La UIMP lamenta la pérdida de Ernesto de la Peña, “un intelectual de curiosidad sin límites”

La UIMP lamenta la pérdida de Ernesto de la Peña, “un intelectual de curiosidad sin límites”

Santander, .-  El rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Salvador Ordóñez, y su equipo de Gobierno, lamentan profundamente la pérdida de Ernesto de la Peña, un intelectual en el más amplio sentido de la palabra y “de curiosidad sin límites” que acaba de fallecer en Ciudad de México.

 

Precisamente el pasado jueves fue distinguido con el XXVI Premio Internacional Menéndez Pelayo por su “humanismo” y “por su preocupación por la transmisión del saber”, galardón que recibió desde el Colegio de México (COLMEX), en un acto muy emotivo en el que estuvo presente por medio de videoconferencia. De la Peña no había podido viajar a Santander, donde se celebró la ceremonia, debido a su delicado estado de salud.

El rector de la UIMP hizo votos el jueves por que este galardón se conceda “siempre con tanta justicia y seriedad” y resaltó la faceta de “gran ensayista, relevante cuentista, poeta y filólogo” del premiado. 

 

La larga trayectoria profesional de De la Peña fue  glosada por Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua, durante la cita académica, y le calificó de “monstruo de la naturaleza, un portento y un prodigio”, en referencia a su conocimiento de 33 idiomas.

Según los intelectuales que le trataron, el escritor y políglota mexicano recientemente fallecido era un “sabio” y un “alto exponente” de la cultura hispana. Víctor García de la Concha, anterior premiado y actual director del Instituto Cervantes, le definió como “verdadero y gran divulgador”.

En sus palabras de agradecimiento desde su país natal, De la Peña se mostró muy honrado de recibir un premio que lleva el nombre de Don Marcelino Menéndez Pelayo, cuya labor, dijo,  “aún hoy en día sigue siendo imprescindible”.

 

Ernesto de la Peña (Ciudad de México, 1927) estudió Letras Clásicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se instruyó también sobre los filósofos presocráticos, la filosofía de la ciencia, lengua y literatura rusa, árabe, sánscrito y lingüística indoeuropea. De manera independiente estudió lenguas occidentales y orientales y, a lo largo de toda su vida, se dedicó intensamente al estudio de la Biblia.

De la Peña fue traductor oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, fue miembro del Consejo de la Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes y, tanto en televisión como en radio, desarrolló una importante labor de difusión cultural, transmitiendo glosas y reflexiones de contenido literario, musical, histórico, filosófico y teológico.

 

Además, fue el único mexicano que colaboró en la ‘Enciclopedia Dantesca’ y miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua. En 2003 fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de la lingüística, en 2007 recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes y en 2010 fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Pagés Llergo.

Entre las obras que publicó se encuentran ‘Las estratagemas de Dios’, ‘Las máquinas espirituales’, ‘El indeseable caso de Borelli’, ‘Mineralogía para intrusos’ o ‘Palabras para el desencuentro’. El erudito mexicano tradujo del original griego al español los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y, entre otros ensayos, cabe destacar ‘Las controversias de la fe’, ‘El centro sin orilla’, ‘La rosa transfigurada’, ‘Don Quijote: La sinrazón sospechosa’, ‘Castillos para Homero’, ‘Kautilya o el Estado como Mandala’

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