Cita con los programas y el voto en libertad

Cita con los programas y el voto en libertad

 El próximo domingo 24 de mayo casi un millón de asturianos podrá ejercer su derecho al voto en una doble cita electoral correspondiente a los comicios municipales y autonómicos. Pero ésta está siendo en realidad una triple cita con las urnas, ya que tanto en los mensajes de los partidos políticos como en la percepción ciudadana late la sensación de que se trata de una especie de primarias de las elecciones generales. Esa idea, naturalmente, trata de extenderla con más fuerza el partido gobernante en España, al que las encuestas vaticinan un desplome sin precedentes a menos de una legislatura y que agitando el fantasma del miedo --de forma incluso insultante para la inteligencia de los ciudadanos-- amenaza con el fin de la Democracia, las libertades y la comida si no se lo vota a él.

 

Cabe suponer que una sociedad madura desoirá, y así está siendo, tan descabellados argumentos. Pero, en general, el entorno mediático impulsado por determinados grupos de Comunicación está haciendo de la campaña más un espectáculo que un tiempo de debate y exposición de objetivos y argumentos. Sin embargo, la información está ahí, a disposición de los potenciales electores. Hay formaciones políticas que abogan por suprimir las autonomías, las hay que plantean programas de un ultraliberalismo económico que incidiría aún más sobre los trabajadores desposeídos de sus derechos esenciales por la actual reforma laboral, hay partidos que anuncian sin ambages que no habrá ayudas sociales ni cobertura para quienes se queden 'en la cuneta' y los hay que ofrecen más miseria, más sacrificios, más de lo mismo.

 

Unas y otras ofertas vienen acompañadas de envoltorios más o menos bien coloreados y, en algunos casos, aparentan ser las de quienes nunca han roto un plato, cuando la loza hecha pedazos aún está en el suelo, por barrer.

 

A las mujeres y los hombres que han de elegir a sus representantes para los próximos cuatro años les merece la pena leer atentamente los programas, o, al menos los resúmenes que de ellos circulan, para posteriormente ejercer su voto en libertad. El modelo de una sociedad insolidaria, injusta, sin oportunidades de estudio y formación para los económicamente débiles --la mayoría-- y con servicios públicos progresivamente privatizados no nos afecta sólo a nosotros. Castigará también a nuestros hijos y, posiblemente, a los de ellos. De elegir ese camino, al menos, hacerlo sabiendo el alcance de la elección.

 


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