Prioritario atender a niñez japonesa con radiación

Prioritario atender a niñez japonesa con radiación

Con el anuncio de Japón, que va a reducir el nivel máximo de exposición anual a la radiación en niños, de 20 a 1 milisievert al año, el gobierno de ese país da un paso en la dirección correcta, pero en estos momentos es urgente que tome acciones inmediatas para atender a los menores que ya hayan sido expuestos a niveles peligrosos de radiación por la crisis nuclear en Fukushima.

 

Durante más de dos meses se ha esperado que el gobierno hiciera más estricta esta medida de protección contra la crisis nuclear. Y si bien el gobierno avanza en medidas de mediano plazo, es urgente que ahora se comprometa a mantener los niveles de dosis en los niños, lo más bajo posible desde este momento.

 

El gobierno japonés había establecido previamente un nivel máximo de exposición a la radiación de 20 milisievert por año para los niños, el mismo criterio establecido para trabajadores del sector nuclear en Alemania. Greenpeace señaló, en su conferencia de prensa del 11 de abril pasado en Tokio, que el nivel de exposición a la radiación para los niños no debe y no puede ser mayor a 1 milisievert, que es el nivel máximo para los adultos.

 

A más largo plazo, se deben establecer límites aún más estrictos para infantes y mujeres embarazadas. Por ejemplo, después del accidente de Chernobyl, la Unión Soviética utilizó un criterio de 5 milisieverts al año como límite de evacuación y esto permitió a la gente a evacuar cuando la exposición fue superior a 1 microsiervert por año, una medida mucho más estricta.

 

Las autoridades también deben garantizar que niñas y niños estén protegidos de la exposición a la radiación a través de alimentos, aire y agua, así como de la irradiación directa.

La eliminación de tierra vegetal en los patios de las escuelas es una buena práctica, las autoridades también deben asumir la responsabilidad y los costos de reubicación de las escuelas a zonas con bajos niveles de contaminación y el tratamiento de los suelos contaminados como residuos radiactivos.

 

FOTO: Greenpeace

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