Todas las organizaciones de Médicos de Atención Primaria, tanto a nivel nacional como autonómico (Colegios de Médicos, Sociedades Científicas y Sindicatos Médicos), "estamos firmemente decididas a mantener la calidad de las prestaciones del Sistema Nacional de Salud así como la seguridad del paciente, que entendemos están siendo puestas en riesgo por la planificación sanitaria actual."
A tal efecto "hemos consensuado unas líneas de actuación, condensadas en el siguiente Decálogo cuyo desarrollo aconsejamos, que será explicitado y concretado el mismo día 13 en toda Españal:
DECÁLOGO
- La Atención Primaria es el eje del sistema sanitario, y así debe ser reconocida a todos los efectos: incremento presupuestario, dotación adecuada de recursos humanos y aumento de la capacidad de realización de pruebas diagnósticas.
- La Atención Primaria debe liderar, por tanto, la gestión de los procesos del enfermo crónico dentro del sistema sanitario y social, incluyendo la coordinación con el nivel hospitalario, centros geriátricos y de discapacitados, asociaciones de pacientes, etc…
- Médicos de familia y pediatras deben, a su vez, liderar la toma de decisiones relacionadas con la organización y gestión de los recursos sanitarios.
- Dado su papel central en el sistema sanitario, los médicos de familia y pediatras deben tener acceso al catálogo completo de pruebas complementarias, según indicación razonada y criterios de eficiencia clínica.
- El ejercicio de la Medicina en Atención Primaria debe tener un entorno profesional y laboral atractivo: estabilidad, incentivación basada en criterios profesionales, reconocimiento de la penosidad (turnos de tarde, jornada complementaria obligatoria, soledad en el ejercicio de la profesión).
- Las agendas deben adecuarse a una asistencia de calidad, con un tiempo mínimo de 10 minutos por paciente, siempre teniendo en cuenta el contexto socio demográfico y eliminando toda actividad burocrática que no tenga justificación clínica, facilitando al máximo su realización.
- La gestión de la Incapacidad Temporal debe tener un diseño basado en criterios clínicos, evitando la multiplicación de informes que requiere la nueva regulación, y haciéndola extensiva a todos los niveles asistenciales.
- La receta electrónica debe extenderse a todos los niveles asistenciales y a todo el Sistema Nacional de Salud, en un formato ágil y que garantice la interoperabilidad, así como el acceso al historial médico integrado a nivel nacional.
- La formación en Atención Primaria debe empezar en la universidad, con la creación de un área de competencias en Medicina de Familia y la definición de competencias específicas de Pediatría de AP en la formación de pregrado, adecuando los criterios de acceso a la docencia universitaria a la realidad de la Atención Primaria.
- Facilitar el acceso de los profesionales de AP a las actividades formativas y promover la investigación teniendo en cuenta las características propias de dicho nivel asistencial.
Queremos que las mejoras de la AP sean percibidas de inmediato por el médico y por ello, nos centraremos, en primer lugar, en conseguir aquellas medidas que no supongan un gasto económico y que se puedan alcanzar con voluntad política y cambios legislativos, tales como una disminución drástica de la burocracia que no tenga finalidad clínica.
foto: de izquierda a derecha: Belén Quesada (Colegio de Médicos); José Ignacio Pérez Candás (Asociación Asturiana Pediatría Atención Primaria); Marta Martínez del Valle (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia); José Mª Fernández Rodríguez-Lacín (Sociedad Asturiana de Medicina Familiar y Comunitaria); Mª Elena Cerrato Rodríguez (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria) y Carlos Fernández Moro, del Sindicato Médico.