“Si a los científicos nos cortan toda la financiación nos mandarán al paro intelectual”

“Si a los científicos nos cortan toda la financiación nos mandarán al paro intelectual”

Cristina G. Pedraz/DICYT El catedrático de Fisiología de la Universidad de Valladolid Constancio González Martínez ha obtenido recientemente el Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica 2012. Nacido en Renedo de Valderaduey (León) en 1949, su labor investigadora en torno a la fisiología celular y molecular de la sensibilidad al oxígeno ha sido recogida en más de 170 artículos publicados en libros y revistas internacionales de impacto. Profesor visitante de la Universidad de Utah (Estados Unidos) y de la Escuela de Medicina de New Brunswick, cuenta con el reconocimiento del premio Severo Ochoa de Investigaciones Biomédicas (1999), el Premio Profesores Visitantes Iberdrola de Ciencia y Tecnología (1998) y el Premio de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid (2009), entre otros.


¿Qué ha significado para usted recibir el reconocimiento de su comunidad autónoma?

Que reconozcan una trayectoria de vida representa mucho. Significa, en cierto modo, que no has debido hacer mal tu trabajo. También significa el ser profeta en tu tierra y se dice que a los que hacen profetas en su tierra luego los crucifican, y a los premiados de Castilla y León en esta edición nos han crucificado un poco porque nos han suprimido la dotación económica que hasta ahora todos los galardonados venían recibiendo. Por ello, nos sentimos agraviados respecto a los cerca de 200 premiados que nos han precedido. Así que tengo un sentimiento ambivalente, estoy contento y al mismo tiempo uno siente que en el marco de la crisis le han convertido en cabeza de turco.


En un momento de grave crisis como esté, ¿qué motivación encuentran los científicos para seguir adelante?
La principal motivación de los científicos que llevamos muchos años es el amor al trabajo, a la investigación, porque el ser investigador es un trabajo muy vocacional y tienes que sacrificarte mucho por él. Tienes que aprenderlo y hacerlo tuyo. Lo que nos anima es sencillamente eso, el amor a lo que hacemos. Aunque suene un poco cursi, el querer avanzar más en el conocimiento es el motor que llevamos dentro todos los que nos dedicamos a la Ciencia y lo que nos motiva en nuestro quehacer día a día.

 

¿En los últimos años están notando tantas dificultades económicas como otros sectores? ¿Qué situación están viviendo?
En mi caso, el último proyecto que me han concedido lo inicié en noviembre de 2007 y finalizará en noviembre de 2012, con lo cual hasta ahora no he padecido la crisis o la he padecido mínimanente. Sí que es verdad que el año pasado dos de mis colaboradores tuvieron que dejar de trabajar conmigo porque tuve recortes en la financiación. Sin embargo, otros compañeros a los que les ha tocado renovar proyecto en años pasados, cuando ya se empezaban a notar los recortes, no han sido financiados aún teniendo una trayectoria de investigación muy buena. No sé qué pasará el año que viene, si realmente obtendremos financiación. Aunque sea recortada, los científicos en general somos austeros y sabemos acomodarnos, pero si te cortan toda la financiación te mandan al paro intelectual. No tendríamos posibilidades de avanzar en investigación experimental, como la nuestra, que requiere dinero para hacerla.

 

España ha vuelto a una situación de recesión. Con los recortes que se están produciendo en Ciencia, ¿considera que el país está actualmente o podrá estar también en recesión en esta materia?
Hacer Ciencia no es un proyecto que se pueda realizar de hoy para mañana, es un proceso muy largo en el que hay que hacer valoraciones en rangos de décadas. Por eso, cuando te piden resultados a los 6-8 meses de haber iniciado un proyecto significa sencillamente que se está burocratizando el sistema sin ningún sentido. El hacer Ciencia requiere años, el obtener resultados positivos varias décadas. Lógicamente, tras estas tres décadas que llevamos haciendo Ciencia en España, porque nuestro sistema sólo tiene tres décadas, se va a producir un retroceso que no se cuándo volveremos a recuperar. Desde aquí pediría a nuestros políticos que piensen muy bien las políticas que tomen porque pueden cortar un proceso de evolución muy larga, cuyo reinicio es largo y costosísimo.

 

Volviendo a su experiencia personal y a su trayectoria, ¿en qué momento llegó a la Universidad de Valladolid?
Estudié Bachillerato en el Instituto Padre Isla de León y en 1968 vine a estudiar medicina a la Universidad de Valladolid. Finalizada la carrera hice la mili, me casé y me marché a Estados Unidos donde estuve cuatro años. Volví ya como profesor adjunto de Fisiología y después realicé otras muchas estancias en Estados Unidos. Pasé por todos los estamentos de profesor hasta catedrático desde 1986. Mi vida profesional ha transcurrido entre la Universidad de Valladolid y Estados Unidos, donde he estado en conjunto cerca de ocho años.

 

¿Cómo ha evolucionado en este tiempo su carrera científica?
La inicié con mi tesis doctoral que defendí en 1977. Siempre me he dedicado al mismo tema de investigación porque en Ciencia, si uno quiere progresar, debe ser muy fiel al tema que está investigando. Uno tiene que querer mucho a su profesión y al problema que está estudiando para que se deje amansar, la naturaleza es salvaje y díscola y tienes que querer al problema, entenderle, para poder abordarle. El tema que tratamos de entender es cómo nuestro organismo detecta que disminuye la presión de oxígeno en sangre y cómo, en respuesta a esta detección, hace que respiremos más deprisa.

 

¿Cuáles han sido los mayores avances, a su juicio, en esta amplia trayectoria de investigación?
El conocimiento ha sido siempre comparado con un árbol que va creciendo y haciéndose cada vez más frondoso. El árbol de la Ciencia es un árbol de hoja caduca y lo que los científicos hacemos frecuentemente es renovar hojas que van cayendo periódicamente. Con ello quiero decir que lo que un científico ve con un tipo de instrumento o técnica al cabo de un tiempo es sustituida por otra idea de otro científico más precisa. Entonces, los científicos aportamos algo caduco y, ocasionalmente, conseguimos que lo que aportamos sea un descubrimiento real, que es como si en el árbol de la Ciencia creciera una ramita nueva, una pequeña rama de conocimiento en tu especialidad, lo que sucede pocas veces en la vida. En mi carrera, creo haber logrado esto en una ocasión.

 

¿Cuál ha sido esa aportación al árbol de la Ciencia?
Por primera vez describimos un canal iónico regulado por oxígeno. Posteriormente se ha conocido que esos canales iónicos sensibles a oxígeno están presentes en otras muchas estructuras y cumplen funciones muy similares a las que nosotros describimos por primera vez.

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