Gijón.-Más de 26.300 personas visitaron la muestra organizada por la Autoridad Portuaria de Gijón, “San Lorenzo, una playa viva”, que cerró el domingo sus puertas tras casi seis meses de exhibición en la Sala de Exposiciones “Antigua Rula”.

La muestra es una exposición, ilustrativa y didáctica, que da a conocer la historia y cambios que ha vivido, y que continuará experimentando, la playa de San Lorenzo, el principal recurso natural de la ciudad de Gijón.

Los asistentes pudieron valorar a través de encuestas el contenido, las instalaciones, así como el trato del personal de sala, resultando ser la muestra mejor valorada desde que el Puerto de Gijón hace este seguimiento. Sobre una puntuación de 5 puntos, la exposición recibió una valoración de 4,64 puntos.

Cabe destacar también que “San Lorenzo, una playa viva” tuvo una presencia muy activa en redes sociales, con páginas en Facebook, que contaron con más de 600 seguidores y en la que han interactuado más de 90.930 usuarios, y Twitter, donde los internautas pudieron hacer comentarios a través del link @SLPlayaViva. Además, esta exposición fue pionera en la implantación de Códigos QR en el Puerto de Gijón, iniciativa muy buen acogida por los usuarios, ya que 632 personas se informaron del contenido de la muestra a través de la lectura del Código QR que se había colocado en el exterior de la “Antigua Rula”.

Evolución histórica de la Playa de San Lorenzo

La exposición, que combinaba explicaciones técnicas, fotografías y maquetas, puso a disposición de los ciudadanos todos los datos de los que se disponen sobre la evolución histórica de la playa y los factores naturales que le afectan, así como aquellos otros producidos por la intervención del hombre.

“San Lorenzo, una playa viva” incluía una maqueta -que recreaba el Gijón de Jovellanos (s. XVIII)-, paneles que documentaban cómo la playa cambia su arenal por la acción de la naturaleza -las mareas, la influencia del río Piles o los temporales-, datos técnicos que mostraban la incidencia de las acciones del hombre sobre el arenal; un tanque de agua, que reproducía los efectos del oleaje en la playa tras su refracción sobre el dique de la ampliación; gráficos sobre la erosión de la playa, amplio material fotográfico, así como dos grabaciones sobre las investigaciones del Puerto y los efectos del mar Cantábrico en la arena.