El refresco de dieta: ni tan inofensivo ni tan bueno

El refresco de dieta: ni tan inofensivo ni tan bueno

Una de las escenas más comunes a la hora de la comida es ver a un comensal pedir una comida calórica o grasosa pero muy bien acompañada de un refresco de dieta. Gracias a la publicidad engañosa, tendemos a creer que consumir estas bebidas nos hace bien o que no engordaremos, cuando los efectos que conlleva beberlas son peores que tomar un refresco regular.

A continuación te presentamos siete efectos derivados de beber refrescos light.

  1. Problemas renales. Un estudio muy largo (de once años) hecho por la Universidad de Harvard analizó a más de 3,000 mujeres. Los resultados arrojaron que los refrescos de dieta están asociados con un riesgo importante de falla renal. En las mujeres que consumieron refrescos regulares esta falla no se presentó, por lo cual los investigadores asumieron que está relacionada con los refrescos de dieta.
  2. Alteración metabólica. De acuerdo a una investigación realizada por la Universidad de Minnesota en 2008 a 10,000 personas, el beber solamente un refresco de dieta al día incrementa hasta en un 34% el riesgo de padecer síndrome metabólico, enfermedad que incluye grasa abdominal y colesterol alto.

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  1. Obesidad. Sí, aunque se lea irónico, es totalmente cierto. Los refrescos de dieta no ayudan a perder peso. Un estudio realizado por el Centro de Ciencias de la Universidad de Texas descubrió que mientras más refrescos dietéticos bebiera un individuo, más grande era su riesgo de padecer obesidad. Consumir más de dos latas al día puede incrementar esta posibilidad hasta en un 500%, debido a que los endulzantes artificiales pueden alterar la capacidad natural del cuerpo de regular la ingesta calórica basándose en la dulzura de la comida. Ello significa que quienes beben estos refrescos dietéticos tienden a comer demás, debido a que se engaña al cuerpo y este cree que se está consumiendo azúcar, lo cual genera un círculo vicioso de pedir más y más.
  2. Una horrenda cruda. La primera mala decisión fue pedir tu cuba con un refresco light. La siguiente mala decisión fue seguir pidiendo las demás cubas iguales. Los tragos con refrescos dietéticos te emborrachan más pronto, de acuerdo a información emitida por el Hospital Real de Adelaide, en Australia. Esto debido a que los mezcladores sin azúcar permiten que el licor entre directamente en tu torrente sanguíneo de manera más rápida, generándote esa gran cruda del día siguiente.

 

  1. Daño celular. Los refrescos dietéticos contienen algo que los refrescos regulares no tienen: inhibidores de moho. Sus nombres más comunes son: benzoato de sodio o benzoato de potasio y están presentes en prácticamente cualquier refresco dietético, pero muchos refrescos regulares no lo contienen. Peter Piper, profesor investigador de biología molecular y biotecnología en la Universidad de Sheffield en el Reino Unido afirma que estos químicos tienen la habilidad de causar daños severos y permanentes al ADN de la mitocondria, a tal grado que pueden dejarla inactiva. Este aditivo también se ha relacionado con asma, fiebre del heno y otras condiciones alérgicas.
  2. Dientes picados. El pH de 3.2 convierte a los refrescos light en bebidas altamente ácidas (tan solo para que te des una idea, el pH del ácido de una batería de automóvil es de 1 mientras que el agua es de 7). Los adultos que beben más de tres refrescos de dieta al día tienen una terrible salud dental, pues la acidez del líquido corroe el esmalte, provoca caries, mancha los dientes y provoca pérdidas de piezas dentales.
  3. Problemas reproductivos. En ocasiones el empaque de tu bebida puede ser tan o más dañino que tu propio refresco. Regular o de dieta, las latas de refrescos vienen recubiertas por dentro con un material llamado bisfenol (BPA), un conocido alterador endócrino que se ha asociado con todo tipo de enfermedades. Desde condiciones cardiacas hasta obesidad y problemas reproductivos.

 

En tu próxima comida cuando pidas tu refresco light favorito, piénsalo dos veces y considera si vale la pena o si es mejor pedir un vasito con agua. ¡Salud!

 

Fuente | Prevention

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