos. "No va a ser la única reunión, va a ser un proceso continuado", ha añadido Doudna, que ha dicho que las decisiones final deben incorporar las aportaciones de los expertos sobre esta tecnología y el impacto en la salud humana.
La técnica que han descubierto estas dos investigadoras, con un trabajo conjunto, se basa en las secuencias denominadas CRISPR (repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente espaciadas).
Han dicho que se trata de una tecnología "muy potente" que permitirá curar enfermedades y abordar otros problemas, como los derivados del cambio climático o dolencias de animales y plantas.
Entre las primeras enfermedades que se podrían curar con esta técnica se encuentran las relativas al hígado o las oculares, porque las células son más accesibles. "En el futuro se podrá incluso tratar o curar enfermedades como la fibrosis quística o la distrofia muscular", ha apuntado Doudna.
PATENTE
Preguntada por las consecuencias polémica relativa a la patente de la técnica de las bioquímicas con el también investigador Feng Zhang, Doudna y Charpentier se han limitado a decir que la tecnología ya está siendo utilizada de manera amplia a nivel mundial.
"No veo problemas que impidan la aplicación de la tecnología actualmente", ha señalado Doudna, mientras que Charpentier ha insistido en que "es tremendamente importante que la tecnología sea utilizada de manera libre y gratuita por todos los científicos, también por la industria farmacéutica y los biólogos".