50 años de Zitrón, una empresa "digna de presumir de ella" (Javier Fernández)

50 años de Zitrón, una empresa "digna de presumir de ella" (Javier Fernández)

Gijón.-El  presidente del Principado, Javier Fernández, visitó este viernes las instalaciones de la compañía Talleres Zitrón, acompañado por el director gerente de la empresa, Antonio Fernández-Escandón, y el consejero de Economía y Empleo, Graciano Torre. Previamente, presidió el acto institucional con motivo de la conmemoración del 50º aniversario de la compañía asturiana. En su intervención, el jefe del Ejecutivo alabó la capacidad de Zitrón para reorientar su producción y mercados cuando comenzó el declive de la minería, expresó su satisfacción por la positiva evolución posterior y alabó a la empresa, hoy con una plantilla superior a 150 personas y una cifra de negocio aproximada de 35 millones calificándola como "digna de presumir de ella".

 

 

 Intervención del presidente

 

 

 

En 1963, los mineros asturianos protagonizaron una cadena de movilizaciones, mezcla de protestas laborales y reivindicaciones políticas. Aunque la fama se la llevó la huelgona de 1962, la del año siguiente tuvo eco internacional y la represión fue quizás mayor. Vivíamos -quienes habíamos nacido, porque ya ha llovido lo suyo desde entonces- la etapa final del franquismo, y la minería y la siderurgia, con sus pináculos de gótico industrial, formaban la estampa económica y política del Principado. En julio de ese mismo año, medio siglo atrás, nació Talleres Zitrón, con tres trabajadores en plantilla, para fabricar maquinaria y accesorios para la minería.

 

Han pasado 50 años, y en este tiempo Asturias cambió. Casi podríamos decir que mutó. No les digo nada que ignoren. A lo largo de las dos últimas décadas del siglo XX, las industrias básicas sufren una fortísima reconversión, y aquel paisaje punteado de castilletes se diluye rápidamente, hasta llegar al difícil trance de hoy, que todos ustedes conocen. En 1992, la crisis de una potente compañía, Minero Siderúrgica de Ponferrada –conocida también por sus siglas, MSP- repercute en talleres Zitrón.  Hasta 1993, el 85 por ciento de las ventas de Zitrón estaba relacionado con la minería.

 

Imaginemos la situación, como en un flash back cinematográfico. Un taller concebido para asistir industrialmente a la minería ve cómo su nutriente se agota en un declive continuo. Bien, cada uno puede pensar cuáles son las alternativas que habría sopesado de estar en la piel de los responsables de esta empresa. Una, la más drástica, cerrar antes de que las cosas empeoraran. Otra, la más tibia y medrosa, seguir anclado a la minería hasta el final, resignado a acompañarla en la caída. Y otra, la empresarialmente más lógica, encarar la situación y buscar otras opciones de negocio. Ése es el camino que emprendieron en Zitrón, y les salió bien, francamente bien.

 

 

 

Coraje emprendedor y talento

 

 

Así dicho, suena fácil, sencillo. En cambio, en la práctica, resulta muy difícil, porque ése es uno de los bretes en los que se ponen a prueba los requisitos necesarios para una buena empresa: coraje emprendedor –iniciativa, disposición al riesgo, llámenlo como quieran- y talento. A ese par podemos sumarle otros añadidos, como recursos financieros o capacidad instalada, hasta formar un etcétera largo como un tren de mercancías, pero sin esos dos primeros –repito: coraje emprendedor y talento- nada sería posible.

 

Hoy, Zitrón tiene una plantilla superior a 150 personas y una cifra de negocio aproximada de 35 millones; cuenta con delegaciones en Holanda, India, Irán y Australia –todo aquí, al ladito de Porceyo, como pueden ver-; y exporta el 90 por ciento de su producción. El porcentaje es correcto: el 90 por ciento. Ha recibido premios a la innovación empresarial y a la exportación. Fabrica maquinaria para la minería, cabrestantes, perforadoras neumáticos, y ventiladores. Ventiladores no de esos que se ponen en marcha a veces en la mala política para esparcir malos aires y cosas peores, sino ventiladores y sistemas completos de ventilación para líneas de metro, túneles y minería. Este mismo año, la empresa suscribió un contrato para asumir la ventilación de un túnel de ocho kilómetros y medio en Brisbane, la tercera ciudad de Australia. A propósito del éxito de los ventiladores, de su experiencia, capacidad e implantación en esta singular especialización industrial, la empresa suele decir que “vive del aire”. Es un buen eslogan de marketing.

