Evalúan el comportamiento de los primeros marcapasos sin cables trasplantados

Evalúan el comportamiento de los primeros marcapasos sin cables trasplantados

JPA/DICYT El Hospital Universitario de Salamanca participa en un ensayo clínico internacional que evaluará los resultados de la implantación de nuevos marcapasos sin cables. El Servicio de Cardiología de este centro ya ha implantado uno de estos nuevos dispositivos y realizará próximamente más operaciones de este tipo. Medio centenar de centros hospitalarios de todo el mundo forman parte de esta investigación pionera que realizará un seguimiento de 1.000 pacientes durante un periodo de cinco años.

 

El primer paciente de Castilla y León con este marcapasos, Isidro Manchado, de 79 años, fue operado hace días en Salamanca y disfruta de las ventajas que ofrece el nuevo dispositivo con respecto a los marcapasos tradicionales. El implante es percutáneo y se realiza a través de la vena femoral con ayuda de un catéter orientable, de manera que no hay que someter al paciente a una incisión quirúrgica, sino una punción, y basta con que repose unas seis horas frente a las 24 horas habituales de inmovilización de los miembros superiores para evitar que los cables sufran desplazamientos, según han explicado los responsables de la intervención en declaraciones recogidas por DiCYT.

 

El procedimiento para colocar el marcapasos Nanostim es menos invasivo, desaparece la cicatriz y el bulto, porque el dispositivo es diez veces menor que el tradicional, no requiere generador, electrodos ni cables y funciona con una pila que tiene una duración de unos ocho o 10 años, similar al dispositivo convencional. En definitiva, el marcapasos se convierte en invisible para el paciente y cuando la pila se agote se tendrá que proceder a una nueva intervención.


Si a través de este gran ensayo internacional se confirman los datos iniciales, “se podrá generalizar su uso”, ha señalado el cardiólogo Javier Jiménez Candil, responsable de la intervención, junto a Jesús Hernández y José Luis Moríñigo. Implantar el nuevo marcapasos sólo requiere 25 minutos, mientras que las operaciones tradicionales tienen una hora de duración.


Entre los años 2012 y 2013 se llevó a cabo un estudio con 33 pacientes con buenos resultados que dieron paso al actual estudio clínico. Por el momento, ya hay unos 120 pacientes en todo el mundo con el nuevo dispositivo. La empresa que lo comercializa eligió al Hospital Universitario de Salamanca entre los centros candidatos a participar y los cardiólogos recibieron el entrenamiento adecuado utilizando un modelo animal.


Para seleccionar al primer paciente se tuvo en cuenta que el caso de Isidro Manchado no era urgente, de manera que era el paciente ideal para ser informado de que participaría, con su consentimiento, en esta investigación pionera. El paciente tenía pulsaciones demasiado bajas, de manera que la implantación de un marcapasos era lo más aconsejable para tratar este problema y hoy, ante los medios de comunicación, ha expresado su satisfacción, ya que se ha incorporado a su vida normal y no tiene molestias.

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