El FMI enfría las expectativas de crecimiento de España y la zona euro

El FMI enfría las expectativas de crecimiento de España y la zona euro
  • Según las proyecciones del FMI, en 2013 el crecimiento mundial será igual al de 2012: apenas por encima de 3%
  • La debilidad de las economías de mercados emergentes empañará las perspectivas de crecimiento mundial
  • Los riesgos inminentes siguen siendo bajos en las economías avanzadas, pero son más preocupantes en los mercados emergentes

 

 

La economía mundial está creciendo con más lentitud de lo esperado y los riesgos se están agudizando sobre todo en los mercados emergentes, dice el FMI en la actualización de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO). El crecimiento mundial está proyectado ahora en 3,1% para 2013 y 3,8% para 2014, una revisión a la baja de ¼ de punto porcentual en comparación con el informe WEO de abril de 2013.

El crecimiento mundial apenas aumentó en el primer trimestre de 2013, en vez de acelerarse en mayor medida como se preveía en la edición de abril de 2013 del informe WEO. Ese desempeño inferior a lo previsto se debió al crecimiento decepcionante en las grandes economías de mercados emergentes, la agudización de la recesión de la zona del euro y la lentitud inesperada de la expansión estadounidense. En Japón, por el contrario, el crecimiento superó las expectativas.

 

 

De cara al futuro, el FMI prevé que los factores que últimamente han frenado el crecimiento perderán fuerza, pero eso sucederá solo en forma gradual. En Estados Unidos el crecimiento aumentaría de 1¾% en 2013 a 2¾% en 2014, a medida que se desacelere la consolidación fiscal y que la demanda privada siga siendo sólida. En Japón, el crecimiento de 2013 se ubicaría en 2% —es decir, 0,5% más que en el último informe WEO— impulsado por el respaldo que les dieron a la confianza y la demanda privada las recientes políticas acomodaticias. Según los pronósticos, la zona del euro continuará en recesión en 2013 y retomará el crecimiento en 2014. La actividad de la región continúa sufriendo los efectos combinados de la escasa demanda, la confianza deprimida, la fragmentación de los mercados financieros, la debilidad de los balances y la consolidación fiscal.

 

 

El crecimiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo se moderaría a 5% en 2013 y a alrededor de 5½% en 2014; o sea, más o menos ¼ de punto porcentual menos de lo proyectado en el informe WEO de abril de 2013. Estas perspectivas más débiles responden, en mayor o menor grado, a estrangulamientos de la infraestructura y otras limitaciones de la capacidad, desaceleración del crecimiento de la exportación, disminución de los precios de las materias primas, inquietudes en torno a la estabilidad financiera y, en algunos casos, debilitamiento de las políticas monetarias de apoyo. En China, el crecimiento promediará 7¾% en 2013–14, ¼ y ½ punto porcentual menos en 2013 y 2014, respectivamente, que en las proyecciones de abril de 2013.

 

 

 

Los riesgos, viejos y nuevos, siguen a la baja

 


La volatilidad de los mercados financieros aumentó a escala mundial en mayo y junio, tras un período de calma desde el verano pasado. En general, las economías de mercados emergentes son las que se han visto más afectadas. El aumento reciente de las tasas de interés en las economías avanzadas y la mayor volatilidad de precios de los activos, sumados al enfriamiento de la actividad interna en los mercados emergentes, se han traducido en algunas salidas de capitales, caídas de precios de las acciones, alzas de los rendimientos locales y depreciación de las monedas.

 

 

En el pronóstico del informe WEO se supone que la reciente intensificación de la volatilidad y el aumento de la rentabilidad se revertirán en cierta medida, dado que representan en gran parte una revaloración aislada del riesgo por parte de los inversionistas debido al debilitamiento de las perspectivas de crecimiento de estas economías y a la incertidumbre pasajera en torno al repliegue de la política monetaria de estímulo en Estados Unidos. Sin embargo, si las vulnerabilidades subyacentes persisten y la volatilidad de los mercados financieros se mantiene elevada, el resultado podría ser un aumento de los flujos de capitales y un crecimiento más bajo en las economías emergentes.

A nivel más general, los riesgos a la baja, viejos y nuevos, aún predominan sobre las perspectivas. En la actualización del informe WEO se ponen de relieve los riesgos de que continúe la desaceleración del crecimiento en las economías de mercados emergentes. Estos riesgos reflejan la posibilidad de que los flujos de capitales cambien de dirección y de que se dilaten los efectos de las restricciones de la capacidad interna, se enfríe la expansión del crédito y las condiciones externas sean desfavorables.

 

Políticas encaminadas a generar un crecimiento vigoroso

 


El debilitamiento de las perspectivas de crecimiento en los mercados emergentes y los nuevos riesgos a escala mundial plantean nuevos retos para el crecimiento, el empleo y el reequilibramiento internacional. El informe recalca la necesidad de que las autoridades de todos los países redoblen sus esfuerzos por superar estos retos y lograr un crecimiento nuevamente sólido.

Las prioridades de política para las grandes economías avanzadas que se destacan en el informe WEO de abril de 2013 siguen siendo relevantes. Estas economías deberían mantener una combinación de políticas que respalden el crecimiento a corto plazo, y que esté anclada en planes creíbles para lograr la sostenibilidad de la deuda pública a mediano plazo. Una comunicación clara en cuanto al repliegue de las políticas monetarias acomodaticias contribuirá a reducir la volatilidad de los mercados financieros internacionales.

En la zona del euro, un examen de los activos bancarios debería identificar los activos problemáticos y cuantificar las necesidades de capital, respaldado por una recapitalización directa a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad cuando corresponda. Basándose en los acuerdos recientes, las autoridades también deberían avanzar hacia una unión bancaria más plena, entre otras vías mediante un sólido mecanismo único de resolución.

 

 

Aunque las condiciones imperantes y las vulnerabilidades varían entre las economías de mercados emergentes y en desarrollo, el enfriamiento del crecimiento y los riesgos de salidas de capitales plantean nuevos riesgos para las políticas. Existe el riesgo de que la desaceleración del crecimiento en algunas de estas economías refleje un producto potencial inferior al previsto. Por ende, estas economías podrían tener un margen presupuestario menor de lo estimado previamente.

En términos generales, la distensión monetaria debería ser por lo tanto la primera línea de defensa frente a los riesgos a la baja. Sin embargo, las tasas de política monetaria reales ya son bajas, y las salidas de capitales y los efectos de la depreciación del tipo de cambio en la inflación podrían también restringir nuevos recortes de las tasas. Muchas economías enfrentan también riesgos para la estabilidad financiera debido a que el debilitamiento del crecimiento y la rápida expansión del crédito representan una amenaza para la calidad de los activos. En vista de estos retos, quizá sea necesario modernizar los marcos de regulación y supervisión.

Por último, se necesitan reformas estructurales en todas las grandes economías, para estimular el crecimiento mundial y apuntalar el reequilibramiento internacional. Como en el pasado, esto significa aplicar medidas para estimular la demanda interna en economías con grandes superávits en cuenta corriente (como China y Alemania) y medidas encaminadas a promover la competitividad en las economías con grandes déficits en cuenta corriente.

 

 

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