Habla Javier, el policía expedientado del 15M

Habla Javier, el policía expedientado del 15M

El policía Javier Roca ya sabe la resolución del expediente que el Ayuntamiento de Madrid le abrió por participar en una asamblea del 15M: cinco días sin empleo ni sueldo.

 

Por Patricia Simón / periodismohumano .-l policía Javier Roca acaba de saber la resolución del expediente grave que el Ayuntamiento de Madrid le abrió por participar en una asamblea del 15M en la Puerta del Sol de Madrid en julio. El 14 de septiembre le comunicaban que se le acusaba de “abuso de atribuciones”, lo que le podía costar hasta tres meses sin empleo y sueldo, un castigo igual o mayor que al que se enfrentaban los policías que agredieron a una joven y a un periodistadurante la protesta por la violencia policial empleada durante la marcha laica, que se celebró coincidiendo con la visita del Papa a España durante las Jornadas Mundiales de la Juventud. Tras más de cuatro meses de espera y preocupación por cómo podía afectar a la situación económica de la familia, puesto que la mujer de Roca está en el paro, hoy ha sabido el castigo: cinco días sin empleo ni sueldo.

“Acabo de entregar el arma y la placa. Desde hoy hasta el lunes dejo de ser policía. Ahora tengo que informar a mi sindicato, Comisiones Obreras, que supongo que recurrirá la decisión. Porque yo no llevé a cabo abuso de atribuciones puesto que no me identifique, no estaba de servicio ni hablé en nombre de ningún cuerpo policial. Estoy enfadado porque el sueldo ya no nos daba, pero estos cinco días lo agrava todo. Además iba a pedir una ‘paga extra’ que dan a los policías al cumplir los 25 años de servicio de unos 5.000 euros. Pero al tener esta falta ya no tengo derecho a ella”.

La voz de Roca suena cansada, aunque sigue sin arrepentirse de su participación en la asamblea del 15M que repitió en octubre, después de saber que le habían abierto un expediente. En cualquier caso, la posibilidad de perder su casa por no poder afrontar los pagos de la hipoteca pesa demasiado algunos días.

 

Ayer se hizo pública también la resolución de los expedientes que se abrieron a dos de los tres policías por abofetear a una adolescente y golpear a un periodista: han sido absueltos. El tercero continúa con el expediente abierto a la espera de los resultados de la investigación penal de los hechos que tendrá que resolver un juzgado de instrucción de Madrid.

 

Entrevista a Javier Roca realizada en septiembre de 2011

  • Javier Roca, el policía de Madrid que mostró su apoyo públicamente al 15-M, conversa con Periodismo Humano

  • Hoy ha comparecido ante el Régimen Disciplinario del Ayuntamiento de Madrid, que le abrió un expediente grave por “abuso de atribuciones”

     

     

  • CCOO denuncia el fuerte dispositivo de antidisturbios que vigilaban la Jefatura a la que ha tenido que acudir. Su discurso en la Puerta del Sol le podría costar perder hasta su casa.

Éste es un mensaje personal, hablo en mi nombre y sólo en mi nombre. Me llamo Javier Roca Sierra, todo está relacionado con la montaña. Soy policía, de Madrid…

Su discurso ante miles de personas, muchas llegadas a la Puerta del Sol tras días o semanas recorriendo España en lo que se llamaron Marchas Populares Indignadas, extrañó a muchos, no fue creído por otros pocos, pero, según nos cuentan los que estuvieron presente y deducimos por el video, sobre todo provocó una profunda emoción. Tras dos meses, este movimiento que nació con el grito de “Democracia Real Ya”, integrado especialmente por jóvenes que, en su mayoría, no habían tenido enfrentamientos previos con la Policía, las palabras de apoyo de Javier Roca legitimaban y arropaban el movimiento.

 

Ahora, el Ayuntamiento de Madrid le ha abierto un expediente grave por “abuso de atribuciones”. El castigo, hasta tres meses sin empleo ni sueldo, puede ser el mismo o mayor que el de los agentes que apalearon a un fotoperiodista a puñetazos y abofetearon a una menor, en una manifestación contra la violencia policial empleada contra la Marcha Laica. La diferencia es que el sindicato policial al que estaba afiliado Javier Roca no podrá defenderlo, ni pagarle el sueldo correspondiente a esos días porque los hechos de los que se le acusa tuvieron lugar fuera del horario de servicio. Aunque la acusación sea precisamente haber hecho declaraciones identificándose como policía.



