Por Grupo Navega.-Hay una isla con vegetación todavía virgen, Madeira, situada en el Océano Atlántico, a 1.000 Km. de Lisboa, en realidad es un archipiélago formado por cuatro islas, con la principal (Madeira) que es la que da nombre al conjunto. Madeira se asienta sobre una serie de volcanes que hacen que su orografía tenga una impresionante altura de 8.000 metros, con 1.800 sobre el nivel del mar, por ser una Isla pequeña y “perdida” en medio del océano Atlántico es todavía una Isla desconocida. Se puede describir la isla como un macizo montañoso que desciende abruptamente hacia el mar para formar una costa casi siempre rocosa y acantilada, con pocas playas y puertos naturales..

El clima es perfecto, con unas temperaturas muy parecidas a las de Canarias, siempre entre los 23 y los 19 grados, por lo que el turismo es anual. A lo largo de la isla, eso sí, el clima es muy cambiante, bajando de grados y aumentando la humedad a medida que ascendemos.

Con un fondo marino de mas de 3.000 metros de profundidad y unas cálidas aguas, Madeira tiene la fortuna de encontrarse en la ruta migratoria de una serie de magníficas criaturas marinas. Delfines, ballenas, tortugas o incluso focas monje, suelen dejarse ver por sus aguas, resultando una experiencia única verlos en su ambiente natural. Hay paisajes volcánicos cubiertos de verde, lagunas azules, las fumarolas de San Miguel, volcanes inactivos, toda una aventura que experimentar.

Siendo sinceros, tendremos que decirles que Madeira no es el paraíso de largas playas tropicales de arena blanca y fina, y aguas de color azul turquesa que muchos esperan. Lo cual no quiere decir que no haya playas; que las hay, sobre todo, playas volcánicas, de piedras o de arena oscura y gruesa.  Eso sí, a falta de playas extensas o encantadoras calas, una de las ventajas de las playas de Madeira son sus aguas limpias y transparentes, pero sobre todo cálidas, ideales para darse un buen chapuzón.

Por otra parte y para los amantes de las emociones fuertes, en Madeira existen zonas de relieve accidentado y grandes acantilados, donde combinar la navegación con actividades de team builiding náutico o Coaching Náutico, así como disfrutar incluso de la navegación de altura. Existen compañías que ofrecen este tipo de excursiones como incentivos náuticos en Madeira, organizando visitas turísticas, mágicas puestas de sol, fletes privados, jornadas de pesca e incluso la opción de nadar entre delfines.

Por otra parte, es una romántica isla, llena de encanto para celebrar su boda en un barco, con playas de arena dorada en la isla de Porto Santo bañada por aguas cálidas y cristalinas y Funchal un lugar de verdes selvas, altas montañas, magníficas calas de aguas transparentes.

La isla de Madeira no es muy grande, mide 58 km de largo por 23 km de ancho, por lo que se puede recorrer en poco tiempo. De un extremo a otro, se tarda tan sólo una hora, estando las carreteras en muy buen estado, por lo cual les aconsejamos alquilar un coche, ya que es práctico y cómodo, podemos ir allá adonde deseemos y hacer paradas en los puntos más interesantes de la isla.