Francisco Álvarez-Cascos es Presidente del Principado de Asturias

Francisco Álvarez-Cascos es Presidente del Principado de Asturias

 

Francisco Álvarez-Cascos será investido presidente del Principado de Asturias en la sesión de la Junta General que se celebra en la mañana de este viernes, contando para ello con los votos de los 16 diputados de su grupo y la abstención --al no ser posible el voto en contra-- de los diputados de IU, PP y PSOE. 

 

Francisco Álvarez-Cascos, tras ser investido como Presidente del Principado de Asturias en la votación celebrada hoy viernes en la Junta General del Principado de Asturias, ha informado al pleno de la Cámara de los  nueve (9) Consejeros que le acompañarán en el Gobierno regional.

 

Así, de Presidencia será titular el periodista Florentino Piñón; Hacienda y Sector Público,  Ramón del Riego; Economía y Empleo, José Manuel Rivero; Bienestar Social e Igualdad,  Paloma Menéndez; Educación y Universidades, Ana Isabel Álvarez ;  Cultura y Deportes,  Emilio Marcos Vallaure; Sanidad,  José María Navia Osorio; Agroganadería y Recursos Autóctonos,  Albano Longo y Fomento María Isabel Marqués

 

El ya presidente se incorporará a sus funciones mañana sábado. Como señaló en su discurso de investidura, la jornada abre un nuevo escenario en siglos de historia asturiana.

 

 

"En Asturias, desde hoy, una fuerza política, de ámbito estrictamente autonómico, ha sido elegida como primera fuerza de la Junta General del Principado. Y ello con una diferencia singular con respecto a otras Comunidades Autónomas donde esta situación política tiene una larga tradición: el inequívoco y firme compromiso europeo y nacional que está en la esencia de nuestra ideología reformista. FORO ASTURIAS no es una fuerza política cuya identidad radica en la confrontación con el Estado para fortalecer una posición nacionalista sino que, por el contrario, es una fuerza comprometida en la cooperación con el Estado. Por eso proclamamos e insistimos en que no se puede entender Asturias sin España, pero tampoco aceptamos --y éste es nuestro segundo rasgo diferencial-- que se pretenda construir España
marginando a Asturias, como viene sucediendo en los últimos años con la inadmisible
pasividad y hasta complicidad de algunos dirigentes.

 

Tengo, Señorías, la firme convicción de que otra Asturias es posible, y de que un viraje radical en las coordenadas de la política asturiana, mantenidas durante los últimos doce años, es la plataforma de esperanza que necesita nuestra sociedad para salir de la crisis, recuperar la confianza, cambiar nuestro destino cada día más preocupante, y salir del pozo cada día más hondo y más oscuro. Mantengo que no se puede cambiar de destino sin cambiar antes de camino. Y el cambio de camino que me comprometo a garantizar a todas las asturianas y a todos los asturianos reúne dos condiciones: proximidad y esfuerzo.

 

También conciliación dialéctica entre lo “macro” y lo “micro”, entre los grandes asuntos de la vida regional y las necesidades cercanas de cada asturiano, todo ello con grandes dosis de sacrificio, repartidas equitativamente, entre todos los ciudadanos, desde un Gobierno que aspira al liderazgo, a la ejemplaridad y a la transparencia.

 

Y precisamente porque corren malos tiempos y soplan malos vientos, apostamos por una política constructiva y optimista, que tenga memoria y que también sustente ilusiones, que se pegue a la dureza del terreno con el compromiso pero sin ser cautiva del desaliento. Sumar, escuchar, no excluir ni ser excluido deben ser actitudes y herramientas al servicio del interés general. Entre todos debemos transformar el malestar de los ciudadanos indignados en un pacto de diálogo abierto, y neutralizar la
tentación del desorden con la pedagogía del ejemplo de quienes ofrecen respuestas concretas en lugar de discursos vacíos. Todo esto incluye la aspiración a recuperar el crédito de todos los partidos políticos, sin excepción, para cancelar la brecha que separa a los políticos, y cada día más profundamente, de la sociedad, así en Asturias como en toda España.

 

Coger el paso y levantar la cabeza, regenerar nuestras instituciones y nuestra vida pública, era en estas condiciones un reto histórico para nosotros, que vamos a emprender con todas nuestras fuerzas. Un reto histórico para el que pedimos, lo reitero, el apoyo de todos cuantos compartimos el objetivo de hacer una región seria, abierta y próspera"

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