 

Pues, qué quieren que les diga, benditos buenos aires los suyos. Hay ocasiones en las que el tópico es un recurso para salir librado de cualquier apuro, como sucede en esas conversaciones de ascensor. Otras, en cambio, es de justicia. A mí no me gusta repetir lo trillado ni lo evidente, pero por ese prurito no me voy a resistir a proclamar hoy que Zitrón es un ejemplo para toda la industria asturiana, que es una exhibición de talento y capacidad de adaptación, de visión de negocio. No son los únicos, pero son ustedes ejemplares. Y yo vengo aquí a celebrar con ustedes su medio siglo vital, a felicitar a todos y cada uno de sus empleados, a darles las gracias porque su camino enseña cuál es el rumbo adecuado para muchas otras industrias asturianas, porque han cogido ustedes un buen viento y los demás hemos de reconocerlo.

 

 

 

Saben que ayer participé en Bruselas en una reunión con el comisario de la Competencia para abordar el problema del tax lease, que afecta al sector naval. Es una de las dificultades a las que se enfrenta la industria asturiana; en este caso, un sector con una alta cualificación tecnológica y elevada capacidad exportadora. Del desenlace del encuentro no les puedo añadir más novedades que la expresión de la voluntad de este gobierno de continuar batallando en todos los frentes para que el comisario de la Competencia rectifique un planteamiento dañino para los astilleros asturianos, porque entendemos que nos asiste la razón jurídica y la razón social. 

 

Saben también que mi gobierno está muy preocupado por la situación de la minería, injustamente castigada por decisiones del Gobierno central. La fábrica de armas de Oviedo cerró, y la de Trubia sufre una notable reducción de empleo. Aquí, en Gijón, Suzuki ha cesado su actividad. Nuestro índice de producción industrial ha disminuido en los últimos meses.

 

Todos esos hechos y datos que cito son aristas que jamás me he empeñado en disfrazar ni ocultar. A mí no me habrán oído hablar de que la recuperación está a la vuelta de la esquina del próximo trimestre y, si no, del siguiente, y si no, del que está más allá, siempre con la promesa de que tal vez mañana escampará.   Ni tampoco me habrán escuchado presumir de bálsamos milagreros o fórmulas magistrales para salir de esta situación, como si fuese un vendedor de crecepelo. Sostengo que la seriedad y el rigor son valores fundamentales siempre, y más en trances como éste.

 

 Pero déjenme decirles también que Zitrón es una empresa que da razones para presumir. Si no voy a endulzar la situación, tampoco voy a oscurecer las buenas noticias. Por eso, no voy a dejar de reiterar que Zitrón es un ejemplo, que hay muchísimas oportunidades en la exportación y la internacionalización empresarial y que los últimos datos sobre las plantas asturianas de Arcelor Mittal son optimistas.

 

Al igual que supieron hacer ustedes en esta empresa cuando se vieron rodeados de dificultades, nosotros tenemos que ser capaces de encarar la situación y combinar coraje emprendedor y talento. A menudo me doy cuenta de hay quienes confunden –por inocencia o interés, da igual, porque no es el lugar para entrar en esos detalles- prudencia con miedo y seriedad con falta de iniciativa. Pues no, no se inquieten. Yo no voy a presumir de talento, porque ése se acreditará en la práctica, pero sí les aseguro que a este gobierno no le falta un ápice de coraje para afrontar los problemas y decidir los cambios que haya que tomar, aunque no declamemos brindis al sol ni gesticulemos con concesiones a la galería.

 

Y  hoy estamos precisamente en un lugar especialmente adecuado para ventilarnos y tomar muy buenos aires para el futuro. Gracias a ustedes, a los trabajadores y a los directivos de Talleres Zitrón, por ofrecernos tan buen ejemplo. Su 50º aniversario es una buena noticia para toda Asturias.

 

FOTOS: Armando Álvarez

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