Homenaje a Alejandro Olano en el centenario de su fallecimiento en El Musel

Homenaje a Alejandro Olano en el centenario de su fallecimiento en El Musel

El ingeniero -natural de Filipinas y afincado en Gijón- falleció junto con otras cuatro trabajadores -Evaristo Álvarez Cadrecha, José María Álvarez García, Tomás Bango y Eugenio García Suárez- mientras intentaba defender, durante un fuerte temporal, la grúa Titán colocada en el dique Norte

Alejandro Olano fue una de las figuras más importantes de la historia de El Musel, pues a él se debe la memoria para la ampliación del mismo, realizada hasta 1922, que incluye, entre otras, las obras del Muelle de Ribera y del propio dique Norte



Gijón.- La Autoridad Portuaria de Gijón ha querido rendir homenaje a la figura del ingeniero Alejandro Olano y de los cuatro trabajadores -Evaristo Álvarez Cadrecha, José María Álvarez García, Tomás Bango y Eugenio García Suárez- que fallecieron hizo ayer 100 años en el lugar que hoy se conoce como Muelle Olano.

        En el acto han estado presentes, la presidenta de la Autoridad Portuaria de Gijón, Rosa Aza; familiares del fallecido Olano, así como una pequeña representación de personalidades vinculadas a la figura del homenajeado y del Puerto de Gijón, como los ex presidentes Alfredo Iñarrea Albuerne, Carlos Zapico, Fernando      Menéndez Rexach y Mariano Abad Fernández, además del decano del Colegio oficial de Ingeniería, Canales y Puertos de Asturias, Fernando González Landa.

        Durante el acto, la presidenta del Puerto de Gijón reconoció el “valor y valentía de estos hombres que perdieron su vida en el ejercicio de su trabajo. Fue su coraje, y el amor que ya desde años atrás venían demostrando por este puerto, lo que les impulsó a defender la obra que estaban realizando, con todas sus fuerzas, de la fuerte tormenta”.

        Alejandro Olano, Evaristo Álvarez Cadrecha, José María Álvarez García, Tomás Bango y Eugenio García Suárez fallecieron en la noche del 21 de octubre de 1912 -ayer hizo un siglo-, cuando trataban de salvar la grúa ‘Titán’, colocada en el extremo del dique Norte, durante un fuerte temporal.

Ingeniero y afincado en Asturias. Su biografía.
Perteneciente a una familia de ingenieros, Casto Alejandro Olano de la Torre  (Manila-Filipinas, 1869) continuó la estirpe familiar y se formó como ingeniero de caminos, canales y puertos en la Universidad de Madrid. Tuvo un primer destino en Filipinas donde realizó el proyecto de reedificación del palacio del Gobernador y varios otros vinculados a la ingeniería portuaria, hasta que en 1897 solicitó licencia de nueve meses para regresar a la Península.

En 1900 Olano comenzó a trabajar en la jefatura de obras públicas de Oviedo y pasa a hacerse cargo de las obras del puerto de Gijón como Director del Sindicato Asturiano del Puerto del Musel, para construir el dique Norte y el muelle de Ribera, que diseñó Eugenio Ribera en 1898, a partir del Proyecto del Puerto de El Musel Reformado, de Francisco Lafarga en 1891. Nada más hacerse cargo de la dirección de las obras, remite en 1900 el proyecto reformado del dique Norte del Puerto del Musel, siendo Ingeniero Director del Puerto Manuel Sanz Garrido.

En 1903 Olano presentó el Anteproyecto de ampliación del puerto de El Musel en previsión de que éste se quedase pequeño, publicando numerosos artículos en la Revista de Obras Públicas y en 1908 la Memoria descriptiva de las obras del Puerto del Musel (Gijón).

Su vinculación con el Puerto de Gijón: Las obras de construcción del dique Norte y los muelles de Ribera

Transcurridos casi treinta años desde la realización del primer anteproyecto de puerto de refugio en El Musel, en agosto de 1891 el ingeniero Francisco Lafarga presentaba un nuevo proyecto portuario para El Musel, que sería aprobado ese mismo año. Se trataba de construir un gran dique de abrigo (dique Norte), más o menos perpendicular a la línea de costa, y un muelle de costa o ribera (muelle de Ribera).

Sin embargo, el retraso en la ejecución de las obras del proyecto de Lafarga unido a la descoordinación en los trabajos de los contratistas, determinaría a los propios industriales mineros a erigirse en promotores y ejecutores de la nueva infraestructura portuaria, constituyendo en agosto de 1900, como filial del Crédito Industrial Gijonés, el Sindicato Asturiano del Puerto del Musel. La nueva sociedad asumiría todas las obras adjudicadas a los dos contratistas el mismo año de su fundación y nombraría al ingeniero Alejandro Olano para la dirección técnica de las mismas. En noviembre de 1901 la Dirección General de Obras Públicas autorizaba al ingeniero Olano a redactar un proyecto reformado que modificaba la cimentación de los muros del dique y las dimensiones de los bloques que los forman para hacer factible su construcción.

