Adiós a Paco de Lucía

Adiós a  Paco de Lucía

Esta es una entrevista que hoy entra en la memoria del recuerdo. En aquel octubre de 2004, tras recibir el “Premio Príncipe de Asturias de las Artes”,  hablamos con el maestro en una esquina del patio Lorenzana del viejo Hospicio de Oviedo reconvertido en el Hotel Reconquista.

 

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Felipe de Borbón, al reconocer los méritos de Paco de Lucía en el momento de recibir el artista, en el Teatro Campoamor, el  galardón Premio  “Príncipe de Asturias de las Artes de las Artes 2004”  dijo:

 

 “Los sones de la guitarra de Paco de Lucía, su fidelidad a una tradición y, al mismo tiempo, su originalidad y heterodoxia han convertido sus versiones de la obra de Albéniz, Falla, Granados, Turina o Joaquín Rodrigo en una gloria de la musicalidad y belleza, que ha combinado brillantemente con ritmos y temas de otros países, hasta el punto de que muchos de ellos pertenecen ya a la memoria colectiva”.

 

 Al finalizar el acto, en la  recepción que tuvo lugar en  el Hotel Reconquista en honor de todos los galardonados, el guitarrista español más universal, nos habló de forma abierta, campechana, sincera, del flamenco, las cuerdas de la guitarra y el orgullo del honor  recibido, “al ser es un reconocimiento oficial al género que ayudará sin duda a convencer de su arte a los indecisos”.

 

 Entre abrazos saludos, un “viva la madre que te parió, Paco”, el efusivo apretón de manos a Claudio Magris, autor de “El Danubio”,  e ir firmando, casi sin descanso, portadas de un trabajo discográfico llamado “Cositas lindas” con cantes de El Cigala, Montse Cortés, Polito y  la voz en sombra de Camerón de la Isla, improvisaciones de jazz, alguna falseta gitana con fondos de viento y salitre de su Algeciras natal, el maestro queda en una esquina, bajo una columnata del viejo Hospicio de Oviedo, exhausto, pero alegre.

 

- Aún recuerdo, y me hierve la sangre, la primera vez que oí a Camarón: es mi héroe; quiero hacer un disco con algunas grabaciones suyas que conservo como una tacita de plata.

 

  Van y vienen las preguntas de periodistas que se agrupan como pirañas de los bajos afluentes del Amazonas, pero mejor no decir nada, sino escuchar y entrevistar al alimón.

 

Y una pregunta frívola,  precisa:

 

- Maestro: ¿Cuántas guitarras tiene?

 

-  Unas 30 o 40, pero siempre toco la misma. En realidad, toco con las mismas botas y los mismos pantalones. A veces mi mujer me riñe: “Paco, tienes el pantalón roto”. Es un fetichismo de toda la vida.

 

Y uno de refilón, sin decírselo a nadie, en este apretujamiento sobre  el patio de Lorenzana, teniendo en la mano una copa de sidra “El Gaitero”, con una guinda y varias gotas de coñac, recuerda a Guillen, Nicolás, el poeta de la negritud... “¡Venga la guitarra vieja...! Cógela tú, guitarrero / límpiales de alcohol la boca / y en esa guitarra, toca / tu son entero...”

 

- ¿Con el premio entra el flamenco en la cultura europea?

 

 Hace como una mueca en medio de un rostro de aceituna brillante, pelo largo y barba corta de días dejada a su aire.

 

- Ya lo he dicho en más de una ocasión y eso lo contesto al dedillo: el flamenco es la cultura más importante que tenemos en España y me atrevo a decir que en Europa. Es una música sublime, mágica, con duendes vivos en sus entrañas que pocos folclores poseen. El flamenco – voz, baile y guitarra -  representa la cultura de nuestro país aunque a muchos les moleste esa explicación, porque es andaluz, y el vasco, asturiano, gallego o el catalán, no tienen nada que ver, son otra cosa, un remolino distinto de viento.

 

Francisco Sánchez Gómez, más conocido como Paco de Lucía, nació en 1947, en Algeciras, Cádiz. Empezó a tocar la guitarra a los siete años y con apenas 14 grabó su primer disco, junto a su hermano Pepe. Los dos habían formado un dúo llamado “Los chiquitos de Algeciras”.

 

 Hacia 1963 sale por vez primera al extranjero con la compañía de José Greco.

 

- Triunfé antes fuera de España – dice -, que aquí; por esos tiempos daba vergüenza el flamenco por andaluz y gitano, por eso entiendo, comprendo y sufro la desesperación del emigrante

 

- ¿Es un drama la emigración?

 

- Sí, una pena muy  honda. Yo creo que hay trabajo para todos. Aquí ya tenemos un determinado nivel de vida y lo que ellos quieren, los trabajos que hacen, nadie los desea. Deberíamos dejarlos entrar todos a Europa porque se van a cabrear (enfadar) y nos van a cortar el pescuezo. Tienen mucha hambre.

 

  En solitario hizo su primer disco con un título pomposo que anunciaba una revolución musical con seis cuerdas: “La fabulosa guitarra de Paco de Lucía”. Fue junto al mítico Camarón de la Isla con quien grabaría más de diez elepés, formando una de las parejas artísticas más importante del pasado siglo.

 

Buena parte del flamenco la representó él. Lo hizo universal, lo rodeó de una aureola y lo llevó, desde la cueva solitaria en Sacromonte o en las orillas del río  Darro, en la Granada embrujada, a los más esplendorosos escenarios del mundo.

 

- Maestro: ¿Tuvo miedo o angustia con los clásicos?

 

-  Realicé lo que bien pude con Falla, Albéniz y Rodrigo, y eso me permite decir que a veces los guitarristas clásicos no se arriesgan porque no les vale una nota sucia. A mí me criticaron mucho cuando hice el “Concierto de Aranjuez”. Pienso con toda honestidad que estuvo bien.

 

- ¿Y cantar, cantó algo?

 

- Cosillas sueltas, soy muy tímido para eso. Siempre digo que me hubiera gustado cantar como Camarón. Imposible. Él era único.

 


http://www.asturiasmundial.com/noticia/56732/muere-repentinamente-genial-paco-de-lucia-66-anos-edad/

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