Javier Roca ha prestado hoy declaración ante el Régimen disciplinario del Ayuntamiento de Madrid, y no ante Asuntos Internos de la Policía Municipal de Madrid, que es donde Javier pensó que recibiría un tirón de orejas cuando decidió coger el micrófono y alzar la voz, “para llamar a la reflexión, porque lo que está pidiendo el 15M no es para ellos, es para todos, para nuestros hijos, se trata de humanidad, de la certeza de que un mundo más justo es posible. Se trata de recuperar la compasión, la capacidad de ponerse en el lugar del otro”, nos cuenta a lo largo de varias conversaciones teléfonicas. Javier no se arrepiente e insiste en que, amparado en su derecho constitucional a la libertad de expresión, dijo que era policía, “pero no iba uniformado, ni mostré la placa, ni dije a qué cuerpo policial pertenecía”. Las palabras justicia, compasión, solidaridad, humano se repiten en las conversaciones con Javier.

Cuando el policía municipal ha comparecido hoy ante el Régimen Disciplinario ha preferido no declarar, porque se encontraba muy nervioso y porque no quería defenderse ante la convicción de que no ha hecho nada incorrecto. Lo único que ha expresado es que desea que se anule el proceso. Y todo esto ocurre a la vez que su mujer está en el paro, y si se le suspendiera de empleo y sueldo, tendría serias dificultades para pagar las cuotas hipotecarias de esa casa que representa el sueño de toda una vida, “pequeña pero muy bonita”, pero que ahora siente que no basta para dejar de decir lo que piensa, “por responsabilidad, por coherencia, por el mensaje que les quedará a mis hijos”. Eso no impide que su salud haya empeorado a causa de la ansiedad que esta situación supone para él y toda su familia. Su banco ya le ha dicho que no les ayudará si no pueden pagar la hipoteca. Y todavía tendrá que esperar una semana más antes de que el Ayuntamiento de Madrid le comunique la resolución de este expediente.

 

Sin embargo, cuenta que en el cuerpo policial muchos compañeros le han mostrado su apoyo, su buzón de Facebook -cada día aumenta su número de amigos- está a rebosar de mensajes de ánimo y  se ha abierto una petición en la plataforma Actuable para pedir que se anule el expediente, que ya lleva más de 2000 firmas. Todo ello, según nos cuenta, hace más llevadera la incertidumbre de estos días. Sobre los que han mostrado su desacuerdo por sus palabras pronunciadas públicamente, explica: “lo respeto, pero ¿cómo se puede estar en contra de los que piden un mundo más justo?”. Y añade, “hay gente en el cuerpo policial que piensa que los ciudadanos del 15-M tienen algo en contra de ellos, pero no es así en absoluto”.


 

Durante toda su vida Roca ha tenido sensibilidad social. De hecho, así es como entiende su trabajo en la Policía, como un servicio público destinado “a acompañar a esta sociedad en su crecimiento, en su desarrollo”. Por eso, durante los cinco años que patrulló por el centro de Madrid, solía irse media hora antes sólo, con comida y mantas para algunos de los sin techo o dependientes de la heroína que sobrevivían en sus calles. Y a la vez, resalta, “yo vivía muy bien, cómo no iba a vivir bien en este país. Pero, en una charla de José Melé, fundador de Triodos Bank, empecé a cambiar mi visión. Nos dijo que cuando hablábamos tanto de la crisis, ‘¿a cuál nos referíamos, a la sistémica de África o América Latina, a la asiática…?’ El cambio necesario no es sólo económico, sino que empieza por uno mismo. Luego, cuando vi lo que pasó en la Plaza de Catalunya, el desalojo violento y cómo la gente no se movía, y miraba directamente a los ojos de los antidisturbios y no respondían a los golpes de las porras, pensé: ‘Esta gente va en serio”. Y sentencia: ” También sé que en el momento en que este movimiento deje de ser pacífico, desaparece”.

Javier recuerda como un momento crucial en el que sintió “que la sociedad podía ser una piña” el 11-M: “Allí no había uniformes, estábamos todos metidos en la misma barbarie y fuimos capaces de ponernos en la piel del otro”. La profunda preocupación de Javier se mezcla con un tono de voz y sensaciones que tienen los tintes de la tranquilidad que otorga la coherencia. “Esta solidaridad que siento ahora mismo no la sentía antes. Podré perderlo todo, pero ahora sé que uno puede perderlo todo, tener que irse a vivir al campo y ser feliz”.

 

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