A partir de entonces las obras del nuevo puerto avanzarían rápidamente, iniciando la explotación comercial en el año 1907. En el mes de junio de ese año concluían las obras del ramal de 8 kilómetros de la Compañía del Ferrocarril de Langreo que desde Sotiello a través del valle de Aboño llegaba hasta el arranque del dique Norte donde se construyó el primer cargadero de vagones del ferrocarril del Musel mediante una concesión a dicha Compañía.

Las obras adjudicadas sufrirían otros dos proyectos Reformados para adaptarlas a las demandas del trafico. Así, enseguida pareció insuficiente los 597 metros de muelle adosado al Dique Norte para realizar las operaciones comerciales y Olano presentó un Segundo proyecto Reformado, que prolongaba dicho muelle en 342,21 metros más, quedando una longitud de atraque de 939,21 metros. Con el Reformado propuesto solo quedaban 10 metros hasta el morro del dique, por lo que Olano, solicitó alargar su longitud en 500 metros a fin de asegurar la tranquilidad de las aguas en el atraque, lo que le fue denegado. Habría que esperar hasta el año 1926, en el que siendo Ingeniero Director de la Junta de Obras del Puerto Eduardo Castro, se proyecta y adjudica dicha prolongación, finalizándose por fin las obras del Dique Norte en 1930, 36 años después de que comenzasen y 38 años después de su primera adjudicación. Hay que reseñar que la prolongación del Dique Norte se proyectó con su muro vertical formado por cajones flotantes de hormigón de 20x15 metros de base y 11.30 metros de altura. Una técnica avanzada y novedosa en su tiempo que luego seria utilizada normalmente en el Musel para construir los muelles de atraque.

En los 36 años que duró la construcción del dique Norte, se sucedieron numerosos percances, averías y accidentes, debidos a los temporales invernales y a la explotación de la cantera de Torres para obtener materiales para las obras. Entre ellos el accidente ocurrido el 12 de octubre de 1912 en el que perdieron la vida Alejandro Olano y 4 trabajadores cuando intentaban poner a resguardo del temporal la grúa Titán que colocaba los bloques de hormigón de 80 toneladas para hacer los muros del Dique Norte y que se encontraba en el extremo de las obras.

Además de la construcción del dique Norte, el Sindicato del Musel era adjudicatario del Muelle de Ribera, que partiendo del arranque del dique, se extendía en una sola alineación, en una longitud de 1.272.70 metros hacia el sur. Olano como responsable de las obras, propuso también un reformado de este proyecto para que sus muelles tuviesen mayor calado, para lo que propuso la construcción de tres alineaciones, las que hoy conocemos como las alineaciones de Ribera, y un espigón, el Espigón I.

El Musel se configuró desde el principio como un puerto en el que el tráfico ferroviario era dominante, además, al especializarse en el embarque de carbón y ante la falta de una zona terrestre de servicios donde almacenar los carbones, los embarques se realizaban directamente por medio de convoyes de vagones desde las explotaciones mineras hasta el propio puerto, hasta que se habilitó el valle de Aboño como estación clasificadora, construyéndose desde el principio por la iniciativa privada, cargaderos de vagones en sus muelles. Los primeros embarques se produjeron en el arranque del dique norte, que comenzó a operar en 1907 y cuyo ramal ferroviario atravesaba por un túnel el cabo de Torres. En ese primer año de funcionamiento el nuevo puerto registraría –según indica la Memoria descriptiva de las obras del Puerto del Musel- un movimiento total de 280.000 toneladas de carga. Esta infraestructura ferroviaria sería ampliada poco tiempo después con otros dos ramales también desde Aboño a cargo del Ferrocarril del Noroeste (vía ancha) y de la Sociedad Minas de Hierro y Ferrocarril de Carreño (vía estrecha). El Sindicato consiguió también otra concesión para construir en 1908 un primer cargadero en la 2ª alineación, conocido como "los calderos". Dos años más tarde, en 1910 entraba en servicio en la tercera alineación de Ribera el segundo cargadero alto denominado popularmente "el embudo" por una concesión al Sindicato del Musel y que estaba directamente conectado con dichos ramales ferroviarios. Por el ferrocarril del noroeste llegaba el carbón de la cuenca del Caudal y por el de Carreño el mineral de hierro.

Tras el fallecimiento de Alejandro Olano, se continuaron ejecutando las obras de ampliación y consolidación previstas en los distintos proyectos, las obras del I Espigón finalizarían en 1913 y en 1923 se concluía la Estación Marítima en sus cuatro alineaciones, quedando operativas para el tráfico las dos primeras desde 1928. A finales de 1930 en la segunda alineación de la Estación Marítima entraba en servicio un nuevo cargadero, el denominado Parque de Carbones, que ayudaría a acortar las largas estadías de los vapores carboneros, y por el que se llegaría a cargar hasta el 25% de todo el carbón salido desde el puerto.

Esta fue una de las figuras más importantes de la historia de El Musel, pues a él se debe la memoria para la ampliación del mismo, realizada hasta 1922, que incluye entre otras las obras del Muelle de Ribera y del propio dique Norte.

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