Liberbank está a punto de salir a bolsa, último paso del proceso de bancarización de las cajas de ahorro, impuesto por el Gobierno del PP y que, para Izquierda Unida supone una pérdida de una herramienta financiera que, bien gestionada, debería haber sido fundamental como instrumento de desarrollo social, cultural y económico. Las cajas restaban como último brazo público del sector bancario, más allá de las instituciones ya nacionalizadas y que, más temprano que tarde, creemos que serán nuevamente privatizadas después de haber socializado las pérdidas.
Liberbank nace como la fusión de las cajas de ahorros de Asturias, Extremadura y Cantabria y la absorción de la Caja de Castilla y la Mancha y ahora se abre un futuro que, perdida la oportunidad del mantenimiento de un control y unos fines públicos, debe aprovecharse, indiscutiblemente, para favorecer el desarrollo de los lugares en los que con mayor intensidad se asientan.
La bancarización de las cajas responde a un nuevo modelo impuesto en gran medida por la Troika, bajo la premisa de su ineficiencia e ineficacia, al tiempo que de una nefasta gestión. Afirmaciones, cuando menos inexactas y, cuanto más, falsas. Y es que no todas las cajas fueron mal gestionadas ni tampoco es real esa ineficiencia e ineficacia. Baste un dato: el 52 por ciento de la inversión crediticia en España se debe a las cajas, frente al 42 por ciento de la banca –el resto corresponde a cajas rurales y cooperativas de crédito-, con un constante aumento de ganancia de cuota de mercado en el sistema financiero español; concretamente más de veinte puntos en las últimas tres décadas[1]. Visto este aumento del peso de las Cajas, quizás haya que pensar que el objetivo no es tanto responder a los problemas de estas entidades como el de garantizar al Establishment un nuevo frente de negocio.
Estamos ante un escenario de hechos consumados: Caja Astur no regresará, o al menos no en el futuro inmediato. Quedan muchas incógnitas como qué sucederá con la Obra Social o cómo suplir las inversiones en I+D+I o el importantísimo papel de las cajas en la financiación de la vivienda o de autónomos y pequeña y mediana empresa.
El nacimiento en bolsa de Liberbank debe llegar también con una solución para los pequeños ahorradores que de buena fé cayeron en la trampa de las subordinadas y las preferentes, y esto depende de la dirección de la entidad pero, también, de las autoridades bancarias españolas, demasiado interesadas en proteger a las entidades que más daño han hecho, tanto al sistema de cajas de ahorro –no es necesario explicitar las Cajas cuya nefasta gestión tuvo que terminar con su intervención y nacionalización, por cierto, todas ellas en manos de gestores supuestamente imbuidos de todas las virtudes de lo privado y, curiosamente, muy cercanas al Partido Popular-, como al sistema bancario español, ese mismo que, en 2008 fue calificado por el entonces presidente Zapatero como el sistema bancario más sólido del mundo.
Si Liberbank es capaz de responder a sus clientes, a la sociedad asturiana y a la economía real, será una oportunidad para el desarrollo, a pesar de que, insisto, el sistema de Cajas podría haber cumplido perfectamente con este papel como lo hizo a lo largo de más de un siglo.
*Coordinador General de IU de Asturias