España se apuntó el EuroBasket de 2011 y entró en la lucha por las medallas en los Juegos de 2012 gracias a vencer a Francia, los galos devolvieron la moneda por partida doble privando a España de la final del Europeo de 2013 y dejándonos sin semifinales el pasado Mundial en nuestra casa. Esta vez el escenario dibujado es completamente diferente. Francia juega como anfitrión y con su principal estrella Tony Parker, España cuenta con muchas bajas de peso, pero con una trayectoria ascendente en el campeonato.

Nadie se fía de nadie porque todos los participantes en la contienda se conocen a la perfección, ya sea a través de partidos previos o en la Liga Endesa. De hecho en Francia, se conoce a nuestro equipo como “Los mejores enemigos”, debido a la gran rivalidad que han demostrado durante los últimos años.

Francia juega contra la maldición del anfitrión –desde 1993 no gana un torneo el organizador- y la estadística del campeón invicto –desde 2003 no hay un campeón sin derrotas-. Son motivos de peso para un equipo que todavía no ha tenido ningún momento de duda en la competición –tampoco un rival de gran nivel- para calibrar realmente cuál es su poderío.

Mientras que ellos han vivido un camino de rosas, España lleva con el modo final activado desde hace más de una semana, cuando se quedó sin margen de error tras caer ante Italia. Sabiendo sufrir mucho, el equipo ha ido creciendo en sus prestaciones hasta alcanzar el martes su punto de ebullición venciendo (73-71) a una invicta Grecia.

“Haber estado tan cerca del abismo nos ha hecho más fuertes”, asevera Sergio Rodríguez. Quizá Francia no haya vivido eso de cerca en este campeonato y no sepa cómo reaccionar si España le pone en aprietos.