Madrid,  AmecoPress. Con 17 años visitando la escuela taller de vidrio de La Granja supo lo que iba a hacer el resto de su vida. Después de formarse en España y en Inglaterra durante una década Alba Martín se ha convertido en la única mujer en nuestro país dedicada al soplado de vidrio que diseña sus piezas y cuenta con taller propio, en Segovia, cuna del vidrio soplado nacional.

Como en tantos campos, ser mujer no es fácil en un trabajo tan desconocido y costoso como el soplado de vidrio. Tal vez por ello Alba insiste en que no le han regalado nada y en que “siempre he tratado de hacer lo mejor”. En la Escuela taller de La Granja fue la mejor estudiante y con eso le pudieron ayudar para buscar otra formación. Le pasó lo mismo en Inglaterra y ese espíritu le llevó también a ser ganadora del premio de Escuela Internacional de Vidrio de Dudley, entre otros reconocimientos.

“Soplar es impresionante” comparte la joven segoviana que reconoce que “al principio es muy frustrante, muy costoso”, aunque “llega un momento en el que no puedes parar”. Ella siguió lo que le dijo su corazón, se esforzó y asegura que es “la mejor decisión que he tomado en mi vida”.

Martín abandonó hace un año su estancia en tierras inglesas para regresar a su Segovia natal en donde puso en marcha su taller. En él diseña piezas de todo tipo que se han vendido en todo el mundo. Combina el soplado en el propio horno con la técnica del soplete, con la que consigue efectos de color y tramas especiales en sus productos. Además de crear, se empeña en abrir, transmitir y revolucionar lo que interpreta como una cultura: la cultura del vidrio. Innovando técnicas, organizando talleres y exposiciones, compartiendo con la gente la historia. Su pasión y su forma de vida.

“La mayoría de la gente no sabe cuales son las diferencias entre el vidrio y el cristal, tiene un lío impresionante con el reciclaje y desconoce por completo la historia del soplado y el trabajo con el vidrio en general. Es muy importante dar a conocer todo esto, cuanto más se conoce más se valora. Cuando descubren todo el proceso la gente se queda fascinada y quiere llevarse una pieza. Es lo que estamos intentando hacer llegar”.

Busca en espacios, sensaciones, escenarios naturales, pero una base esencial de su inspiración la encuentra en las características del propio material: “aunque el vidrio pueda parecer algo rígido en realidad yo destaco su ductilidad, su movilidad, la transparencia…es como agua…tiene vida”.

Destaca el trabajo en equipo y la colaboración entre la gente que se dedica a este arte. “En España somos pocos y estamos muy repartidos, pero nos ayudamos mucho”, afirma y valora iniciativas como la del Museo de Vidrio del Alcorcón, que en junio organizó un encuentro abierto de soplado. También invita a visitar la próxima semana las demostraciones que tendrán lugar en el Centro Nacional de Vidrio de La Granja, en Segovia, dentro de la European Glass Experience.

Foto: AmecoPress